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El consumo de alimentos ultraprocesados, que por lo general son ricos en azúcar, grasas y sal, pueden elevar el riesgo de deterioro cognitivo y afectar nuestro estado de ánimo provocando ansiedad y depresión.
España entre los países de Europa con mayor consumo de alimentos ultraprocesados
En el país ibérico, el 20,3 por ciento de la comida que consume la población son alimentos ultraprocesados, de acuerdo con un estudio realizado por la Universidad de Sao Paulo que sitúa a España como el segundo país mediterráneo con mayor consumo solo superado por Malta, con un 27,6 por ciento.
A pesar de que muchos de los alimentos ultraprocesados, como los refrescos, barritas energéticas, caramelos, pizzas congeladas y comidas congeladas; pueden satisfacer los antojos de comida dulce, grasa y salada, nuevos estudios señalan que estos alimentos son particularmente perjudiciales para nuestro cerebro, debido a que afectan al estado de ánimo y a la cognición.
De acuerdo con un metaanálisis que fue publicado recientemente en la revista “Nature”, las dietas ricas en esta clase de alimentos están asociadas con un 44 por ciento más de riesgo de depresión y un 48 por ciento más de riego de ansiedad. En una de las investigaciones, el riesgo aumentaba con únicamente consumir un 33 % de calorías procedentes de alimentos ultraprocesados.
Otra investigación llevada a cabo en Brasil, en la que se realizó un seguimiento a 10.775 participantes, se halló que ingerir solo el 20 por ciento de las calorías procedentes de este tipo de alimentos estaba relacionado con un índice de deterioro cognitivo un 28 por ciento más rápido que el de los participantes que consumían menos alimentos ultraprocesados.
Aunque el estudio que resultó especialmente alarmante, fue la investigación donde se le hizo seguimiento a cerca de medio millón de personas que vivían en Escocia, Gales e Inglaterra (Reino Unido); allí se descubrió que por cada diez por ciento de aumento en los alimentos ultraprocesados, el riesgo de demencia aumentaba un 25 %.
El riesgo de sufrir de demencia vascular
Melissa M. Lane, investigadora principal de la publicación de “Nature” e investigadora postdoctoral en la Facultad de Medicina de la Universidad Deakin (Australia); escribió a través de un correo electrónico que, aunque todavía se desconoce la relación causa-efecto exacta, las pruebas observacionales más consistentes procedentes de investigaciones prospectivas se inclinan hacia la idea de que ingerir grandes cantidades de este tipo de alimentos aumenta el peligro de aparición de depresión en el futuro.
Ya todos sabemos que el consumo excesivo de sal, azúcar y/o grasas saturadas está asociado con la inflamación crónica, la hiperglucemia, la hipertensión, la diabetes tipo 2 y las cardiopatías. No obstante, lo que la mayoría de gente no sabe es que estos alimentos no son saludables, ya que estas afecciones afectan al cerebro incrementando el riesgo de sufrir demencia vascular, la cual consiste en una disminución del flujo sanguíneo al cerebro.
Y es que aditivos como ciertos edulcorantes artificiales y el glutamato monosódico también pueden estorbar la producción y liberación de sustancias químicas cerebrales como la dopamina, la norepinefrina y la serotonina, que son capaces de afectar de forma negativa nuestro bienestar mental y emocional.
Estos alimentos pueden ser tan adictivos como los cigarrillos
Por otro lado, los alimentos ultraprocesados también pueden crear adicción. Ashley Gearhardt, profesora de psicología de la Universidad de Michigan (EEUU), aseguró que los alimentos ultraprocesados tienen más en común con los cigarrillos que con los alimentos de la madre naturaleza.
En este sentido, Cindy Leung, profesora adjunta de nutrición en la Escuela de Salud Pública T. H. Chan de Harvard (EEUU), afirmó que las empresas multimillonarias crean este tipo de alimentos para enganchar a la gente. Asunto que ve como un problema de soberanía alimentaria.
Gearhardt explicó que en la naturaleza no se hallan alimentos ricos en azúcares y grasa. Ya que ese es el sello distintivo de los alimentos ultraprocesados. Si se añade sal, saborizantes artificiales y colores brillantes, nuestro cerebro solo pierde el control sobre estos alimentos.
Existen diferencias entre alimentos procesados y alimentos ultraprocesados
Mientras que los alimentos procesados pueden ser saludables, los alimentos ultraprocesados están relacionados con la mala salud. Pero, ¿en qué se diferencian? Generalmente, los alimentos ultraprocesados usan ingredientes que no se hallan en la cocina de nuestras casas. El sistema de clasificación NOVA cuenta con una descripción más precisa. Los alimentos no procesados o poco procesados, como las verduras y frutas frescas o congeladas, la carne, los mariscos, la harina y la pasta, suelen tener un solo ingrediente de esta lista de clasificación.
Por su parte, los ingredientes procesados, como el azúcar, el almidón de maíz o los aceites vegetales, se extraen de forma directa de los alimentos no procesados.
Los alimentos procesados, como la mayoría de los quesos, el pan de panadería sin conservantes y el atún, las verduras o las judías enlatadas en sal y agua tienen listas de ingredientes cortas con términos reconocibles por nosotros, y la sal es el principal conservante.
Pero, los alimentos ultraprocesados son ricos en grasas, azúcar, sodio, suelen estar enriquecidos con colorantes, edulcorantes artificiales y aromatizantes. Las listas de ingredientes pueden ser bastante largas, como el caso de los 48 ingredientes que llevan las barritas de desayuno Nutri-grain Soft Baker Strawberry.
¿Cómo dañan a nuestro cerebro?
Una alimentación rica en este tipo de alimentos podría dañar nuestro cerebro por razones parecidas a las que relacionan estas dietas con una larga lista de otras enfermedades crónicas. Los alimentos ultraprocesados suelen tener muchas calorías. Y las dietas hipercalóricas pueden conllevar a la obesidad, enfermedad que está relacionada con la depresión. Una de los motivos podrían ser que las células grasas se vuelven disfuncionales y comienzan a liberar moléculas inflamatorias, que son un desencadenante de la depresión, la demencia y la ansiedad.
Lane explicó que los este tipo de alimentos son fáciles de consumir en grandes cantidades, ya que suelen ser muy baratos y fáciles de masticar. Además, son hiperpalatables, que es el término de investigación para referirse a algo muy sabroso. Y que estos atributos de los alimentos ultraprocesados pueden interrumpir y anular la comunicación normal “estoy lleno” entre nuestro intestino y nuestro cerebro.