Los científicos hallaron dos nuevas especies, entre ellos un pequeño pez. Peces coloridos en la cuenca del Amazonas, que lamentablemente ya forman parte de la lista de candidatos con alto riesgo de extinción.
El pequeño pez puede extinguirse en los próximos meses
Estos peces son pertenecientes a una subfamilia denominada pez ciprínido sudamericano y de agua dulce. El hallazgo sube a cinco el número existente y reconocido de especies ciprínidos de agua dulce.
Los expertos han hallado varias especies de pequeño pez, el Peocilocharax callipterus, en la cuenca del Amazonas, una de las especies Poecilocharax callipterus. Es distinguida por sus grandes y alargadas aletas, resaltando por un intenso color rojo cálido y una oscura mancha naciendo de su cola.
La otra especie reciente es Poecilocharax rhizophilus, el pequeño pez de agua dulce, el cirpínido más pequeño nunca antes hallado. Este minúsculo pez apenas alcanza a medir dos centímetros de longitud solamente en su adultez.
Su cuerpo está pintado de color amarillo con una delgada franja negra en el largo de los flancos y con un llamativo vientre mezclado entre blanco y plateado. Conforme al nuevo estudio, este pequeño pez no alcanza a superar dos centímetros y medio en longitud.
Una investigación publicada en la revista académica “Zoological Journal of the Linnean Society”. Realizó la descripción de las dos especies novedosas, pero, además, las amenazas de su hábitat.
Impactos provocados por los seres humanos, como la desforestación, han llevado a la selva hasta un punto de inflexión. Lo que transformaría este ecosistema biológicamente diverso y rico en una sabana de hierba seca. Dado a que la gran mayoría de los factores influyentes y estresantes se pueden apreciar perjudicando los animales bajo el agua y encima de ella.
Nuevas especies entre bosques en llama
El investigador postdoctoral del Museo Nacional de Historia Natural del Smithsonian, en la capital de Washington, Murilo Pastana, quien es el autor principal de la investigación, junto a sus colegas observaron muestras de ello al transcurrir sus expediciones en el año 2015 y 2016.
Pastana comentó que fue especialmente maravilloso hallar nuevas especies. Aunque en la amplitud de los campos había bosques incendiados, trasportes de madera llevándose árboles gigantes y zonas totalmente despejadas vueltas pasto para ganado. Lo que los llevó a documentar dichas especies con urgencia para tener el trabajo listo lo antes posible.
Descubrimiento impredecible de un pequeño pez
El investigador brasileño Pastana, junto a sus colegas ha emprendido varias expediciones, las cuales fueron financiadas por FAPESP financiadas por la Fundación de Investigación de São Paulo. Con el objeto de una mejor comprensión sobre la evolución de los peces y la diversidad de ellos; como las pirañas y los tetras. Pero también, las demás especies que estás situados en las vías de la cuenca del río Madeira, lleno de biodiversidad piscícola.
Este grupo de investigadores alistaron sus implementos científicos necesarios para las excursiones; sus provisiones y alimentos para diferentes viajes en el transcurso de catorce días. Donde su estadía estuvo parcialmente en arroyos y ríos.
Estas expediciones fueron un poco complejas de atender y dirigir, ya que la gran parte de la Amazonia continúa aislada de los mapas de carretera brasileños. Por lo que el acceso es únicamente posible por medio de los ríos o caminos verdes. De hecho, visitaron zonas que nunca antes se habían pisado por los demás expertos.
Los científicos Murilo Pastana del Museo Nacional de Historia Natural del Smithsonian y William Ohara de la Universidad Federal de Rondônia, recolectan peces cercanos a la orilla de río de Apuí, situado en Brasil. Esta área es una especie de limitante entre las ciudades nuevas y el bosque originario a medida que la desforestación se vuelve más fuerte en el norte.
