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¿Alguna vez te ha pasado que, luego de haber tenido relaciones sexuales sentiste ganas de dormir? Si tu respuesta es sí, debes saber que es una sensación completamente normal, sobre todo si eres del sexo masculino; pues estadísticamente se ha demostrado que 7 de cada 10 hombres se queda dormido o desearía hacerlo luego de haber practicado sexo.
En términos de porcentaje y, de acuerdo a estudios realizados, el 66 % de los hombres duermen tras haber tenido relaciones sexuales; mientras que en las mujeres ocurre en un 55 %. Pero ¿Por qué sucede esto?
La práctica sexual nos ofrece múltiples beneficios respecto a nuestra salud, empezando por el hecho de que nos permite relajarnos y liberar estrés; así como fortalecer nuestro sistema inmunitario y cardiovascular. La respuesta orgásmica, específicamente, activa un coctel de neurotransmisores y hormonas que, en conjunto con un patrón de desconexión de la actividad cerebral en la corteza prefrontal, conduce al estado de relajación y somnolencia. Por lo que se pudiera decir que el sexo y, en especial la respuesta orgásmica, es una actividad que conduce al sueño.
Factores que actúan en el cerebro al tener relaciones sexuales
Nuestro cerebro actúa como el órgano principal durante el sexo. La función que cumple durante el orgasmo genera cambios importantes en nuestro estado de ánimo, disminuyendo los niveles de estrés y tensión. Cuando llegamos al clímax, se activan determinadas zonas del cerebro, como es el caso de la amígdala; la cual se encarga de gestionar el placer y las emociones.
Cuando ocurre esto, la actividad de la corteza prefrontal, que se enfoca en la acción, atención y cognición, comienza a disminuir; permitiendo que nuestro cuerpo se relaje. Asimismo, hormonas como la oxitocina, la vasopresina y la prolactina se liberan en el cuerpo, reduciendo el estrés al mismo tiempo que inducen el sueño. Siendo las dos primeras hormonas las encargadas de regular el estrés y la última de aumentar los niveles de somnolencia. Este proceso puede ir intensificándose a medida que se ejecutan las funciones de todas las hormonas que se secretan durante el orgasmo.
De igual forma, entre todas las hormonas actuantes en el sexo, también debemos incluir la llamada serotonina que actúa en el orgasmo; pero la oxitocina y la prolactina son, sin lugar a dudas las que se llevan el papel protagónico en lo que a dormir después de tener relaciones sexuales se refiere.
El rol de las hormonas en el comportamiento de los seres humanos
La oxitocina, también conocida popularmente como “la hormona del apego”, no solo aparece cuando tenemos sexo con cualquier persona, sino que es la que más se secreta durante una relación de pareja ya consolidada.
Si bien la dopamina se presenta en el período de euforia del principio de la relación, a medida que se va creando un lazo de cariño más intenso y fuerte a largo plazo, es la oxitocina la que predomina. Por lo que resulta una hormona clave cuando se establece una relación de amor duradera.
La oxitocina también promueve la parte reproductiva de las personas, al ser la que estimula las contracciones de la vagina; lo cual facilita el flujo del semen hacia el útero. En el caso de los hombres, le ayuda a contraer la próstata, así como las vesículas seminales.
De acuerdo a estudios realizados, se ha demostrado que, además de disminuir el estrés al ayudar a controlar los niveles de cortisol; secretar oxitocina contribuye en gran medida a conciliar el sueño. De igual forma, tanto la oxitocina como la vasopresina, se encargan de relajar nuestro cuerpo tras el orgasmo.
En el caso de la prolactina, hormona que suele relacionarse directamente con la lactancia materna, también pueden generar cambios interesantes en el cuerpo humano, tanto femenino como masculino. Una muestra de ello se ve cuando dormimos, puesto que sus niveles crecen; secretándola cuando estamos despiertos.
