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Cantidad de fibra recomendada para reducir el riesgo de cáncer colorrectal

La población joven se está viendo más afectada por el cáncer colorrectal en el mundo

Los índices de cáncer colorrectal han venido en aumento sobre todo entre la población más joven. Por otro lado, la mayoría de los españoles solo consumen la mitad de la fibra diaria recomendada por los especialistas.

La población joven se está viendo más afectada por el cáncer colorrectal en el mundo

Las tasas de cáncer colorrectal están incrementándose entre los jóvenes hasta el punto en que ya se ha posicionado como el tercer cáncer más común a nivel mundial. Mientras tanto, la mayoría de los españoles únicamente consumen la mitad de la fibra diaria que ha sido recomendada por los especialistas. Además, la comunidad científica estima que ambos fenómenos podrían estar relacionados.

Karen Collins, dietista diplomada y asesora en nutrición del Instituto Americano para la Investigación del Cáncer, afirmó que existen pruebas fehacientes de que las dietas abundantes en fibra reducen el riesgo de cáncer colorrectal.

La fibra además está asociada con otras muchas ventajas para nuestra salud. Jen Messer, dietista titulada y presidenta de la Academia de Nutrición y Dietética de New Hampshire (Estados Unidos), aseguró que la fibra favorece la salud digestiva, reduce el colesterol LDL para mejorar la salud de l corazón, además ayuda en la regularización de los niveles de azúcar en sangre para reducir el riesgo de diabetes. También la fibra ayuda a controlar el peso al estimular la saciedad y alimenta los microbios intestinales beneficiosos que habitan simbióticamente en nuestro tracto gastrointestinal.

¿Cuáles son los beneficios que aporta la fibra a nuestro cuerpo?

Alice Lichtenstein, directora del equipo de nutrición cardiovascular del Centro de Investigación sobre Nutrición Humana Jean Mayer USDA de la Universidad Tufts (EEUU), explicó que la fibra es un tipo de hidrato de carbono no digerible que se queda en el colon luego de que el cuerpo haya absorbido otros componentes de los alimentos.

Hay 2 tipos de fibras: fibra soluble y la insoluble. Estas tienen beneficios y funciones distintas. La función principal de la fibra soluble es la de formar una masa para las heces. Abbie McLellan, dietista clínica en Stanford Health Care (EEUU); señaló que, “la fibra soluble funciona como un cepillo suave que se desplaza por nuestro intestino para ayudar en la eliminación de los desechos de manera más eficaz”.

Este tipo de fibra se une a los ácidos biliares, compuestos de colesterol, y los elimina de nuestro cuerpo, reduciendo de esta manera los niveles de colesterol LDL, mejor conocido como colesterol “malo”. La materia fecal con fibra también mejora la suavidad y el tamaño de las heces, con lo que se reduce el estreñimiento y la hinchazón, agregó McLellan.

Por su parte, la fibra insoluble se encarga de absorber los líquidos, con lo que crea una sustancia gelatinosa que favorece la sensación de saciedad al ralentizar la digestión. Al aumentar la sensación de saciedad se pueden frenar las punzadas de hambre lo que nos sirve para mantener nuestro peso a raya.

McLellan también explicó que la fibra insoluble a lo largo de este proceso además aumenta la sensibilidad a la insulina, con lo que se mejoran los niveles de azúcar en sangre y se evitan los picos excesivos de glucosa relacionados con la prediabetes y la diabetes.

La fibra reduce la inflamación y mejora la salud del corazón

Podemos encontrar la fibra soluble en alimentos como las manzanas, los plátanos, los cítricos, las zanahorias, los guisantes, las judías negras, las coles de Bruselas, la cebada, las habas, la avena y los aguacates. Mientras que la fibra insoluble la podemos hallar en la harina integral, las semillas, los frutos secos, las judías verdes, el salvado de trigo, las patatas y la coliflor.

Ha quedado demostrado que los dos tipos de fibra reducen la inflamación, mejoran la salud del corazón y combaten las afecciones asociadas, como la artritis y las cardiopatías.

Al respecto Lichtenstein dijo que cada tipo de fibra es además una importante fuente de alimento para los microorganismos beneficiosos que viven en nuestro intestino, que tiene una amplia gama de funciones importante, como la mejora de la salud inmunitaria y la producción de hormonas.

