Los utensilios de madera están prohibidos en las cocinas de los restaurantes, ya que no son considerados lo suficientemente seguros en el campo microbiológico. Por su parte, los baños de nuestros hogares suelen ser los espacios más contaminados por microbios.
En especial los utensilios de madera favorecen el crecimiento de las bacterias en las cocinas de los hogares
Los baños, al igual que las cocinas, con frecuencia son considerados los espacios domésticos más contaminados. Se suele aislar microbios de encimeras, paños, utensilios, licuadoras, electrodomésticos más grandes como robots de cocinas; o abrelatas, tablas de cortar, desagües de fregaderos, estropajos y esponjas.
Particularmente, los utensilios hechos de madera, como tenedores, cucharas, tablas de cortar o demás aparejos; muy útiles en los espacios domésticos, se encuentran prohibidos en el sector de la restauración, ya que no son considerados lo bastante seguros a nivel microbiológico.
Tanto así, que desde el año 1991 el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos; hizo pública una recomendación para que los estudiantes que ingresan a la universidad y tienen que cocinar por primera vez, tampoco hicieran uso de las tablas de cortar de madera.
La razón, en los dos casos, es que la madera es un material muy poroso capaz de conservar la humedad, favorable para el crecimiento de bacterias y microbios. Por otro lado, este tipo de artículos suelen deteriorarse formando grietas donde se pueden quedar alojados una innumerable cantidad de microorganismos. Por lo tanto, se recomienda la utilización de utensilios fabricados en plástico, silicona o metal. De igual forma, la recomendación va para las cocinas domésticas.
Una contradicción científica en las cocinas
Sin embargo, la discusión no está exenta de polémica. Y es que además hay estudios científicos que señalan que la superficie rugosa de la madera es bastante hostil para la reproducción de bacterias. De hecho, varios análisis apuntan a que la madera posee propiedades antibacterianas.
Se afirma que la percepción del peligro de los consumidores de padecer enfermedades transmitidas a través de los alimentos en el ambiente doméstico es bastante baja; ciertamente, la contaminación cruzada en las cocinas de las casas significa una gran fuente doméstica de infección.
Durante el año 2014, el 37,7 % de las enfermedades de origen alimentario en la Unión Europea se produjeron en ambientes domésticos.
De igual manera, y de acuerdo con uno de los últimos informes de observación del Centro de Control de Enfermedades de EEUU (CDC); durante el año 2016 ocurrieron 76 brotes, es decir un 10 %, y 895 casos de infección (7 %) en esa nación que se les atribuyeron a los alimentos preparados en los hogares de las personas.
Los principales patógenos transmitidas por los alimentos
Mientras que, en los últimos años, los registros de la UE señalan que muchas enfermedades de origen alimentario se relacionan con fuentes de infecciones domésticas. La inadecuada manipulación de los alimentos, no lavarse las manos antes de hacer la comida y manipular los alimentos; además de las prácticas antihigiénicas se consideran las principales causas en los casos de enfermedades transmitidas mediante los alimentos.
A pesar de que la lista es bastante larga, los géneros de bacterias como Salmonella, Listeria y Brucella, Campylobacter, la bacteria Escherichia coli verocitotoxigeenica (VTEC); parásitos como Taenia solium, Cryptosporidium, Echinococcus, Ascaris, Entamoeba histolytica o Giardia y el virus de la hepatitis A, encabezan la lista de patógenos que con mayor frecuencia son transmitidos por alimentos y que dañan a millones de personas anualmente.
Dentro de los estropajos se encuentra el principal foco de contaminación en el hogar
En los hogares se puede señalar entre los potenciales focos de reproducción microbiológicos, a los estropajos. Generalmente estos artículos además de ser usados para limpiar utensilios de cocina y platos; también se utilizan para la limpieza de varias superficies o inclusive sobre estantes de refrigeradores, lo que potencia el riesgo de contaminación cruzada.
Debido a la gran relación superficie-volumen de estos artículos de limpieza, la habitual humedad persistente que presentan, su estructura aireada y porosa y todos los nutrientes favorables para el crecimiento de bacterias que contienen (que provienen de restos de alimentos); los estropajos son un hábitat ideal para los microbios. Se dice que son capaces de alojar 54.000 millones de bacterias por cada centímetro cúbico.
Ya varias investigaciones acerca de la calidad microbiológica de los estropajos, advierten que estos suelen contener un altísimo nivel de contaminación; y, además, es frecuente el aislamiento de patógenos en ellos.
Entre los que destacan la Salmonella spp,. Acinetobacter spp., Staohylococcus aureus, Moraxella spp., Listeria monocytogenes, Campylobacter spp., Enterobacter cloacae, Cronobacter sakazakii o Klebsiella oxytoca.
En el año 1997 se realizó un análisis en los Estados Unidos en 10 cocinas, y se halló que el 33 % de los estropajos que se analizaron resultaron positivos para Escherichia coli; mientras que el 67 % dio positivo para coliformes fecales.
Las residencias universitarias también fueron estudiadas
Una investigación llevada a cabo durante el año 2020, acerca de la calidad microbiológica de los estropajos usados en varias residencias universitarias. Reveló que los estudiantes usaban los estropajos para limpiar artículos como platos, vasos y cubiertos; aunque también lo usaban para limpiar el horno, (en un 32 %), el fregadero (en un 26 %), el refrigerador (un 10 %) y hasta los derrames en el piso en un (4 %).
Los análisis mostraron que los estropajos usados en las residencias universitarias, contenían altos recuentos de bacterias aeróbicas mesófilas, coliformes, enterobacterias y levaduras; además de hongos filamentosos. Mientras que las entetobacterias aisladas con más frecuencia resultaron las Enterobacter cloacae y la Klebsiella oxytoca, las dos son patógenas humanas.
También se determinó en esa oportunidad que todos los aislados de Enterobacter cloacae eran resistentes a tipos de antibióticos como la cefalotina, la amoxicilina, el cefuroxima-axetilo y la cefoxitina.
Es evidente entonces, que la principal enseñanza que nos dejan estos estudios es que se debe renovar con regularidad los estropajos en el hogar.