En investigaciones anteriores se ha demostrado que animales como los perros, hienas, peces guppy y abejas son capaces de responder ante estímulos numéricos, tal y como lo hacen los humanos; más, sin embargo, carecen de la habilidad de realizar cálculos matemáticos.
Hacer cuentas numéricas y tener conocimiento sobre los números, es una de las actividades básicas que aprendemos durante nuestro proceso de crecimiento; ya que es un método que desde los inicios de la historia ha servido para comercializar, organizar y distribuir las cosas. Contribuyendo al desarrollo de las civilizaciones que hoy en día conocemos.
Sin embargo, no somos la única especie con capacidad de reconocer los números, pues existen algunos animales que han adquirido este rasgo. Lo que quiere decir que, tanto los animales como los seres humanos, compartimos ciertas habilidades numéricas notables; un factor muy importante que nos ayuda a tomar decisiones básicas sobre dónde refugiarnos o de dónde escoger alimentos.
En este sentido, el hecho de responder ante estímulos numéricos es considerado como un rasgo evolucionado, tanto en animales como en humanos. No obstante, las cosas comienzan a cambiar cuando entra en juego el factor lenguaje; que es uno de los mecanismos que utilizamos día a día en nuestro sistema matemático avanzado, del cual los animales no forman parte.
¿Cómo son los sistemas numéricos?
Los seres humanos al nacer y los animales no son capaces de contar como comúnmente solemos hacerlo. Esto se debe a que utilizan dos sistemas numéricos diferentes.
Expertos aseguran que, a partir de los diez meses de edad, los bebes humanos comienzan a familiarizarse con los números. Aunque existe un límite en sus habilidades numéricas, puesto que “únicamente pueden detectar cambios numéricos entre uno y tres”. Tal habilidad es desarrollada en animales con cerebros mucho más pequeños como el de los peces o abejas.
Este sistema numérico le permite a los bebes y animales poder percibir el número de un pequeño conjunto de elementos, sin la necesidad de realmente contar. A esto se le llama “sistema de memoria de trabajo de atención interna”, el cual funciona por retentiva.
Conforme crecemos, vamos desarrollando las habilidades para estimar números mucho más grandes, aún sin tener que referirnos al lenguaje como tal. Es decir, somos capaces de determinar cuando hay más cantidad de elementos de un lado que del otro sin necesidad de contar. A este mecanismo se le denomina “sistema numérico aproximado”, que trata de otro sistema numérico interno especializado en aproximar cifras de números grandes de forma imprecisa.
En vista de que este sistema ayuda en la toma de decisiones sobre que fuente de alimento es más abundante, por ejemplo; es muy probable que animales como delfines, aves, primates, peces e incluso elefantes, puedan desarrollar un sistema numérico aproximado, igual que los humanos.
En el caso de los seres humanos, la precisión de tal sistema va mejorando con el desarrollo. Esto significa que un recién nacido puede estimar diferencias aproximadas en números, en una proporción de 1:3; mientras que un adulto puede perfeccionar el sistema en una proporción de 9:10.
Ahora bien, en el caso de los animales, los sistemas cerebrales detrás de ellos, pueden variar acorde a la especie en sí. Lo que si es cierto es que, muchas especies animales en general poseen la capacidad de extraer información numérica; por lo que su sensibilidad a los números ha evolucionado considerablemente.
Símbolos numéricos para realizar cálculos matemáticos
La capacidad de representar los números con símbolos es una habilidad que solo desarrollamos los seres humanos; y es allí donde radica la diferencia entre ambas especies.
Esta practica es un mecanismo que viene implementándose desde nuestros parientes neandertales hace 60.000 años aproximadamente.
Una de las primeras cosas que aprendemos cuando estamos pequeños es a contar con nuestros dedos; con lo cual los primeros números que aprendemos son del 1 al 10. Sin embargo, en el Sistema de Conteo Tradicional del Yupno de Papúa, Nueva Guinea, se logró extender la cifra a los 33; ya que se incluyó otras partes del cuerpo, iniciando con los dedos de los pies, seguido de los ojos, las orejas, nariz, fosas nasales, los pezones, el ombligo, testículos y el pene.
No obstante, conforme vamos creciendo, nuestras capacidades cognitivas van desarrollándose, permitiéndonos utilizar sistemas simbólicos mucho más avanzados.
Generalmente para contar los seres humanos usan el sistema de numeración hindú-árabe. El cual utiliza un total de diez símbolos que van del 0 al 9, en un sistema posicional que permite representar un conjunto de números infinito.
Una vez que los niños aprenden el significado de los dígitos numéricos, ya conocen las palabras numéricas. En este sentido, el aprendizaje de las palabras numéricas se determina por el entorno del lenguaje.
Habilidades para realizar cálculos matemáticos
A menudo a muchos niños y adultos les cuesta entender las matemáticas; y según un estudio realizado recientemente, se llegó a descubrir que los niños en edad preescolar que poseen un sistema numérico aproximado más preciso tienen a tener mayores probabilidades de conseguir buenos resultados en aritmética; en comparación con otros niños con un sistema numérico aproximado menos preciso.
Lo que quiere decir que, los sistemas numéricos de alguna manera están vinculados a la capacidad matemática del individuo.
En conclusión, podría decirse que, a pesar de que los animales y los seres humanos extraen información numérica de su entorno constantemente, es el lenguaje la verdadera clave que los distingue.