Cualidades como la creatividad, la empatía, la imaginación y la curiosidad, se encuentran dentro de la flexibilidad cognitiva de los individuos. Estos rasgos son claves para los procesos de adaptación y resolución de problemas en la vida de las personas.
¿Qué es la flexibilidad cognitiva?
La inteligencia, expresada a través del coheficiente intelectual (CI) del individuo, suele ser vista por las personas como el mayor responsable del éxito. Sin embargo, al revisar la historia de la humanidad, se puede notar que los genios han demostrado cualidades como imaginación, curiosidad y creatividad para desarrollar los grandes avances.
Estas características se encuentran dentro de lo que los científicos llaman flexibilidad cognitiva. La cual es una habilidad que le permite a la gente adaptar su comportamiento para alcanzar metas en un contexto nuevo o cambiante.
La flexibilidad cognitiva ofrece al individuo la capacidad de notar oportunamente que sus acciones no le van a llevar al éxito; de manera que la persona pueda hacer los cambios para obtener resultados óptimos en la tarea que esté desarrollando. De esa forma, cambiando de estrategias, puede tomar las mejores decisiones.
Importancia de saber adaptarse a situaciones nuevas como la pandemia
La forma de como las personas enfrentan la pandemia, es clave para que cada quien pueda seguir con su vida cotidiana. Existen quienes actúan de manera rígida y se apegan tercamente al plan original; mientras que hay personas más flexibles, que se adaptaron a la nueva situación sin mayores problemas.
Para algunos resultó más fácil adaptar sus rutinas, para poder llevar a cabo muchas actividades o tareas desde casa. Hasta es posible que estas personas hayan logrado cambiar estas rutinas en ocasiones, para encontrar nuevas y mejores formas de hacer sus vidas.
Utilidad de la flexibilidad cognitiva
Cuando se cuenta con una buena flexibilidad cognitiva, la persona puede mejorar académica y laboralmente. Y mejorar, además, su capacidad de resolución de problemas.
Para ser más creativos se debe contar con un pensamiento flexible; es decir, tener la capacidad de crear nuevas ideas, de hacer nuevas conexiones entre ideas, de crear nuevos inventos.
A diferencia de la memoria de trabajo, cuánto puede recordar la persona en un determinado momento (gracias a la creatividad), es en gran medida independiente del coeficiente intelectual del individuo. Muchos artistas visuales, por ejemplo, que tienen una inteligencia media, han sido capaces de crear obras maestras.
Contradiciendo la creencia de muchos, la creatividad es también importante en las áreas de ciencia e innovación.
¿Cómo mejorarla?
Existe la posibilidad de entrenar la flexibilidad cognitiva. La terapia cognitivo-conductual (TCC), es una forma de terapia psicológica que puede ayudar a las personas a cambiar sus patrones de comportamiento y de pensamientos.
Imagine el caso, donde una persona con depresión que no haya sido contactada por un amigo durante una semana, pueda pensar que ya no le agrada o no le importa a ese amigo.
En TCC, el objetivo sería reconstruir el pensamiento de esta persona, para que pueda considerar opciones más flexibles; como que pueda entonces pensar que el amigo está ocupado o que no haya logrado contactarlo.
¿La flexibilidad cognitiva hace que las personas sean más inteligentes sin mejorar su CI?
Actualmente científicos de la Universidad de Cambridge, están trabajando en un proyecto sobre la flexibilidad cognitiva.
Los investigadores han determinado que la flexibilidad cognitiva lleva a una mejor “cognición fría”; la cual es un pensamiento no emocional o racional, que permanece en la vida de la persona.
Por ejemplo, esta habilidad en los niños puede conducir a una mayor capacidad de lectura y por ende a un mejor rendimiento escolar.
También puede llegar a protegernos de una serie de sesgos, como es el caso del sesgo de confirmación.
Esto ocurre debido a que las personas que poseen buena flexibilidad cognitiva, logran reconocer mejor las posibles fallas en ellas mismas, y son capaces de utilizar estrategias para superar dichas fallas.
También se asocia la flexibilidad cognitiva con una mayor resistencia a los acontecimientos negativos de la vida de la persona; así como con una mayor calidad de vida en las personas de la tercera edad.
Está demostrado que la flexibilidad cognitiva puede ser beneficiosa en la cognición emocional y social. Ya que tiene un fuerte vínculo con la capacidad de las personas de comprender los pensamientos, las emociones y las intenciones de los demás.