En plena era digital la ciencia destaca la importancia de no dejar de escribir a mano. La escritura a mano nos ofrece beneficios neurológicos que van desde la mejora de la concentración hasta el fortalecimiento de las vías cognitivas, beneficios que la tecnología moderna no puede reproducir.
Cada vez usamos más el teclado que el lápiz y el papel
Si nos ponemos a recordar en la última vez que tomamos una nota rápida o hicimos la lista del supermercado, lo más seguro es que nos percatemos de que no usamos papel y lápiz para escribir. Poco a poco hemos dejado de escribir a mano. En los últimos diez años, las pantallas y los teclados han reemplazando silenciosamente a la escritura a mano en nuestros día a día, desde las aulas hasta las reuniones de trabajo en la oficina. E incluso ya varias escuelas en todo el mundo han dejado de enseñar la letra cursiva.
No obstante, los estudios han dejado en claro que escribir a mano proporciona ventajas cognitivas que las herramientas digitales no pueden reproducir.
Naomi Susan Baron, catedrática emérita de lingüística en la American University de Washington D.C. (EEUU) y autora de “Who Wrote This? How AI and the Lure of Efficiency Threaten Human Writing”, lo que en español es, Quién ha escrito esto? Cómo la AI y el atractivo de la eficiencia amenaza la escritura humana, afirmó que estadísticamente, la mayoría de las investigaciones sobre la relación entre la escritura a mano y la memoria (incluida las realizadas en Noruega, Japón y Estados Unidos) muestran que la gente recuerda mejor las cosas que han escrito a mano que las personas que escriben en una computadora.
Desde la mejora de los resultados del aprendizaje hasta la mejora de la retención de la memoria, en esto consiste precisamente el cómo mantener el arte de escribir a mano puede influir de manera significativa en la forma en que absorbemos y retenemos la información.
¿Cuáles son los beneficios de escribir a mano?
Los expertos señalan que los beneficios de escribir a mano en parte pueden atribuirse a la participación de varios sentidos en el proceso de escritura.
En este orden de ideas, Mellissa Prunty, lectora de terapia ocupacional en la Universidad Brunel de Londres en Reino Unido, afirmó que sostener un bolígrafo con los dedos, presionarlo sobre una superficie y mover las manos para crear letras y palabras es una habilidad cognitivo-motora bastante compleja que exige gran parte de nuestra atención. Prunty, que ha investigado la relación entre la escritura a mano y el aprendizaje, también explicó que se ha demostrado suficientemente que este nivel más profundo de procesamiento, que implica relacionar los sonidos con las formaciones de las letras, favorece la lectura y la ortografía en los niños.
Por otro lado, los adultos también nos beneficiamos de la naturaleza laboriosa de escribir a mano. Una investigación en la que participaron 42 personas adultas que aprendían el idioma árabe, reveló que los participantes que aprendían las letras escribiéndolas a mano eran capaces de reconocerlas más rápido, les resultaba más fácil nombrarlas y pronunciaban mejor las letras que acababan de aprender, en comparación con los participantes a los que se les pedía que aprendieran las nuevas letras tecleándolas o solo mirándolas.
Escribir a mano estimula la concentración y mejora la memoria
Robert Wiley, catedrático de psicología de la Universidad de Carolina del Norte Greensboro (EEUU) y coautor del estudio, señaló que ellos creen que sus resultados pueden explicarse en parte por la manera en que la escritura a mano activa distintas vías para el mismo concepto. Wiley explicó además que aprender una palabra nueva implica conectar un símbolo abstracto con información a nivel visual, motor y auditivo. El experto aseguró que la escritura a mano es capaz de activar más conexiones por medio de estas diferentes dimensiones en comparación con la mecanografía.
