Cal Newport, autor de “Slow Productivity” o “Productividad lenta”, explica qué hacer para combatir el estrés que genera el trabajo moderno. Asegura que el trabajo moderno ha empeorado el estrés laboral y hace algunas recomendaciones para mejorar el problema.
Los jefes contribuyen a aumentar el estrés en el trabajo moderno
Llamadas telefónicas, notificaciones, multitarea, reuniones. El lugar de trabajo moderno no se caracteriza precisamente por sus cualidades de relajación. Tanto es así, que el 84 por ciento de los estadounidenses aseguraron en una reciente encuesta que sus jefes contribuyeron al menos a uno de lo problemas de salud mental a los que han tenido que enfrentarse.
A propósito del agotamiento y el estrés que viene alcanzando niveles épicos, Cal Newport, profesor de la Universidad de Georgetown (EEUU), tiene un mensaje contraintuitivo: reducir la velocidad.
En su nueva producción “Slow Productivity” (en español, Productividad lenta), el autor de bestsellers, Cal Newport, desvela por qué las personas son tan infelices en el trabajo moderno. El experto señala que uno de los principios más arraigados en el lugar de trabajo, que es la necesidad de estar ocupado todo el tiempo, es en realidad muy malo para los negocios. Newport asegura que es posible alcanzar grandes logros sin estar innecesariamente ocupado.
En una entrevista para National Geographic, Cal Newport habló acerca de la paradoja del sitio de trabajo moderno y sobre las ventajas que tiene incorporar los principios de la productividad lenta a nuestra propia vida.
El estrés que genera la pseudoproductividad en el trabajo moderno
En su libro Newport usa el término “pseudoproductividad” para describir las normas laborales que se aplican en la actualidad. Pero, ¿qué nos quiere decir con ese término?
El autor dice que la gente usa la actividad visible como sustituto del esfuerzo útil. Un hecho que se remonta a la manera en que se medía la productividad en las fábricas y en los sectores agrícolas en el pasado. En la fábrica, se tiene el número de modelos T producidos, mientras que en la agricultura se pueden medir las fanegas de maíz producido por hectárea de tierra cultivada.
Sin embargo, nada de esto funcionaba en el trabajo del conocimiento. En esta área no existían sistemas de producción claramente definidos que pudieran ser ajustados. De tal modo que la pseudoproductividad era la solución alternativa: si no se puede medir la productividad como se hacía en el pasado, con ratios y cifras, entonces la actividad es mejor que la falta de actividad.
¿Por qué estresa tanto el trabajo de oficina?
Al parecer este problema apareció con la revolución informática. Con la llegada del correo electrónico y las computadoras, y luego llegó la informática móvil y los teléfonos inteligentes. De repente, la pseudoproductividad se disparó a causa de la cantidad de trabajo que el trabajador podía asumir. El asunto con el que la gente podía demostrar que estaba haciendo un esfuerzo con Slack y correos electrónicos y brincando de una reunión digital a otra, fue aumentando. Entonces fue cuando se comenzó a entrar en una espiral hacia la crisis de agotamiento que se vive en la actualidad.
Cuando se habla de pseudoproductividad pensamos en el jefe que insiste en que el trabajador no fiche hasta las 5 de la tarde. Esta es la clásica pseudoproductiviad. Newport explica que la actividad es la medida de la productividad. De tal manera que más actividad es mejor que menos, mientras que no hacer actividad es sospechoso.
Los negocios deberían ir más despacio, esto es más beneficioso
¿Cuáles pueden ser los resultados de tanta presión tanto para los jefes como para el resto del personal? Newport señala que cuando se intenta abarcar tantas cosas como sea posible, con el tiempo la gente termina ralentizando realmente lo que produce. La pseudoproductividad solo hace que los trabajadores sean peores en sus labores. Es una medida pobre. No tiene éxito si el objetivo que se busca es producir realmente cosas buenas.
