Las funciones anatómicas que tenían los dinosaurios son estudiadas por muchos científicos a pesar de los muchos años transcurridos; ciertos animales que actualmente habitan el planeta poseen características de estos animales extintos. Recientemente una investigación declara que algunos de estos dinosaurios corrían con mejor estabilidad y eficiencia gracias a su cola de dinosaurio.
Resulta sumamente complicado estudiar especies que al día de hoy se encuentran extintas, solamente se puede tomar en consideración los huesos y las huellas que quedan de los fósiles que se han descubierto para ser sometidos a distintos análisis e interpretaciones en el mundo científico, que proporcionen un poco de luz sobre el tema.
Gran parte de los estudios sobre el movimiento de los dinosaurios bípedos; aquellos que utilizan solamente sus dos extremidades inferiores para trasladarse como el tiranosaurio, fueron enfocados mayoritariamente en las patas de estos antiguos animales terrestres.
En este sentido, los científicos consideraban que las colas de estos grandes animales, solo eran estructuras pasivas que ayudaban a mantener el equilibrio de los mismos; indicó el autor principal del nuevo estudio y profesor de la Universidad de Harvard, Peter Bishop.
El rol de la cola de dinosaurio bípedo en una simulación
Bishop y su grupo de científicos eligieron internarse de una manera más profunda en la biomecánica de los dinosaurios bípedos; así como en el rol que cumplían sus colas. Para ello, hicieron uso de un método de simulación que es empleado generalmente en los campos de la medicina y también, en la industria aeroespacial.
El experto menciona que en realidad no tenían ninguna expectativa o hipótesis al comenzar la investigación, solo suponían que la cola sencillamente estaría colgando. No obstante, al realizar las respectivas simulaciones revelaron que la misma cumplía más funciones de las que llegaron a considerar.
En un primer paso, el equipo puso en marcha las simulaciones en una criatura viviente como medio de prueba. El elegido para cumplir con ello fue el pájaro tinamú, este orden de aves terrestres se puede hallar casi en toda América Latina y presenta aspectos característicos semejantes al de los antiguos dinosaurios bípedos.
Posterior al empleo de los tinamúes para calibrar las simulaciones, el equipo científico las aplicó a un modelo digitalizado; elaborado a través de tomografías computarizadas de los fósiles de un Coelophysis bauri, una especie de dinosaurio que existió a lo largo del período triásico, extendido desde hace unos 251,9 millones de años a unos 201,3 millones de años.
De acuerdo a esta simulación, los investigadores pudieron activar y desactivar a su disposición las partes del cuerpo que conformaban al dinosaurio para conocer de una forma exacta que función cumplían cada una de ellas; todo esto mientras que el dinosaurio simulado corría entre dos puntos, uno A y uno B, en la menor cantidad de tiempo posible.
El momento angular de la criatura
Mediante la prueba descubrieron que la cola de los Coelophysis bauri era más que un contrapeso para mantener equilibrada su gran estructura. Si la cola era eliminada del dinosaurio o se impedía el movimiento de la misma, en la simulación, el animal procedió a realizar movimientos de rotación con su pelvis de una forma distinta y así compensar la cola que le faltaba o estaba inmóvil.
Debido a esto, sugieren que la cola poseía un rol en el control del momento angular muy importante; este momento es el que manifiesta un objeto en rotación. Al pensar que el centro del dinosaurio es como un eje, la cola de la criatura se encuentra trabajando en mantener su equilibrio; a la vez que el peso de su cuerpo va cambiando de izquierda a derecha en una carrera.
Bishop señala que, por este mismo motivo es que los seres humanos balanceamos los brazos al andar o a la hora de correr. Los cortos brazos que este dinosaurio poseía; al igual que otros dinosaurios bípedos, no colaboraban mucho en el control de equilibrio dinámico.
Una locomoción energéticamente eficiente
Adicionalmente, los científicos encontraron que, si obligaban a la cola del dinosaurio a tener un movimiento descoordinado con las patas, el animal tenía que realizar un gasto energético significativamente más alto. Por esta razón, se considera que la cola también cumplía un rol importante en hacer que la locomoción fuera energéticamente eficiente, mencionó el experto.
A pesar de que la investigación realizada estuvo enfocada en una única especie de dinosaurio, el equipo cree que a causa del diseño corporal del Coelophysis bauri y su similitud con una gran cantidad de dinosaurios bípedos, los resultados mostrados también tienen la probabilidad de aplicarse a otras especies.
Finalmente, los científicos consideran que los resultados podrían validarse para los dinosaurios que caminan; sin embargo, el caso que se daría en ese aspecto probablemente se presente con un movimiento de cola mucho menos intenso. La revista Science Advances se encargó de publicar los detalles de la investigación; así como la muestra de imágenes realizadas durante la simulación.