Contenidos
Caminito es una pequeña calle en el barrio de La Boca. Hoy se ha convertido en uno de los puntos más visitados de la ciudad de Buenos Aires. Su colorido, sus casas de chapa, sus obras de arte y sus artistas callejeros la hacen única y un paseo imperdible de la capital argentina.
Les recomiendo visitarla por la tarde, cuando los buses de turismo ya se han ido y se puede caminar más libremente. Estos 100 metros de colores, esculturas, artistas y adoquines hoy son un rincón muy visitado, pero detrás de la calle tan turística, se esconde una bella historia de amor y dedicación de parte de los vecinos. La calle Caminito es, sin dudas, el sueño cumplido de los vecinos del lugar, que querían convertir este terreno baldío en un museo al aire libre.
La antigua curva
La historia se remonta a principios del 1900, cuando por esta callecita llamada «La Curva» pasaba un tren. Por eso podemos apreciar que la calle es curva y sólo se ven las ventanas y fondos de las casas. El ferrrocarril que salía del puerto de la Boca, primer puerto que tuvo la ciudad, dejó de funcionar en 1928.
La curva quedó abandonada y se convirtió en un basural. Ya cerca de los años 50, esto preocupaba mucho a los vecinos, sobre todo a uno, el célebre pintor argentino Benito Quinquela Martín.
Benito Quinquela Martín había nacido y crecido en el barrio. Trabajó en el puerto y fue un pintor autodidacta. Para los años 50 ya había conseguido éxito en la pintura y tenía muchos contactos. Junto a dos vecinos, los hermanos Cárrega, que poseían una ferretería al final de la curva, comenzaron a idear un plan para transformar esta calle abandonada y convertida en basural, en el Museo a cielo abierto.
La curva se transforma en Museo al aire libre
Pero fue un hecho fortuito lo que dio comienzo al proceso. Una noche un camión descargó una gran cantidad de quesos podridos en la curva. Al día siguiente, el olor era insoportable y los hermanos Cárrega decidieron tomar el toro por las astas. Colocaron unos postes, cerraron la calle y junto con otros vecinos limpiaron el terreno y lo asfaltaron. Ya las vías del tren habían sido retiradas. Con Quinquela Martín llegó el color y el arte. Llamó a sus amigos artistas que donaron esculturas para la calle. Así fue tomando color y forma la futura Caminito.
En 1958 la curva fue reconocida oficialmente, Quinquela Martín logró que el gobierno comprara al Ferrocarril el terreno y la inaugurara con una gran fiesta. El gran artista vio su sueño cumplido y él mismo, eligió el nombre para la calle: el tango de su amigo Juan de Dios Fibierto. Pero esa es otra historia.
Porqué se llama Caminito
Al final de la calle podremos ver un cartel con parte del estribillo del tango Caminito, que dio el nombre a la calle. Sin embargo, es necesario aclarar que el tango se refiere a otro camino, no a esta calle.
El tango Caminito, antes de ser tango, era un poema. Fue escrito por Gabino Coria Peñaloza y hacía referencia a otro camino, el camino del Olta, en la provincia de La Rioja, donde él paseaba con su enamorada. Ella partió y nunca más volvió. De eso habla el poema.
Cuando Gabino Peñaloza vive en Buenos Aires, se encuentra con el músico Juan de Dios Filiberto que le pide un poema para agregarle música y presentarlo en un concurso. Así nació el tango Caminito, con música que sí se inpiró en esta calle porque Filiberto era un vecino y trabajador del puerto, pero su letra se había inspirado en otro camino.
Fue Quinquela Martín quien decidió colocar el nombre del tango de su amigo Juan de Dios Filiberto a la calle que recién nacía. Es por eso que hoy la calle más famosa de Buenos Aires se llama Caminito.