No obstante, no es cierto que cuando los trabajadores asumen más se hace más. Realmente puede ser contraproducente asumir tantas tareas, aunque suene irónico. El experto dice que los gastos administrativos se van acumulando. Y que al final los trabajadores se encuentran en una situación en la que pasan la mayor parte del día atendiendo los gastos administrativos de todas esas tareas y cosas que han aceptado hacer. Por lo tanto, queda muy poco tiempo para avanzar en el trabajo. Generalmente cae en picada el ritmo al que se hacen las cosas. Esto es malo para todos. Es algo que no permite que las empresas sean más rentables. No es un comportamiento que genere más valor. Lo que logra es quemar a los trabajadores y provocar más rotación.
La generalización del agotamiento que produce el trabajo moderno
Parece que estamos en presencia de una epidemia del agotamiento generalizada. Los datos muestran que el 77 por ciento o más de la mano de obra moderna en los Estados Unidos está experimentando estrés en el sitio de trabajo.
Newport explica que hoy en día esta es una situación bastante difícil, desde el punto de vista psicológico. La manera en que la gente está trabajando es completamente extenuante. Una de las omisiones que más provoca desconcierto de la economía de los últimos veinte o treinta años es que se tiene un sector basado en la utilización de cerebros humanos para crear valor y, no obstante, se desconoce por completo cómo funcionan los cerebros humanos, agregó.
Hoy día se están tratando a los cerebros humanos como cajas negras que solo se limitan a ejecutar tareas, una tras otra. La sobrecarga que representa tratar de seguirle la pista a estos proyectos en el cerebro es brutal. El cerebro humano no tolera esto de tratar de hacer malabarismos con diez cosas distintas que tienen obligaciones continuas y activas.
Las herramientas digitales del trabajo moderno deberían facilitar las cosas
Para el autor está claro que cuando se entiende el cerebro humano, se ve que la multitarea es todo un desastre. Cuando la persona dirige su atención hacia algo como la bandeja de entrada del correo electrónico, se produce un cambio de contexto cognitivo que tiene un alto costo. El cerebro piensa: “Oh, Dios, ahora tenemos que ponerle atención a esto también”. Es todo un desastre para nuestro cerebro. Asegura que es como si la persona estuviera corriendo utilizando zapatos que pesan 4 kilos.
¿Cómo cambiar la manera en que se trabaja? Newport cree que los trabajadores tienen más autonomía de la que piensan. Si tuvieran que escoger una cosa para comenzar, él en el lugar del trabajador reduciría la cantidad de cosas en las que trabajar a la vez.
Y explica que esto no quiere decir que se tenga que reducir el número de cosas que se deban aceptar para hacer. Sin embargo, la diferencia en la mente de la persona entre “estoy trabajando activamente en esto” y “estoy de acuerdo con esto, pero estoy esperando para comenzar”. Lo que le puede dar un respiro al trabajador, permitiéndole recuperar el aliento. Lo que le serviría para bajar el ritmo y pensar de qué otra manera puede mejorar su trabajo.
El perfeccionismo, un enemigo del trabajo
En el momento en que el trabajador logra bajar el ritmo, enseguida el perfeccionismo asoma la cabeza. Este es un inevitable enemigo del oficio. Newport destaca en su libro las soluciones a este problema, habla sobre las estacas en el suelo que se deben poner para atender este asunto. Dice que cuando los Beatles grabaron “Sgt. Pepper”, pudieron quedarse en el estudio de grabación para siempre. Así que lanzaron un single del álbum, precisamente esta fue una estaca en el suelo. En ese momento supieron que tenían que terminarlo. La gente en el trabajo puede hacer lo mismo si se compromete a hacer algo en un lapso de tiempo determinado, explica el autor.
Y el resultado final si se deja que el perfeccionismo actúe sin piedad es que le quitará el respeto por usted mismo, asegura Newport. El perfeccionismo le dice a la persona que para lo único que sirve es para estar siempre ocupada. Le despoja del sentido de la artesanía, la calidad y la agencia. Con el tiempo, lo que realmente afianzará e impulsará al trabajador en su carrera es hacer verdaderamente bien lo que mejor sabe hacer. En el fondo seguimos siendo artesanos. Eso es lo que importa y no se puede perder de vista, concluye.