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La presencia de un aumento mundial en los precios mayoristas de gas y energía, que se traduce en el impacto que los hogares de todo el continente europeo enfrentan a través de facturas energéticas mucho más altas este 2022 y que seguirá creciendo. Donde los más débiles de la región se encuentran expuestos a la pobreza energética, eso es lo que dicen los grupos de consumidores.
¿Cuáles son las causas de los altos precios en las facturas energéticas?
Las compañías de energía pagan un precio mayorista para comprar la electricidad y el gas que luego les venden a los hogares. Y de la misma manera que en cualquier mercado, este precio puede subir o bajar, según la pauta que dicte la oferta y la demanda.
Generalmente, los precios suben en respuesta a una mayor demanda de calefacción e iluminación en invierno y bajan cuando llega el verano.
Los precios de las facturas energéticas empezaron a subir por encima de los niveles normales históricamente considerados, a partir de septiembre del año pasado. Y se dispararon todavía más después de la interrupción del suministro vinculada con la guerra de Ucrania, que empezó el 24 de febrero de este año.
La decisión tomada por el gobierno alemán
Un poco antes de que empezara la invasión rusa a Ucrania, el gobierno de Alemania detuvo el gasoducto Nord Stream 2; el cual habría ya duplicado la cantidad de gas ruso enviada a Europa. Además, Rusia redujo durante el mes de julio los volúmenes despachados a través de Nord Stream 1 hasta llegar solo al 20 % de su capacidad; alegando problemas de mantenimiento.
Ante la decisión tomada por Rusia, el gobierno alemán afirmó que solo se trataba de un pretexto usado por el Kremlin para contraatacar las sanciones de Occidente impuestas por la invasión a Ucrania.
Por otro lado, están los apagones nucleares de Francia y una ola de calor en todo el continente europeo durante este verano, que también han disparado la demanda de electricidad.
Los precios de referencia del gas de Europa en el centro TTF de Holanda, se han incrementado cerca de un 350 % año tras años. Por su parte, los contratos de energía del año pasado en Francia y Alemania aumentaron un 790 % y un 540 %, respectivamente.
En las manos de la competencia global por el gas y el carbón
Algunos analistas del mercado del gas están esperando que los precios se mantengan altos por lo menos durante los dos años que vienen.
También se espera que la competencia global por el gas y por el carbón durante este invierno pueda evitar que los precios caigan. Y cualquier interrupción adicional sobre el suministro de gas de Rusia, como un paro total por medio de Nord Stream 1, vendría a respaldar los precios.
A pesar de que las naciones europeas están en vías de volver a completar los sitios de almacenamiento de gas y llevarlo a un nivel mínimo del 80 % para el primero de octubre; si se presenta un invierno más frío este año podría agotar esas reservas más rápidamente.
El caso de las facturas energéticas para los consumidores minoristas
La mayoría de los proveedores de energía llevan los costos mayoristas más elevados a los consumidores mediante sus tarifas minoristas. En el Reino Unido, por ejemplo, en una factura dual de combustible (de gas y electricidad); el costo mayorista puede llegar hasta un 40 % del total.
Mientras que los comercializadores pueden adquirir energía en el mercado mayorista el día de la entrega, un día previo y hasta con varios meses o temporadas de anticipación. Esto se debe a que ellos intentan predecir cuándo bajarán los precios; y cuánto van a comprar para poder cubrir los requerimientos de sus clientes.
En el caso de que los proveedores no compren suficiente energía, es muy posible que luego tengan que comprar más, pero a un precio que podría ser más elevado; todo depende de los movimientos del mercado.
La reducción voluntaria de la demanda del gas
La Unión Europea (UE) solicitó el pasado mes de julio a sus estados miembros que redujeran de manera voluntaria la demanda de gas en un quince por ciento para este invierno. Y además la posible introducción de cortes obligatorios.
Algunos gobiernos de Europa ya estaban tomando acciones para la reducción del consumo antes de que ocurriera el anuncio de la UE; medidas como leyes sobre el aire acondicionado y los niveles de calefacción en edificaciones públicas y centros comerciales.
Por su parte, Alemania ya está pasando hasta la segunda fase de un plan de gas de emergencia que consta de tres niveles. La tercera fase tiene contemplado la reducción del suministro a la industria.
Entre otras medidas, además introducirá un impuesto sobre el gas para poder distribuir los elevados costos de reemplazar el gas de Rusia entre todos los consumidores finales a partir del próximo octubre. Sin embargo, esta medida podría hacer que las facturas energéticas en Alemania suban otros 480 euros al año.
Las autoridades además han anunciado acciones como eliminación de gravámenes ambientales, subsidios o IVA de las facturas y precios máximos.
Reino Unido, que depende en gran parte del gas para calefacción; en 2019 introdujo un precio máximo en las tarifas energéticas más usadas que establece un cargo máximo por unidad de energía y pone límites a las ganancias de los proveedores en 1,9 %.
Aunque se estima que el máximo aumentará a más de 4.200 libras al año en enero; lo que representa un 230 % más que el año pasado.
Los consumidores están recibiendo un gran impacto
En Europa los hogares representan entre el treinta y el cuarenta por ciento de la demanda de gas. Cerca del 80 % de la demanda de gas de las viviendas proviene de la calefacción. Y el resto proviene de la cocina y del agua caliente.
Normalmente, la demanda se dispara durante la temporada de gas de invierno, que transcurre de octubre a marzo.
De acuerdo con los analistas de Bernstein, algunas de las medidas de los hogares pudieran reducir la demanda de gas de las casas en un tercio.
Por ejemplo, con bajar un termostato de 1 grado a 19 grados centígrados desde 20 °C se podría reducir la demanda de gas en los hogares en un 7 % aproximadamente. Es decir, bajar la temperatura solo un grado más podría disminuir la demanda de gas de las casas en un 7 % más.
También, para ahorrar otro 4 % en la demanda de los hogares, las personas podrían usar un suéter grueso durante la temporada de invierno.
Encender la calefacción en noviembre en lugar de hacerlo en octubre o detener la calefacción en febrero y no en marzo, podría representar un ahorro de entre 3 % y 6 %. Apagar los radiadores en las alcobas que no se usan, sustituir los cabezales de duchas por otros que ahorran agua. Además de utilizar las calderas solo 2 veces al día, puede representar un ahorro de 7 % más de la demanda.
La campaña “Don´tPay UK” en Reino Unido, busca la reducción en las facturas energéticas hasta un nivel asequible. Además de instar a los consumidores a cancelar sus pagos de energía de débito directo desde el próximo mes de octubre.