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El profesor de ciencias políticas de la University College de Londres, Brian Klaas; escribió un libro donde analiza el fenómeno que explica el por qué existen tantos psicópatas en cargos de responsabilidad.
Por qué tantos psicópatas alcanzan el poder, no solo se trata de que “el poder corrompe”
Brian Klaas, en su obra “Quién obtiene el poder y cómo nos cambia”, realiza un profundo análisis sobre las razones que existen para que tantos psicópatas lleguen a los cargos de mayor responsabilidad en las empresas, pero aún más, en el mundo de la política.
El propio Klaas también escribió un artículo en el “Daily Mail” donde trata de explicar este fenómeno. Esta son algunas de las preguntas que el profesor plantea: ¿Alguna vez usted ha criticado a líderes empresariales megalómanos o a políticos corruptos? ¿Hay momentos en los que ha llegado a pensar que ese jefe es un hambriento de poder, es egoísta o inclusive un psicópata genuino?
Klaas afirma que ha pasado décadas analizando este tipo de incógnitas; explorando quién se hace con el poder, por qué lo obtiene y cómo es el comportamiento de esas personas luego de que logran alcanzar el poder. Y se pregunta “¿Es, como diría un antiguo adagio, que el poder corrompe? Eso puedo ocurrir, pero he tenido mis dudas”.
Lo más peligroso es que ayudamos a psicópatas a alcanzar el poder
Por otro lado, Klaas piensa que, en verdad, “Los psicópatas y narcisistas hambrientos de poder siempre están buscando posiciones que les aseguren el control sobre los demás”.
El autor explica que, en realidad estas personas parecieran estar bien representadas en puestos de poder o liderazgo; desde los más importantes cargos de gobierno hasta los cargos más subalternos en las empresas. Pero lo que más preocupa, es que, por profundas razones evolutivas, todos nosotros hacemos el mejor esfuerzo para ayudarlos a obtener el poder del que después ellos abusan.
De lo que se desprende una fascinante pregunta: si constantemente se asume que el poder corrompe, ¿sería posible que las personas corruptibles y corruptas busquen el poder? ¿Tal poder no es una fuerza que transforma en malo a la gente buena, sino un imán que ejerce una atracción para acercar a la gente mala, se pregunta Klaas?
Somos nostros quienes lo permitimos
Ahora bien, entonces el autor se plantea: ¿Por qué permitimos que suceda? ¿Por qué las personas corruptas narcisistas ocupan con tanta frecuencia cargos de responsabilidad? A lo que Klaas responde que; “De alguna manera, se debe a que nuestra idea sobre lo que hace a un buen líder se encuentra arraigado desde nuestra más temprana niñez”.
El profesor explica que, en una investigación suiza, se les pidió a niños de entre 5 y 13 años que practicaran un juego de computadora en el que escogieron un capitán para navegar un barco imaginario basado en dos rostros en la pantalla.
Klaas revela que “Lo que los niños no conocían era que los 2 capitanes no eran realmente aleatorios: las caras correspondían al ganador y al subcampeón de los políticos participantes en las últimas elecciones del parlamento francés. Y para sorpresa de todos, el 71 % de las veces los pequeños escogieron al candidato ganador de las elecciones”.
La misma decisión desde la Edad de Piedra
La explicación del autor sobre el resultado, “Es que parte, del problema pareciera estar en que nuestro cerebro no ha cambiado desde la Edad de Piedra. Desde ese entonces han existido aproximadamente 8.000 generaciones, y cerca de 7.980 de las cuales han vivido en sociedades en las que la fuerza y el tamaño eran importantes ventajas”.
En este sentido, continúa el profesor explicando que, “Nuestro cerebro se encuentra diseñado para favorecer a los individuos que parecen ser buenos para cazar gacelas o para defenderse de los tigres dientes de sable. Así, nuestro mundo cambió, pero nuestro cerebro no. Y si combinamos esos prejuicios de la prehistoria con el sexismo y el racismo de hoy en día, el problema se complica todavía más”.
Entonces, pregunta Klaas, “¿Por qué existe tanta gente mala a cargo? Es una cuestión particularmente urgente que tenemos que resolver; debido a que los que se encuentran en el poder constantemente nos están decepcionando”.
Pero el escritor plantea ideas para resolver el acertijo, “Podemos reclutar de manera más inteligente. Tenemos decirles a los líderes el peso que tiene su responsabilidad. Podemos hacer que vean a las personas como seres humanos y no que nos sigan viendo como abstracciones. Podemos rotar al personal, analizar y lograr detectar y disuadir abusos. Se pueden utilizar pruebas aleatorias para localizar las manzanas podridas. Y si queremos observar a las personas, vamos a centrarnos en la gente de arriba que hacen el real daño, no en la gente de las bases”.
Klaas finaliza afirmando que, “Con un verdadero esfuerzo concertado y con las reformas apropiadas, podemos lograr que el péndulo retroceda; haciendo que la gente corruptible que busca y abusa del poder se aleje. E invitando a otras personas a ocupar sus lugares”.