Esta región está ubicada a 40 kilómetros aproximadamente, hacia el norte de la cuidad de Apuí brasilera, que aloja una de las más grandes tasas de desforestación estadísticamente. Lo que quiere decir que las vías de carretera que ayudaron al experto Pastana y a sus demás compañeros a conducir finalmente a los arroyos, estanques y afluentes además conforman una estructura de la pérdida de hábitat, lamentablemente.
El pequeño pez, un completo desconocido
En el momento que los científicos lanzaron a sumergir sus trampas para atrapas y redes para capturar peces bajo el agua; se vieron impresionados al encontrarse con una diversidad de peces completamente desconocidos, de los que no tenían una idea cercana de su especie.
La pasada especie de Poecilocharax fue descubierta en el año 1965, es decir, hace poco más de medio siglo. Por lo que encontrarse con dichos peces en la actualidad y en una red excursionista resultó ser una grata sorpresa para los científicos.
Los expertos le tomaron las respectivas fotos y también conservaron los peces para realizarles un análisis y estudios prudentes en el Museo de Zoología de la Universidad de São Paulo.
El pequeño pez, Poecilocharax callipterus, inimaginablemente fue hallado en un arroyo de aguas negras; donde dichas aguas se ven teñidas por taninos particulares que se filtran de las hojas caídas, lo que convierte el agua con una pigmentación color café.
Pese a un viaje que hacía seguimiento a la localización de este pequeño pez en diversas secciones de agua, únicamente se han visto en un solo arroyo; el cual está comprendido entre cuatro kilómetros al cuadrado.
Este pequeño pez Poecilocharax callipterus, reside en ríos de aguas negras, que se tiñen por los taninos de hojas que se caen constantemente. La especie número dos, el diminuto Poecilocharax rhizophilus, lo observaron escarbando en unas extrañas raíces enmarañadas, que sobresalían de las orillas en los arroyos ricos en fango.
La característica corporal tan pequeña es poco usual entre los pescados, y apenas 100 de 2,700 peces reconocidos en el Amazonas con considerados miniatura.
Recientemente hallado y recientemente en peligro
los coautores Priscila Camelier, de la Universidad Federal de Bahía y Willian Ohara, de la Universidad Federal de Rondônia, junto a Pastana; estiman que este pez recientemente encontrado ya puede estar bajo amenaza, con un alto riesgo de extinción, corriendo peligro volverse una especie más extinta.
Puesto que su hábitat, donde están viviendo estas criaturas diminutas, se reduce cada vez más, y que es potencialmente atractiva para el mercado aficionado de los acuarios. Los expertos esperan que el hallazgo y la determinación de esta especie puedan incitar al gobierno brasilero a realizar proyectos de conservación en cuanto al hábitat y a la propia especie.
En la especie de Poecilocharax callipterus, el macho lleva en su cuerpo una serie de pigmentaciones rojas y naranjas. Acabar con estas especies sería terriblemente deplorable, cualquiera de estos peces es una obra maestra viva inestimable.
La información recolectada por el investigador Pastana junto a sus colegas, por lo menos deberían ser lo suficientemente aceptables para clasificar a las dos especies prácticamente amenazadas conforme a la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, inclusive el Poecilocharax callipterus hasta podría considerarse como un peligro crítico.
La Amazonía es una región que sigue en peligro
Por los momentos, la Amazonia continúa vulnerable, puesto que todavía siguen las prácticas mineras, la agricultura y la tala. Lo que lleva a los investigadores a tener una preocupación ante la ausencia de medidas de restricción sobre estas actividades de origen ilegal.
Posiblemente, el científico Pastana tenga más participaciones en estudios e investigaciones para entender mejor a las futuras nuevas especies de peces halladas. Aunque su objetivo principal es las demás especies que todavía no cuentan con un nombre o una denominación propia. Varias de estas son provenientes de sitios con condiciones e impactos muy parecidos.
El investigador espera que prontamente tengan un nombre sin que antes se haya destruido todo su hábitat.