Por medio de varias encuestas que fueron realizadas a 205 adultos jóvenes de Europa y Estados Unidos, Baron y su equipo descubrieron que muchos estudiantes aseguran tener más concentración y mejor memoria cuando escriben un texto sujetando un lápiz en lugar de pulsando las teclas de un teclado, lo que quiere decir que nuestro sentido del tacto juega un papel determinante en la manera en que absorbemos la información.
Lisa Aziz-Zadeh, profesora del Instituto del Cerebro y la Creatividad de la Universidad del Sur de California (Estados Unidos), explicó que el hecho de que los humanos involucremos nuestros sentidos pueda hacernos aprender mejor es algo que puede resultar contraintuitivo, aún así tareas como el movimiento y el tacto activan las mismas áreas del cerebro que también intervienen en la memorización y el aprendizaje. Aziz-Zadeh agregó que el cerebro humano evolucionó para procesar información sensorial y motora a lo largo de la evolución. Esas mismas áreas cerebrales de procesamiento sensorial y motor intervienen actualmente en la cognición superior de las personas.
Si nuestro cuerpo está más activo, entonces nuestro cerebro también lo estará
Para poder entender mejor la forma en que influyen nuestros sentidos en nuestra cognición, podeos pensar en nuestro cerebro como se tratase de un sistema de carreteras, explicó Audrey van der Meer, catedrática de neuropsicología de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología. La experta dijo que las redes cerebrales de los niños son como caminos tenues y sinuosos en un bosque. Y que a través de la práctica y con la experiencia, estos senderos pueden transformarse en autopistas que conectan diferentes partes del cerebro para transportar información de manera eficaz y rápida.
En un trabajo de investigación que fue publicado el pasado mes de enero, van der Meer y su colaborador Ruud van der Weel observaron los escáneres cerebrales de 36 adultos jóvenes estudiantes de la universidad que realizaban tareas de escritura. Se les solicitó a los alumnos que escribieran palabras de Pictionary usando un bolígrafo digital en un dispositivo de pantalla táctil o que las escribieran en un teclado. La actividad cerebral de los estudiantes durante cada tarea fue captada a través de técnicas de electroencefalograma (EEG).
Van der Meer explicó que lo que más les sorprendió fue que todo el cerebro estaba activo cuando los participantes escribían a mano, [mientras que] áreas mucho más pequeñas eran las que se activaban cuando escribían a máquina. Lo que quiere decir que cuando se escribe a mano se usa la mayor parte del cerebro para hacer el trabajo, afirmó la experta.
La escritura a mano activa las oscilaciones alfa y theta
Por otro lado, el estudio develó que las distintas partes del cerebro activadas por la escritura a mano se comunicaban entre sí a través de ondas cerebrales asociadas al aprendizaje. Van der Meer dijo que hay toda una serie de investigaciones que mencionan sobre oscilaciones alfa y theta en el cerebro que son beneficiosas para el aprendizaje y para la memoria. Aseguró que descubrieron que esas oscilaciones estaban activas durante la escritura a mano, pero no durante la mecanografía.
Luego de lo hallado con este estudio, los investigadores están fomentando la perseverancia en las habilidades de escribir a mano. En su país, muchas escuelas han dejado de enseñar la escritura cursiva, y en su lugar están optando por que los estudiantes escriban y lean en un iPad, tendencia esta que van der Meer espera que cambia con su investigación.
La experte afirmó que cree que se debe tener al menos un mínimo de escritura a mano en los planes de estudio de primaria, justamente porque es muy beneficiosa para el desarrollo del cerebro.
Mientras que, en Estados Unidos, la letra cursiva ya fue eliminada de los Estándares Básicos Comunes. Sin embargo, varios estados del país decidieron incorporarla otra vez a los planes de estudio debido a sus beneficios para el aprendizaje.
Con relación a los adultos, la investigadora recomienda que también utilicen lápiz y papel. Ya que practicar un poco la escritura a mano se trata de un ejercicio muy bueno para nuestro cerebro. Es el equivalente a hacer trabajos de mantenimiento en una carretera muy transitada, afirmó.