¿Es posible que la fibra pueda prevenir el cáncer colorrectal?

Entre las ventajas que tiene consumir suficiente fibra está la reducción del riesgo de padecer cáncer de colon. Un importante estudio europeo que se llevó a cabo el año pasado halló que las personas con mayor consumo de fibra tienen un riesgo significativamente menor de cáncer de colon. Los metanálisis de investigaciones más recientes han demostrado lo mismo.

Una de las maneras en que la fibra logra esto es por medio de la alimentación de las bacterias intestinales beneficiosas. Ya que produce metabolitos, que son diminutas moléculas que resultan de la descomposición de alimentos o sustancias químicas; los metabolitos reducen la inflamación y, por ende, protegen a las células de transformarse en cancerosas, explicó el oncólogo que estudia la relación entre la dieta, el metabolismo y el cáncer en el Memorial Sloan Kettering Cancer Center de Estados Unidos, Neil Iyengar.

El oncólogo además dijo que estos metabolitos también pueden activar el sistema inmunitario e incrementar la inmunidad contra el cáncer. Y son capaces de estimular la producción de una capa de mucosidad en nuestro colon, que viene a reforzar la unión entre las conexiones celulares, minimizando las fugas. Un colon con fugas eleva el riesgo general de inflamación cancerígena en el organismo, por lo tanto, se deben mantener estas uniones celulares herméticas lo que se reconoce como una característica protectora de la ingesta de fibra, agregó Iyengar.

Messer aseguró que los metabolitos también producen ácidos grasos de cadena corta que nutren el revestimiento interno del colon, lo que sirve aún más para proteger las células contra los daños.

Proteger al colon de los carcinógenos cancerígenos producidos por los alimentos ultraprocesados y las carnes rojas

Los estudios han demostrado que la fibra también reduce el riesgo de cáncer colorrectal al hacer que las heces se desplacen más rápido por nuestro cuerpo, reduciendo de esta manera el tiempo que los productos de desecho entran en contacto con las células del colon, dijo Carolyn Newberry, médico adjunto, científica especializada en nutrición y gastroenteróloga del Centro Médico Weill Cornell de EEUU. Lo que es realmente importante ya que las heces pueden contener carcinógenos cancerígenos procedentes de los alimentos ultraprocesados y las carnes rojas.

La función que desempeña la fibra en el control del peso además es útil, ya que la obesidad y el aumento excesivo de peso se encuentran muy relacionados con un mayor riesgo de cáncer colorrectal, aseguró Collins.

Messer explicó que para los pacientes que ya sufren de cáncer, la fibra además podría ayudar en el tratamiento gracias a sus efectos sobre el microbioma intestinal. Los estudios demuestran que esto puede hacer que la inmunoterapia y la quimioterapia sean más eficaces y minimizar sus efectos secundarios.  

¿Qué cantidad de fibra necesitamos para mantenernos sanos?

La cantidad de fibra que necesitamos consumir puede variar, pero la ingesta diaria que ha sido recomendad en los Estados Unidos en de 14 g por cada 1000 calorías ingeridas. Es decir, para una dieta típica de 2000 calorías, se recomienda el consumo de 28 g de fibra al día. El Instituto Americano para la Investigación del Cáncer va un poco más allá al recomendar que los adultos ingieran por lo meno 30 g de fibra dietética diariamente para reducir el riesgo de cáncer. La recomendación en Europa es consumir 25 g de fibra al día.  

Newberry afirmó que, a pesar de las recomendaciones de las autoridades, 9 de cada 10 estadounidenses no cubre sus necesidades diarias de fibra.

Sin embargo, en lo que se trata a la prevención del cáncer, todavía no se conoce cuáles son las mejores fuentes de fibra, explicó Eric Rimm, catedrático de epidemiología y nutricionista de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard (Estados Unidos).

Rimm explicó que un ejemplo de ello es que los investigadores todavía están tratando de entender mejor cómo los microorganismos intestinales metabolizan la fibra soluble y la fibra insoluble de forma diferente, por lo que una variedad de fuentes continúa siendo lo que se recomienda para reducir la fibra en la dieta.

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