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La ciencia aclara sobre las verdades y los mitos para descansar mejor. A menudo oímos hablar de los peligros de dormir boca arriba o boca abajo. Sin embargo, para la mayoría de nosotros, intentar cambiar la manera de dormir puede resultar más perjudicial que beneficioso.
Para descansar mejor se debe adoptar la postura más apropiada
¿Cómo dormiste anoche? Si eres como la mayoría de las personas, con seguridad elegiste tu postura preferida al momento de acostarte. Aunque una vez que el sueño se instala, lo más probable es que te hayas movido varias veces, cambiando de posición mientras estabas dormido buscando descansar mejor.
Si eres de los que se preocupan por encontrar la postura más beneficiosa para descansar mejor, no eres el único, ya que hay muchas recomendaciones contradictorias e información dudosa en la web que relaciona las posturas para dormir con una larga lista de beneficios y problemas, y el mercado está lleno de dispositivos que prometen evitar que duermas boca arriba, el tradicional enemigo de la ciencia de las posturas para dormir.
Pero la realidad es que tenemos mucho menos control sobre la manera en que dormimos de lo que pensabas, y que hasta sería mejor no intentar tener dicho control.
De acuerdo con Raman Malhotra, ex presidente de la Academia Americana de Medicina del Sueño y profesor de neurología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington (EEUU); a veces resulta más perjudicial que beneficioso tratar de controlar la postura.
Esto es lo que se sabe sobre las posturas para dormir y lo que, de acuerdo con la ciencia del sueño, merece la pena tener en consideración para descansar mejor.
¿Qué decían las viejas teorías sobre el sueño?
¿Eres una esposa holandesa, un flamenco o un miembro de la realeza? La pregunta no pertenece a ningún juego, a pesar de que pueda parecerlo. Estos peculiares apelativos se usan para describir las aparentemente ilimitadas maneras en que nuestro cuerpo se organiza mientras estamos dormidos.
Se trata únicamente de una selección de los términos acuñados por el psicólogo Samuel Dunkell, quien en el año 1977 escribió un conocido libro de psicología en el que llamaba a las posturas durante se duerme “el lenguaje nocturno del cuerpo”. Para este psicólogo, las posturas durante el sueño proporcionaban pistas sobre los rasgos de la psicología y la personalidad de la persona: su posición corporal durante sus horas más vulnerables daba indicios de cómo se movía mientras estaba en vigilia.
El análisis de Samuel Dunkell condujo al joven Joseph De Koninck, psicólogo canadiense, a cuestionarse sobre cómo dormían las personas realmente por la noche. De Koninck fue el creador de un método de stop-motion para fotografiar las posiciones de sueño a lo largo de la noche sin despertar al paciente. El método se basaba en la cámara Super-8 y desencadenó una lluvia de investigaciones sobre cómo duermen las personas.
Sin embargo, el psicólogo, en la actualidad profesor emérito de la Universidad de Ottawa (Canadá), en poco tiempo llegó a la conclusión de que la posición que toma un individuo mientras duerme no tiene nada que ver con sus preferencias, su personalidad o incluso la fase del sueño en la que se encuentra. Tanto más, que aseguró que la posición que se toma durante el comienzo del sueño no es necesariamente la postura que se usa durante toda la noche.
Veamos qué nos dicen los expertos sobre nuestras posturas al dormir
Ahora bien, ¿qué dice la ciencia sobre nuestras posturas a la hora de dormir? Los estudios de DeKonick lograron demostrar que la cantidad de veces que las personas cambian de posición durante el sueño disminuye con la edad y que los adultos mayores prefieren dormir sobre su lado derecho, una postura que podría ser beneficiosa para regular la tensión arterial.
Por otro lado, las investigaciones han demostrado que la gente tiende a pasar más de la mitad del tiempo que está dormida de lado, y que las personas mayores y obesas se mueven menos que la gente más joven.
Mientras dormimos nuestro cuerpo decide sus posturas
Luego de un gran número de estudios de estudios sobre el tema, De Koninck está totalmente convencido de que la posición al dormir es más un reflejo de la fisiología y la anatomía que de la psicología de un individuo, y que una vez que la persona se duerme, es su cuerpo el que decide la postura apropiada para descansar mejor.
Raman Malhotra está de acuerdo con De Koninck. Dijo que desde luego existen unas posiciones más cómodas que otras para ciertos pacientes, por ejemplo, una lesión en el brazo o la pierna izquierdos puede hacer que se duerma más sobre su lado derecho. Aunque el experto hizo énfasis en que una vez que la persona se duerme, puede ser un camino largo y frustrante entrenar a las personas para evitar ciertas posiciones durante el sueño.
Malhotra aseguró que controlar las posiciones de una persona en el momento de dormir es una tarea muy difícil. La mayoría de los pacientes que necesitan cambiar de posición para dormir, es gente que duerme boca arriba y padece apnea del sueño, afección en la que las vías respiratorias se colapsan y no funcionan de forma correcta, lo que provoca que el paciente deje de respirar varias veces por noche.
¿Sirven los dispositivos para corregir las posturas a la hora de dormir?
Hay quienes recurren a extravagantes dispositivos de entrenamiento del sueño para evitar las posturas perjudiciales y lograr descansar mejor. Aunque solo un puñado de estos dispositivos está aprobado por las autoridades médicas, estos aparatos zumban, inflan y colocan a los pacientes en diferentes posiciones para dormir.
Mientras que hay otras personas que solo se pegan una pelota de tenis a la espalda para que dormir boca arriba resulte muy incómodo, una técnica de la vieja escuela que ha demostrado a través de los años que funciona tan bien como los dispositivos especiales modernos de entrenamiento del sueño.
Aun así, entrenar a un paciente para que tome una posición distinta cuando duerme puede llevar meses, y los contratiempos no dejan de aparecer durante el proceso. Las investigaciones han demostrado que las personas tienden a abandonar tanto los dispositivos especiales como las pelotas de tenis por la incomodidad que provocan.
Malhotra dijo al respecto que, algunos de los dispositivos que ellos recomiendan perturban el sueño de los pacientes. Y que esos meses de noches sin dormir se asocian al mismo tiempo con toda clase de problemas de salud, desde ictus y obesidad hasta accidentes y depresión.
¿Qué promete la ciencia para descansar mejor?
La ciencia del sueño continúa mejorando la tecnología que está detrás de las investigaciones del sueño, usando acelerómetros y otras tecnologías para lograr determinar la postura en la que se duerme. Sin embargo, todavía no están claros los beneficios de ciertas posiciones, y resulta complicado poner en práctica la información que los científicos del sueño disponen sobre ellas.
Por ejemplo, las investigaciones hechas con ratones en laboratorio sugieren que dormir de lado se relaciona con una mejor cognición y con un menor riesgo de demencia, es posible que sea porque esto ayuda a eliminar los residuos cerebrales. No obstante, los estudios en roedores no siempre se traducen en individuos humanos, e incluso si se lograra entrenar a nuestro cuerpo para dormir de lado, no está claro si esto beneficiaría a nuestra salud cerebral a largo plazo.
Al respecto, Malhorta sugiere que, en lugar de preocuparnos por algo tan difícil de controlar, es mejor preguntarse cómo uno se siente al despertarse. Aseguró que nuestra mejor medida de la calidad del sueño siempre será cómo nos sentimos por la mañana. Simplemente, la ciencia sugiere que, si la persona ha descansado bien y no tiene apnea del sueño ni dolor, no se debería preocupar por las posiciones al dormir.