El planeta Venus tiene grandes diferencias con respecto a nuestro planeta. Sin embargo, de alguna manera, ambos también tienen grandes similitudes o semejanzas.
El planeta Venus es como un gran laboratorio
Estos dos planetas presentan tales semejanzas, que al planeta Venus se le ha llegado a considerar el más parecido a la Tierra entre todos los planetas que conforman el Sistema Solar. Es como una si fueran dos hermanos gemelos.
Ciertos fenómenos climáticos que se presentan en la Tierra, tal como el efecto invernadero, también se producen en el Venus, pero en un nivel mucho más elevado.
Tanto es así, que el efecto invernadero que se presenta en la superficie de dicho planeta casi llega a alcanzar los 500 grados Celsius. Lo cual provoca que en las capas más inferiores de su atmósfera la cantidad de dióxido de carbono puede llegar al 98 %.
En unas simulaciones hidrodinámicas se pudo evidenciar que las ondas podrían ser generadas a unos 20 kilómetros de altura; y que, además, pudieran ser capaces de llevar gran parte de su fuerza o energía a alturas mucho más elevadas.
En un artículo de Javier Peralta, McGouldrick y colaboradores, publicado en The Planetary Science Journal. Se describen algunos de los fenómenos que ocurren en el planeta Venus; y se habla de las imágenes de Venus captadas desde el IR2 de la sonda espacial Akatsuki diseñada por la Agencia Espacial Japonesa, JAXA.
El estudio del planeta Venus podría resultar muy útil para entender mejor el efecto invernadero de la Tierra
La observación de todos los fenómenos del planeta Venus en su excepcional laboratorio, resultaría de una utilidad extremadamente grande para entender en profundidad el fenómeno invernadero en términos generales; donde se pudiera obtener una cantidad importante de detalles al respecto.
Tanto es así, que muchos procesos físicos y químicos pudieran llegar a pasar inadvertidos en la Tierra; y sin embargo, pudieran manifestarse con plenitud en las condiciones tan extremas que tiene el planeta Venus.
Un ejemplo de ello, son las ondas de Kelvin; las cuales parecen ser capaces de provocar alteraciones en el balance de energía de las nubes y, en consecuencia, también en los procesos químicos que se dan justo allí. Lo que pudiera llevar a importantes alteraciones en la composición del gas.
El estudio de la atmósfera de Venus serviría para ponderar cómo sería la vida en un planeta rocoso
Por otro lado, Venus también se pudiera considerar como el laboratorio ideal para el estudio de la atmósfera de un planeta tan parecido a la Tierra, pero sin tener que lidiar con la influencia de los procesos biológicos de aquí.
Hacer una comparación de los detalles del planeta Venus con los detalles de la Tierra, sería como una especie de juego de las diferencias; sería potencialmente útil para poder ponderar de qué forma la vida pudiera llegar a establecer las propiedades de la atmósfera de un planeta con superficie rocosa.