Un lunar es una mancha pigmentada de pequeño tamaño que se adquiere a cualquier profundidad de la piel y puede aparecer en distintas partes del cuerpo. Sus bordes son definidos y su constitución está cargada de células névicas contenidas con melanina. La aparición de lunares nuevos en la piel es muy frecuente, así como normal en la mayoría de los casos.
Los lunares aparecen cuando las células de la piel tienen un crecimiento aglomerado o en grupo. Su nombre técnico es nevus, una palabra que proviene del latín y su significado es marca de nacimiento; no obstante, en su mayoría estos lunares surgen durante la etapa adolescente y la etapa adulta de una persona.
Es importante mencionar que, no todas las marcas nuevas que la piel adquiera tienen que ser lunares. Por ello, es necesario que se tenga conocimiento de las diferencias y las posibles causas de la aparición de las lesiones en la piel.
Además de encontrar lunares comunes, se pueden identificar otras lesiones como los fibromas o los lunares rojos. La edad constituye un factor fundamental en la evaluación y el diagnóstico dictado por el especialista, en este caso un dermatólogo, en conjunto con los respectivos exámenes físicos pertinentes.
Uno de los procesos más utilizados es la dermatoscopia para identificar de forma precisa y concreta que tipo de marca es la que ha aparecido en la piel. De acuerdo a la tonalidad de la piel de las personas, serán más propensas o no a poseer lunares.
La exposición solar influye en la aparición de lunares
Todas las personas en el mundo tienen lunares, incluso aquellos individuos de tez muy oscura, aunque para estos son menos evidentes al poseer una carga de melanina mucho más grande. Los lunares pueden ser clasificados como un tipo de tumor benigno y se observan con mayor frecuencia en personas blancas.
En promedio una persona adulta tiene 20 lunares en su cuerpo, estos no presentan síntomas en el ser humano y en caso contrario, como picor, dolor o enrojecimiento es necesario que se realice una valoración médica que indique el riesgo maligno que puede representar la presencia de esta marca en el paciente.
La coloración típica de un lunar es marrón, cuando el color no corresponde con este, en cambio, es rojo o azul se trata de un nevus más problemático. De acuerdo a estudios realizados sobre el tema, los lunares surgen en la mayor parte de los casos debido a una interacción de muchos factores genéticos, su desencadenamiento se asocia a los períodos de exposición solar de la persona.
Afortunadamente, casi todos los lunares son benignos y no representan un peligro para la salud del individuo, ni afectan la calidad de vida del mismo, exceptuando solo algunos que pueden representar algún problema estético. Las características inusuales son las que pueden brindar señales sobre un posible riesgo.
Algunas señales a las que se deben prestar atención con la aparición de lunares
De manera general, se recomienda en algunas ocasiones la extirpación de los lunares cuando se encuentran localizados en áreas donde es frecuente el roce o presión de los mismos, también si están en una zona con mayor exposición a los rayos solares o cuando las dimensiones son demasiado grandes.
Cuando ocurre un cambio en el aspecto de un lunar común, ya sea de color o de tamaño a través del paso del tiempo se debe realizar una consulta médica. De igual manera, si este se ubica rodeado de una aureola rojiza o existe la presencia de sangrado se tiene la posibilidad de eliminarlo de la piel; así como cuando la persona presenta picazón o dolor persistente.
La complicación principal que puede presentar un lunar es el melanoma, ciertas personas son más propensas a poseer un riesgo mayor que lo promedio, a que sus lunares sean cancerosos y pasen a convertirse en melanoma.
Algunos factores elevan el nivel de riesgo como el nacer con lunares grandes, si el bebé posee uno de estos es importante que se le preste la debida atención. Asimismo, se encuentran los lunares con forma irregular y de un tamaño mayor a lo común; estos son llamados nevos atípicos o poco comunes.
El tener muchos lunares también forma parte de los factores que indican un riesgo mayor de padecer melanoma; por lo que tener más de 50 lunares comunes en la piel, es un factor que incrementa el riesgo.
Cuidados importantes para mantener una piel saludable
En todo caso, se deben de igual manera tomar medidas de protección solar para mantener un mayor cuidado en la salud de la piel. Algunas de estas medidas son evitar la exposición solar en horas donde el sol es mucho más intenso, que regularmente se encuentran en un horario comprendido entre las 10:00 am y las 4:00pm.
El uso del protector solar durante todo el año es indispensable para mantener una piel saludable por lo que la Academia Americana de Dermatología aconseja que las persona se apliquen un protector solar de alto espectro una media hora antes de salir; que sea resistente al agua y posea un factor de protección de al menos 30, incluso cuando los días estén nublados.
Los accesorios también sirven para proteger el cuerpo como las gafas de sol y los sombreros, además, la ropa que cubre la mayor parte de la piel ayuda a evitar los daños causados por los rayos ultravioletas. Finalmente es recomendable que con la aparición de lunares no se empleen las lámparas de bronceado y las camas solares, su emisión de radiación UV puede aumentar los riegos de cáncer en la piel.