Contenidos
Con la reconstrucción de los rostros de tres momias egipcias; los científicos pudieron mostrar que los habitantes del Antiguo Egipto se parecían más a las personas del Oriente Próximo que a los actuales pobladores de esa nación.
Momias egipcias procedentes de las orillas del rio Nilo
Un equipo de investigadores especializados en genética que trabajan para un laboratorio de Estados Unidos. Lograron reconstruir con mucho detalle los rostros de 3 momias egipcias procedentes de una localidad cercana al rio Nilo; partiendo de secuencias de ADN que datan de más de dos mil años de antigüedad.
Los científicos aseguraron que es la primera vez que se aplican técnicas avanzadas para predecir los rasgos fenotípicos de un individuo (rasgos físicos); con una secuencia de ADN de tantos años.
Las momias de las cuales fueron usados su ADN, procedían de un centro arqueológico ubicado cerca del rio Nilo, denominado Abusir El Meleq. El cual está localizado en el centro de Egipto y que estuvo poblado desde el año 3250 AC, hasta el año 7000 AC.
Estas momias egipcias tenían raíces de Yemen, Túnez y Marruecos, además de ascendencia judía
Al parecer las momias egipcias eran tres hombres, y sus rostros fueron recreados con la apariencia correspondiente a 25 años de edad. Y afirmando que su complexión era de color marrón claro, sus cabellos y ojos eran oscuros y no tenían pecas. También el análisis del ADN permitió predecir que las 3 personas tenían raíces yemenís, de Marruecos y de Túnez, además de una ascendencia judía.
El análisis fue presentado por la firma Parabon NanoLabs, quienes se especializan en servicios de fenotipación de ADN. Durante el desarrollo de una conferencia celebrada recientemente en el estado de Florida, EEUU.
Por su parte, la directora de bioinformática del laboratorio Parabon, Ellen McRae; explicó que les había sorprendido que el ADN no era tan parecido al de los actuales habitantes de Egipto. Además de que, de los 3 rostros, solamente uno de ellos parecía egipcio. Mientras que los otros más bien le parecían ser de Europa. Y exactamente eso fue lo que se pudo ver en la ascendencia, que estos individuos eran, en su genética, mas parecidos a los habitantes del Mediterráneo.
Se trata de habitantes de tiempos de finales del Imperio Nuevo hasta el período del Cesar del Antiguo Egipto
Las momias vivieron en épocas diferentes hasta la etapa romana del Antiguo Egipto. Y fueron identificados con los códigos alfanuméricos: JK2134, JK2911 y JK2888.
Mientras tanto, los resultados del estudio, los cuales implican que la ascendencia de las 3 personas no era subhariana; coinciden con análisis anteriores que ya habían establecido que los egipcios antiguos compartían más ascendencia con los pobladores de Oriente Próximo que los actuales. Debido a que los actuales habitantes de Egipto tienen una mezcla subhariana extra en los últimos tiempos.
En este sentido; McRae señaló que, si se realiza una comparación genética a estos individuos analizados con los habitantes modernos. Su ADN era más parecido al de los pobladores de Marruecos, Túnez y Yemen; y casi no tanto a los habitantes que viven en Egipto en la actualidad.
Datos obtenidos del ENA
Se conoció que los datos de las momias egipcias se extrajeron del ENA (Archivo Nucleotido Europeo); el cual es un repositorio libre que permite el accedo gratuito a datos genéticos.
En este sentido, McRae dijo que Parabon posee una base de datos de cientos de individuos con datos de su ADN e información de sus apariencias. De esta forma, cuando obtienen una muestra de ADN de un individuo que no conocen, como en el caso de este análisis; utilizan modelos capaces de predecir, los cuales han sido desarrollados partiendo de su base de datos para la determinación de los rasgos que se buscan.
Luego, los rasgos fueron comparados entre ellos para poder determinar diferencias, así como enfatizarlas y combinarlas con la pigmentación predicha; con el objeto de que un artista forense lograra crear las apariencias faciales resultantes.
Finalmente, MacRae afirmó que, este análisis pudo demostrar lo poderosas que pueden llegar a ser estas técnicas ante muestras difíciles. Y que, si se pudieron lograr estos resultados con ADN de más de dos mil años, lógicamente podrán hacerlo también con secuencias genéticas de cincuenta años.