Riesgos de ingerir pescado por su contenido de mercurio

La llamada enfermedad de Minamata ilustra la devastación que causa la toxicidad del mercurio cuando comemos pescado y marisco contaminados. En el ensayo Sobre la fotografía, Susan Sontag nos habla del trabajo del fotoperiodista estadounidense Eugene Smith, quien a finales de los años 60 viajó a Minamata, una ciudad de Japón perjudicada por intoxcicación masiva, debido al metilmercurio.

Pescados y mariscos con altos contenidos de mercurio

El desastre afectó a miles de personas, aunque no recibieron indemnizaciones hasta 1996, años después de que la empresa química Chisso las arrojara al mar y las asimilara a peces, crustáceos y otros animales de cuerpo blando. En el año 1968, el gobierno de Japón anunció al público que la razón por la cual la enfermedad de Minamata ocurrió, fue debido al consumo de mariscos y peces altamente tóxicos. Cuando se descubrió que la empresa química estaba arrojando grandes cantidades de mercurio tóxico al océano, ya era demasiado tarde.

El anuncio del gobierno japonés se produce una década después del primer caso registrado, de la primavera de 1956, cuando una niña de 5 años padecía epilepsia y problemas de movimiento. Comienza así la pesadilla de los habitantes de las ciudades japonesas, que no sólo sufren trastornos neurológicos como parálisis y problemas de movilidad, sino que también pierden la vista, además de demencia y muerte a las pocas semanas de aparecer los síntomas.

Eugene Smith pasó tres años documentando el desastre de los cuerpos destruidos por el exceso de productos químicos. Una de sus fotografías más famosas es Tomoko en la bañera, en la que una madre baña a su hija enferma. La foto fue tomada en diciembre de 1971. La foto representa un grito de condena. Mi hija nació enferma. Su cuerpo absorbió suficiente mercurio como para causarle la muerte por envenenamiento mientras aún estaba en el útero. Pero ella no murió, Tomoko no murió, volvió a la vida paralizada y deforme.

Metilmercurio absorbido por los peces

La madre sabía que sin su hija no habría podido eliminar todo el mercurio que había entrado en su cuerpo. Hasta cierto punto, Tomoko salvó la vida de su madre. Por eso las fotografías de Smith son tan importantes. El peso del dolor y la composición del cuadro nos recuerdan la Piedad de Miguel Ángel, una escultura que representa a la Virgen María sosteniendo a Cristo muerto después de su crucifixión.

El realismo social de Smith se extendió al drama y con él a la revelación, una empresa química que provoca desastres ecológicos y afecta a los humanos. Para quienes no lo saben, el metilmercurio es un compuesto de fácil absorción por los peces, es por ello que las especies de peces de mayor tamaño son las que acumulan mayores concentraciones de este compuesto.

De ahí entra a nuestro organismo cuando comemos pescado y el veneno afecta al sistema nervioso central, es decir, al cerebro y a la médula espinal, aunque también afecta al hígado y los riñones. No debemos olvidar que es un agente nervioso que provoca el caos. Smith creó un documento fotográfico que captura, como dice Susan Sontag, el sufrimiento que incita nuestra indignación y nos rechaza, porque es la fotografía perfecta del sufrimiento. Hacha de Piedra es un episodio en el que Montero Gleize, ávido de prosa, realiza una especie de ataque a la realidad científica para demostrar que ciencia y arte son formas complementarias de conocimiento.

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