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Después de que se produjera la extinción del Pérmico, considerada la mayor extinción masiva histórica del planeta Tierra, sucedido hace unos 252 millones de años atrás; ocurrió una explosión tanto de bacterias como de algas que tuvo una duración de cientos de miles de años. Según los expertos la proliferación microbiana reiterativa impide la recuperación de los ecosistemas de agua dulce.
Además de la catástrofe global, algunos científicos tienen la creencia de que luego de la mayoría de las extinciones en masa presentes en la historia del planeta prosiguió consecutivamente una proliferación microbiana en los ríos y lagos. Los investigadores señalan que, hoy en día existen similitudes con eventos devastadores que destruyeron con casi todo signo de vida en el Pérmico.
La nueva causa que identificaron el grupo internacional de científicos apunta a que muchos de los acontecimientos de extinción masiva, en la que los microrganismos comienzan a proliferar de una manera descontrolada en el agua dulce; la transforman en una mezcla tóxica que destruye la vida, los detalles de la publicación se muestran en la revista Nature Communications.
Estudiando los registros fósiles de las rocas próximas a Sídney, en Australia, los expertos hallaron que el suceso de extinción del Pérmico, se relaciona con la proliferación de las bacterias y las algas. A pesar de que estos organismos son de gran importancia en los ecosistemas, si los mismos tienen un crecimiento descontrolado; agotan el oxígeno y pueden llegar a expulsar toxinas en el agua.
Una mezcla tóxica causada por el aumento de la proliferación microbiana
Los autores de la investigación indican que, existen tres componentes principales para que se produzca tal mezcla tóxica; estos son las emisiones de gases de efecto invernadero, las altas temperaturas y finalmente la abundancia de nutrientes. De acuerdo al estudio, las erupciones volcánicas de aquel entonces fueron determinantes para las dos primeras situaciones.
Mientras tanto, el tercer elemento lo constituyo la deforestación súbita que padeció el entorno de aquella época. Asimismo, luego de que se quebrantara la cadena alimenticia; tanto las algas como las bacterias continuaron desarrollándose y como resultado se vio una demora de recuperación por unos cuantos millones de años.
Los eventos antes mencionados ocasionaron que, en el Pérmico, se extinguieran la mayoría de las especies que habitaban en los océanos y en la superficie terrestre.
No obstante, un síntoma de genuina preocupación para los investigadores es que los seres humanos aparentemente, están siguiendo los pasos necesarios para que ocurra un incremento de las proliferaciones microbianas en el agua dulce. Tracy Frank, científico de la Universidad de Connecticut; advierte que existen muchos paralelismos con respecto a la actualidad.
El investigador puntualizó que se ven cada vez más un aumento de la proliferación de algas toxicas, localizadas en lagos y en ambientes marinos de poca profundidad; asociadas con las alteraciones que han sufrido los ecosistemas y las altas temperaturas causadas por las diferentes actividades humanas.
El desenlace de las similitudes no termina allí, también los científicos han observado que los incendios forestales y la desestabilización de los suelos forman parte de este paralelismo.
Los síntomas de desequilibrio en la naturaleza
El fuego fue uno de los elementos que logró destruir ecosistemas enteros; por esta razón, los autores argumentan que actualmente se están viendo este tipo de sucesos, en lugares como California, Estados Unidos.
Tanto los incendios forestales como la deforestación afectan de forma negativa en la calidad que presenta el agua dulce. Al poco tiempo de que los árboles quedaran destruidos, el suelo comenzó el proceso de erosión; dejando a los nutrientes que comúnmente la vegetación absorbe terminaran acabando en el agua; ayudando así a que sea notable un aumento microbiano.
La investigación revela que a lo largo de los millones de años en el que los bosques buscaban recuperarse; la cuenca de Sídney se encontraba estructurada por ecosistemas de tierras bajas; por lo que se inundaron regularmente por aquellas masas de agua que contenían poblaciones abundantes de algas y bacterias.
El geólogo Chris Fielding, menciona que una de las interrogantes más importantes que se quiere saber es, cuáles son las consecuencias que se experimentarán a largo plazo de los eventos destructivos como ese, siendo que estos son cada vez más frecuentes.
La historia refleja situaciones catastróficas en el planeta Tierra; donde el evento de extinción en masa que presentó la etapa final del Pérmico tuvo una recuperación sumamente tardía, alrededor de cuatro millones de años, terminó agregando Fielding. Según esta importante mención, esto no se debe pasar por alto, sino que se tiene que considerar seriamente.
Claramente, la naturaleza desde hace años da señales de que los ecosistemas se encuentran perdiendo el equilibrio, aquel que mantiene el ciclo de vida en el planeta. De manera que un aspecto positivo es que la humanidad puede influir para disminuir estas situaciones, el negativo es que no aprenda la lección.