Un reciente estudio avala que los edulcorantes artificiales ya no deben ser tomados como alternativas seguras para el azúcar. Hoy en día tenemos una gran variedad de opciones para endulzar nuestros alimentos; pero los edulcorantes artificiales podrían ser contraproducentes porque aumentan el riesgo de cáncer en sus consumidores.
Entre los antecedentes del estudio tenemos: “La industria alimentaria utiliza edulcorantes artificiales en una amplia gama de alimentos y bebidas como alternativas a los azúcares añadidos; cuyos efectos nocivos sobre varias enfermedades crónicas están ahora bien establecidos. Se debate la seguridad de estos aditivos comestibles, con hallazgos contradictorios respecto a su papel en la etiología de diversas enfermedades”.
La conclusión del estudio fue publicada por la revista Plos Medicine; este fue un estudio observacional donde los autores establecieron un rechazo a los edulcorantes artificiales como endulzantes sanos para comidas y bebidas. Sin embargo, los autores también admitieron la necesidad de estudios experimentales para reafirmar sus hipotesis.
Esta investigación fue liderada por: la investigadora Charlotte Debras del Instituto Nacional de Salud e Investigación Médica y la doctora Mathilde Touvier de la Universidad Sorbona de París Norte.
Detalles sobre la investigación que expone el riesgo de los edulcorantes artificiales
Cada día estos aditivos llegan a más consumidores nuevos; actualmente estamos en un punto donde millones de personas los prefieren por encima de otros endulzantes convencionales. La seguridad de usar endulzantes sintéticos ha sido tema de debate desde su invención en 1879. Ahora hay evidencias de que pueden estar vinculados a un mayor riesgo de cáncer.
Según explica la revista Plos Medicine: “el equipo de investigadores evaluó la posible carcinogenicidad de los edulcorantes artificiales mediante el análisis de datos recopilados de 102.865 adultos franceses, quienes participaron en el estudio NutriNet-Santé”.
Más específicamente, mediante el estudio se recopilaron datos relativos a la ingesta de edulcorantes artificiales partiendo de registros dietéticos en un período de 24 horas. Una vez obtenida la información sobre el diagnóstico de cáncer durante el seguimiento; el equipo realizó análisis estadísticos para buscar las relaciones entre el consumo de edulcorantes artificiales y el riesgo de cáncer a largo plazo.
En el estudio se tomaron en cuenta factores importantes como: la edad, el sexo, la condición física, la educación, la estatura, el índice de masa corporal, el aumento de peso durante el estudio, el tabaquismo, la diabetes y los antecedentes de cáncer entre la familia.
Como era de esperar, los investigadores confirmaron que los participantes que consumían mayores cantidades de edulcorantes artificiales, particularmente aspartamo y acesulfamo K, eran los que presentaban mayores riesgos de padecer cáncer en comparación con los que no consumieron. Las observaciones sugieren mayores riesgos de padecer cáncer de mama y los cánceres vinculados a la obesidad.
Los investigadores a cargo del estudio señalaron; “los resultados del estudio descartan por completo a los edulcorantes artificiales como alternativas seguras al azúcar en los alimentos y en las bebidas. Además, presentamos información conveniente para aclarar las controversias sobre sus posibles efectos negativos para la salud”.
Otros puntos a tomar en cuenta para darle mayor peso al estudio
Si bien los resultados deben reproducirse también en otras cohortes a gran escala y los mecanismos subyacentes requieren más estudios experimentales para una mejor comprensión. El estudio ya proporciona información contundente y bastante novedosa para que la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria haga una reevaluación necesaria de los edulcorantes aditivos alimentarios.
La investigadora Charlotte Debras dio su punto de vista respecto a los edulcorantes artificiales en el estudio; “los resultados de la cohorte NutriNet-Santé apuntan a que los edulcorantes sintéticos presentes en muchas marcas de alimentos y bebidas en todo el mundo están relacionados a un mayor riesgo de cáncer para sus consumidores regulares”.
No obstante, los investigadores han señalado que el estudio aún tiene varias limitaciones como la ingesta dietética que es autodeclarada. Asimismo, la naturaleza observacional del estudio puede ocasionar una confusión residual donde no se pueda descartar la causalidad inversa.
Por todo lo mencionado, son necesarias investigaciones más profundas que confirmen los resultados obtenidos; aclarando también los mecanismos subyacentes. Por supuesto, este riesgo ya es una realidad y amerita las investigaciones pertinentes que garanticen la seguridad alimentaria.