Nuevo estudio revela que los anticuerpos generados por la infección de la cepa Beta del covid-19; puede llegar a conferir una amplia inmunidad a otras variantes, como la Ómicron.
La cepa Beta del SARS-CoV-2 puede ofrecer protección contra Delta, Ómicron y otras futuras variantes
Científicos de la Charité Universitätsmedizin Berlin y el Centro Alemán de Enfermedades Neuridegenerativas; presentaron un artículo en la revista “Science” con nuevos descubrimientos acerca de la respuesta inmunitaria contra el covid-19.
Esta investigación está basada en trabajos sobre anticuerpos provocados por la infección con la cepa Beta del SARS-CoV-2. Los científicos llegaron a la conclusión de que esta variante puede conferir una amplia inmunidad a varias cepas virales; lo pudiera ser beneficioso para la protección contra las cepas Delta y Ómicron, que en la actualidad están prevaleciendo. De igual manera pudiera servir también para futuras variantes del virus.
Ellos recomiendan tener presente este aspecto en el desarrollo de las estrategias de vacunación a futuro.
Momsen Reincke, uno de los líderes de la investigación; señaló que la variante Beta del covid-19 presenta marcadas diferencias con la cepa original del SARS-CoV-2. Hasta que apareció Ómicron, la cual es ahora dominante; beta era la forma del virus que más estaba alejada de la original; contra ella se han desarrollado las vacunas que hasta ahora existen.
Es de sumo interés conocer más acerca de la respuesta exacta de los anticuerpos a dicha variante. De esa manera las conclusiones se podrán extraer con más exactitud sobre la respuesta inmunitaria a otras cepas. Seguramente el covid-19 seguirá mutando, por ello es interesante conocer si los anticuerpos que se encontraron actúan solamente contra la variante Beta o si tienen un potencial más grande; agregó Reincke.
Muchos anticuerpos
Todo organismo utiliza proteínas para protegerse de los agentes patógenos, este tipo de proteína son los anticuerpos. En el sistema inmunitario de los seres humanos puede haber una inmensa variedad de anticuerpos utilizando mecanismos diversos. Especialmente, recombinando muchas veces los planos de los componentes de un anticuerpo que se encuentren almacenados en el genoma.
Reincke asegura que la respuesta inmunitaria al covid-19 además genera un espectro de anticuerpos que se incorporan a distintas áreas del patógeno. Si se mira desde de la perspectiva de la defensa inmunitaria, la combinación con la conocida proteína de la espiga particularmente eficaz.
Es decir, que se refiere al gancho que usa el virus para adherirse a las células del organismo y de esa forma fijarse. Ciertos anticuerpos se combinan con esta proteína y provocan que el gancho sea inútil. Esos son los anticuerpos neutralizantes. En la investigación, precisamente estos fueron los anticuerpos que fueron estudiados, agregó el investigador.
Anticuerpos presentes en la sangre de personas que habían padecido la cepa Beta del covid-19
Estos descubrimientos de los investigadores alemanes se fundamentaron en un análisis de los anticuerpos de la sangre de 40 individuos. Todas estas personas habían resultado infectadas con la variante Beta del covid.
De los cerca de 300 anticuerpos analizados al principio, solo 81 se unían con peculiar fuerza a la proteína de la espiga del SARS-CoV-2.
Este equipo de investigadores logró desentrañar los planos genéticos de los anticuerpos. Lo que les permitió entender cuáles genes desempeñan un rol en el ensamblaje de dichos anticuerpos y generar de forma artificial estas proteínas inmunitarias para próximos estudios.
Jakob Kreye, otro de los responsables de la investigación; explicó que probaron si los anticuerpos contra la cepa Beta eran también efectivos contra otras variantes del coronavirus. A lo que le denominan reactividad cruzada. Sin embargo, otros son muy eficaces contra la cepa original y además contra ciertas variantes peligrosas. Varios de los anticuerpos que combaten a Beta son inclusive eficaces también contra las variantes vigentes Ómicron y Delta.
En el sitio de la unión se encuentra la clave
Lo determinante de la reactividad cruzada es el lugar de la proteína de la espiga al que se adhiere un anticuerpo específico, y si este lugar ha variado entre las cepas del virus. Los anticuerpos con gran eficacia se conducen a áreas de la proteína de la espiga que no han cambiado mucho en las variantes víricas pasadas. Aunque existen excepciones en el caso de la cepa Ómicron: los miembros del equipo hallaron anticuerpos que trabajan bien contra Ómicron y Beta; y solamente débilmente contras otras cepas. Estos anticuerpos específicos se unen a lugares de la proteína de la espiga que son muy similares en Ómicron y Beta, pero no actúan igual en otras variantes, agregó Kreye.
Otro de los miembros del equipo de la investigación, Harald Prüss; dijo que la reactividad cruzada puede llegar a ser un aspecto significativo de las vacunas futuras. Los anticuerpos individuales que actúan contra la cepa original también presentan una gran eficacia. Lo que ya se ha descrito suficientemente en la literatura científica y además lo demuestran los trabajos hechos en este laboratorio.
Al reunir toda la información anterior con estos nuevos hallazgos, los científicos concluyeron que los anticuerpos producidos contra distintas variantes virales se pueden complementar entre sí; y, por ende, pueden mejorar en conjunto la potencia de la respuesta inmune contra las cepas que se vayan generando. “Será una mayor diversidad posible en la respuesta de los anticuerpos, lo que parece tener mucho sentido”, puntualizó Prüss.