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En el reciente informe publicado por la ONU salieron a la luz diferentes factores que están influyendo sobre el cambio climático; y una de los agentes que está afectando en las altas temperaturas es el peligroso gas metano.
En vista de esta situación tan alarmante, los expertos recomiendan comenzar una campaña intensiva para cortar las emisiones de metano. Ya que estiman que esto podría darle al mundo un tiempo adicional para enfrentar las consecuencias del cambio climático.
De acuerdo con los resultados reflejados en el informe del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, también conocido como IPCC por sus siglas en inglés; se llegó a detectar que, entre el 30 % y el 50 % del incremento en las temperaturas ha sido causado por este peligroso gas.
Asimismo, se determinó que, las mayores fuentes de metano están presentes en la agricultura, filtraciones de campos de explotación de petróleo y gas y en vertederos.
Durante los últimos años se han venido realizando esfuerzos importantes para combatir el calentamiento global, enfocándose principalmente en limitar las emisiones de CO2 (dióxido de carbono); las cuales se derivan de actividades humanas como, por ejemplo, la deforestación o producción de energía.
Todo esto se basa en una buena evidencia científica. Pues el dióxido de carbono ha sido el agente responsable del aumento cercano al 70 % en el calentamiento global; el cual ha tenido lugar desde la época de la revolución industrial. Más, sin embargo, el metano no ha sido casi tomado en cuenta.
Impacto del metano como un peligroso gas
A inicios de este año, un estudio de las Naciones Unidas señaló al gas metano (CH4), como un agente influyente en el impacto ambiental que estamos viviendo en los últimos tiempos.
Y recientemente los gráficos del informe del IPCC han confirmado este hecho, mostrando nuevamente la influencia que tiene el CH4; pues según lo calculado se ha añadido medio grado centígrado al calentamiento del planeta.
¿De donde proviene este peligroso gas?
Acorde a los estudios, cerca del 40 % de la producción del metano nace en fuentes naturales como los humedales. Sin embargo, la cantidad más significativa de este gas es proveniente de las actividades humanas.
Según las declaraciones del profesor y científico del IPCC, perteneciente a la Universidad Maynooth, Irlanda; Peter Thorne, “el gas procede de una combinación de orígenes que van desde la agricultura (esto incluye ganado y cultivos de arroz) hasta los botaderos de basura”.
De igual manera Thorne recalcó que, “una de las principales fuentes surge de actividades de producción, transporte y el uso de gas natural “.
Investigaciones que se han realizado anteriormente señalan que, desde el año 2008 se han venido registrando aumentos considerables en emisiones de CH4; los cuales fueron vinculados con el popular “fracking”. Un método de explotación de hidrocarburos que se llevó a cabo en regiones de los Estados Unidos.
No obstante, en 2019, los niveles de este gas en la atmosfera llegaron a escalas récords; cercanos a dos veces y medio más de lo que se había registrado en la época preindustrial.
Pero lo que más preocupa a los científicos e investigadores es el hecho de que, el metano es un agente contundente a la hora de hablar del calentamiento climático.
Para que se tenga una idea de su impacto se pudiera decir que, en un periodo de cien años, el CH4 calienta entre 28 y 34 veces más que el CO2. Aunque un aspecto positivo que tiene este gas es que no dura tanto tiempo en el aire como lo hace el dióxido de carbono.
Estrategias para combatir el gas metano
Thorne explicó que, “si llegamos a emitir 1000 kg de metano hoy, en una década se esperaría que quedase solo la mitad en la atmósfera; y en dos décadas solo una cuarta parte de ella”. Lo que quiere decir que, si logramos detener las emisiones de CH4; a finales de siglo su presencia debería volver a los niveles naturales que había a mediados del siglo XVIII.
Ahora bien, si se habla a corto plazo, los científicos estiman que, si las emisiones de CH4 pudiesen eliminarse entre un 40 % o 45 %; para la próxima década se podría limitar en 0,3 grado el aumento de la temperatura.
Tales cifras representan una gran diferencia en el esfuerzo por evitar que la temperatura global aumente a más de 1,5 ºC.
En este sentido, los expertos mantienen la esperanza en que una serie de acciones relativamente sencillas pueden contribuir a limitar la producción de metano con mayor rapidez. Según el profesor del Royal Holloway Universidad de Londres, Euan Nisbet, “resulta relativamente económico acabar con algunas fuentes de metano”.
Sobre todo, en lo que respecta al tema de las filtraciones en la industria del gas, que actualmente son más fáciles de detectar en comparación con hace 20 años; puesto que los instrumentos para detectarlos son más precisos.