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En una investigación realizada en 363 municipios de nueve países de Latinoamérica fueron registradas las tasas más altas de muertes prevenibles; siendo Brasil, México y Colombia los países con las principales urbes involucradas.
En el estudio se pudo determinar que, aquellas ciudades más pobres y con menor acceso a la educación son las más afectadas al presentar decesos que podrían haber sido evitados a través de la atención médica adecuada.
Los niveles socioeconómicos juegan un papel crucial en estos casos; pues aquellas zonas en las que dicho nivel es bajo tienden a reflejar un mayor número de muertes prevenibles. Lo que quiere decir que, pudieron haber sido evitadas con el suministro de un tratamiento médico adecuado.
Las evaluaciones que registraron los números de defunción en 363 municipios fueron realizadas entre el año 2010 y el 2016; mostrando cómo los menores índices de acceso y calidad de educación básica y secundaria correspondían a las tasas más altas de muertes que pudieron haber sido prevenidas por medio de métodos sanitarios de calidad.
Asimismo, en estudios anteriores coincidió el hecho de que las urbes de Latinoamérica donde este tipo de decesos son más frecuentes poseen los peores niveles de pobreza, acceso a servicios públicos y hacinamiento.
¿A qué se le consideran muertes prevenibles?
Acorde a lo explicado por el investigador principal del estudio, y epidemiólogo social en la Universidad de Drexel, Filadelfia, Usama Bilal, “las muertes ocurridas en niños de 0 a 14 años con VIH se consideran prevenibles; puesto que un sistema de salud que funcione correctamente, debería ser capaz de ofrecer tratamiento a todas las mujeres en estado de embarazo que padezcan la enfermedad. Para de esta manera prevenir el fallecimiento de los menores”.
Haciendo énfasis en que “nadie debería morir a causa de afecciones como difteria, varicela, meningitis, tétanos, hepatitis o sarampión; ya que son enfermedades que pueden ser evitadas con la inoculación de vacunas a las que todo ciudadano tiene derecho”.
En este sentido, el experto señala que, si un individuo fallece por una enfermedad para la que ya existe cura es debido a que el sistema de salud no se encuentra funcionando correctamente. “Como es el caso de la tuberculosis, por ejemplo, una afección para la que ya hay tratamiento; pero por la que aún muchas personas en la región siguen falleciendo”. Agregó Bilal.
A esta lista también se pueden añadir las muertes de mujeres gestantes o que recién dan a luz; así como también los fallecimientos por diabetes en pacientes jóvenes, algunos accidentes de tránsito e incluso los suicidios.
¿Por qué ocurren las muertes prevenibles?
Según el investigador, Bilal, factores como el desarrollo social y financiero están fuertemente vinculados a las tasas de mortalidad prevenibles. Durante los análisis se llegó a mostrar que, el número de muertes en Latinoamérica por estas causas es drásticamente variable.
Pues en algunas ciudades de Colombia, Argentina, Chile, Costa Rica, Brasil, Panamá, El Salvador, México y Perú (que fueron los países estudiados); por cada 1.000 habitantes se observaron menos de 400 defunciones potencialmente evitables; mientras que, en otras hubo más de 1.000 muertes por la misma proporción. Un hecho notablemente contrastante.
En este sentido, Bilal, apuntó que, durante el estudio observaron que, pese a tener un sistema de salud común; las ciudades de una misma nación reportaron tasas de mortalidad prevenibles muy diferentes. La razón de esto se debe a que la prevención y reducción de tales muertes no solo depende del sistema sanitario y su organización; sino también de las mejoras en las condiciones de vida de las personas que habitan allí.
Esto en otras palabras pudiera ser el motivo por el cual, los más ricos tienen menores probabilidades de morir. “En el caso de Colombia, se pudo apreciar que, hay ciudades con una tasa de mortandad prevenible tan alta como la que se muestran en Afganistán; mientras que en otras ciudades del mismo país se presentan tasas muy bajas como en Berlín”. Añadió Bilal.
Por su parte, la coautora de la investigación y también epidemióloga social de la Universidad de Drexel, Pricila Mullachery, coincidió con el hecho de que las características específicas de cada ciudad, como, por ejemplo, las barreras especiales, el tamaño de la población y el nivel socioeconómico, afectan de forma directa en la ocurrencia de dichas muertes prevenibles.
Registros de muertes en ciudades de América Latina
Tasas de mortalidad más altas
Como parte de su explicación, Mullachery dijo que, en algunas ciudades de Brasil, México y Colombia, países con gastos relativamente bajos en atención médica, presentaron las tasas más altas de muertes prevenibles al no contar con servicios médicos eficientes entre pacientes con enfermedades crónicas.
En el caso de Brasil, Caxias, Vitória de Santo Antão y Parauapebas, fueron las ciudades más afectadas. En cuanto a México, Nogales, San Luis Río Colorado y Piedras Negras. Y en Colombia Barrancabermeja, Buenaventura y Riohacha.
La suma de las ciudades de Perú resultó tener la tasa más alta de muertes por enfermedades que pudieron haber sido prevenidas mediante vacunas.
Tasas de mortalidad más bajas
Por su parte, las ciudades con tasas de mortalidad más bajas pertenecieron a Santiago de Chile, Valparaíso-Viña del Mar y Valdivia en Chile; así como a La Rioja, San Carlos de Bariloche y Tandil en Argentina.
Para finalizar, Mullachery agregó que, “las tasas de mortalidad cambiaron tanto en parte, debido a que los países poseen una distribución diferente de factores que causan enfermedades; así como el acceso diferente al tratamiento de estas”.