Si bien, los hombres pueden secretar estar hormona durante el sexo, cuando practican la masturbación, no ocurre el mismo efecto. Esto podría ser una razón por la cual sienten más sueño tras haber tenido un encuentro sexual de pareja que luego de masturbarse.
¿Cómo varía el período refractario en hombres y mujeres durante las relaciones sexuales?
Las hormonas que actúan durante el acto sexual están presentes tanto en hombres como en mujeres, aunque sus niveles son variables. Una de las causas de esto podría deberse al período refractario. Los hombres cuando tienen sexo atraviesan por distintas fases, las cuales varían según sus niveles de excitación.
En un principio, la excitación incrementa con rapidez hasta llegar a estabilizarse en la meseta. Posteriormente, vuelve a aumentar hasta llegar al clímax que, en su gran mayoría de veces coincide con la eyaculación. Sin embargo, cuando el orgasmo acaba, lo hace de manera brusca, a esto se le conoce como ‘resolución’. Una vez que esto sucede, llega el período refractario, que corresponde a la fase de recuperación que ocurre después que ha experimentado una eyaculación y ha perdido su erección; y aunque en algunos hombres este tiempo puede durar más que en otros, el período se presenta en todos.
Para las mujeres, esto es diferente; ya que tienen la capacidad de repetir la etapa del orgasmo durante varias veces seguidas. Incluso si la mujer ha perdido un poco de deseo en el proceso, esta no tarda en poder excitarse nuevamente. Es por ello que, cuando el acto sexual termina, el hombre se encuentra más relajado que la mujer y es más propenso a quedarse dormido.
Comportamiento de hombres y mujeres durante el sexo
Los hombres tienden a quedarse dormidos con mayor facilidad que las mujeres luego de haber tenido sexo debido a sus cambios hormonales tras el orgasmo. Aunque estos cambios se presentan en ambos sexos, los efectos que causan son diferentes; ya que en las mujeres tiende a generar un vínculo emocional y deseo de apego más intenso, mientras que los hombres suelen experimentar la somnolencia. Lo cual en parte se debe a la secreción en grandes cantidades de oxitocina.
Cuando el hombre ha conseguido llegar al orgasmo, inicia su período refractario en el que ciertas zonas del cerebro, como la corteza prefrontal, por ejemplo, se apagan. Factor que, en combinación con una mayor liberación de serotonina en el cerebro, la cual genera un estado de relajación, y conduce a una mayor producción de prolactina, anula el deseo sexual.
En el caso de las mujeres, tienen mayor facilidad a la hora de volver a activarse sexualmente debido a su corto período refractario. Lo que hace que las probabilidades de que tengan más energías que los hombres para continuar el acto sexual aumente.
Por otro lado, es importante destacar que, tener relaciones sexuales no necesariamente quiere decir que se llega al orgasmo, sobre todo en las mujeres. Según estudios realizados, en las relaciones heterosexuales, los hombres alcanzan el orgasmo en el 95 % de sus encuentros sexuales, mientras que las mujeres sólo lo logran un 65 % de las veces. Lo que hace más propenso a los hombres de quedarse dormidos con rapidez.
¿El sexo puede generar más energía?
No solo hay personas que se duermen con facilidad tras haber tenido sexo, sino que también hay individuos que experimentan lo opuesto, especialmente las mujeres. Aunque en ambos sexos la hormona oxitocina es liberada en grandes cantidades luego del acto sexual; en las mujeres parece ser más habitual que esta situación les provoque ciertas ganas de realizar otras actividades, como charlar, abrazar o reforzar el vínculo con la pareja.
Llegar al orgasmo puede liberar grandes dosis de adrenalina, permitiendo una mejor circulación de la sangre, por lo que es probable que algunas personas se sientan más activas que otras después haber tenido relaciones sexuales.
Por otro lado, también deben tomarse en cuenta otros factores, como los psicológicos y circunstancias personales que lleven a algunas personas a activarse luego del sexo, ya sea el estrés, preocupaciones, infidelidades, entre otros.