Boris Johnson cedió a las presiones del Partido Conservador de Gran Bretaña, y decidió renunciar a un renovado impulso de la energía eólica en tierra por una nueva apuesta nuclear; con la seguridad de alcanzar 25 % de la energía gracias a la nueva generación de mini reactores modulares o SMR.
La nueva estrategia de Boris Johnson frente a la guerra de Ucrania
En respuesta a la grave situación generada por la guerra de Ucrania, Boris Johnson hizo una presentación de la nueva estrategia energética para los británicos.
Sin embargo, el planteamiento del premier ha puesto en guardia a los grupos ecologistas, que han comenzado una campaña de bloqueo de las refinerías localizadas en Reino Unido como forma de protestar por la dependencia de los combustibles fósiles.
Al garantizar la seguridad energética del país, el planteamiento de Johnson da rueda libre a las nuevas prospecciones de petróleo y gas natural en el Mar del Norte; además deja una puerta abierta para la revisión en los meses que vienen de la moratoria del “fracking”, en vigencia desde el año 2019.
Por su parte, Rebecca Newsom, portavoz de Greenpeace en Gran Bretaña; afirmó que esta propuesta falla totalmente a la hora de plantar cara a la violencia de Moscú, de rebajar las facturas de la electricidad o de enfrentar a la crisis climática.
La vocera de la organización medioambiental criticó duramente la iniciativa de soluciones lentas y arriesgadas como lo es el caso de la energía nuclear. O la renuncia a levantar los obstáculos para los parques eólicos en tierra que están respaldados por el 80 % de los ciudadanos británicos.
El giro que dio Boris Johnson puede llegar a comprometer al objetivo de reducción de emisiones de 68 % para el 2030
Los especialistas vienen advirtiendo que el cambio de enfoque que dio Boris Johnson compromete profundamente el objetivo sobre la reducción de emisiones del 68 % para el 2030; el cual fue anunciado en el marco de la COP26 de Glasgow.
El primer ministro británico ha insistido que la meta del cero neto en el 2050 continúa al alcance de su país; a pesar de las presiones de la fracción dura del partido, agrupada alrededor del así llamado Net Zero Scrutiny Group o NZSG, para que renuncie al objetivo o que convoque un referéndum.
Por otro lado, está el grupo de presión interna, “Together Against Wind”, del que han formado parte hasta 9 miembros del gabinete de Johnson; que ha vuetlo a la acción para derrumbar los planes del secretario para las compañías Kwasi Kwarteng. El cual buscaba suavizar las leyes de planeamiento y realizar la construcción de nuevas centrales eólicas en tierra.
Entre tanto, el secretario de Transportes Grant Shapps, declaró recientemente que las turbinas son toda una ofensa visual; sumando su voz al frente contra la generación eólica en tierra. Una propuesta que está paralizada casi totalmente desde el año 2015 por la oposición entre los conservadores, que contrasta con el crecimiento de la energía eólica marina, en la que Gran Bretaña es líder a nivel mundial.
Imponer un espíritu de energía verde para el combate del cambio climático
Ed Miliband, el portavoz de energía del Partido Laborista; denunció que el Gobierno dio marcha atrás debido a la presión de los mismos diputados que impusieron un “moratoria”. Y que además, son incapaces de actuar en beneficio del interés público. También dijo Miliband que, por una seguridad energética, para disminuir las facturas y hacerle frente al cambio climático, se necesita un espíritu de energía verde.
Mientras que, David Toke, de la Universidad de Aberdeen; dijo que el mito de que ya no hay tierra para la instalación de turbinas sin un grave impacto en el ambiente es completamente falso. Aseguró que en el país quedan pocas áreas destacables de belleza natural virgen; sin embargo, existen muchos corredores de tránsito en donde se podrían instalar turbinas.
Kwasi Kwartegn llegó a proponer un incremento en la capacidad actual de 14 gigavatios de la energía eólica en tierra hasta alcanzar los 30 gigavatios en el año 2030; sin embargo, sus planes pueden terminar en el dique seco.
Por su parte, el secretario de empresas sí logró convencer a Johnson de respaldar la generación de hasta 45 GW con la eólica marina para el 2035; donde se incluye la creación del que podría convertirse en el mayor parque “offshore” del planeta en el Mar de Irlanda.
La gran ganadora resultó ser la energía nuclear
Sin embargo, la gran ganadora con la decisión tomada por el primer ministro británico, resultó ser la energía nuclear; a pesar de los retrasos en la construcción de los nuevos reactores en la localidad de Hinkley Point y de los problemas de seguridad por la utilización de tecnología china. Aun así, Johnson puso sobre la mesa el proyecto de los mini reactores modulares hechos en Inglaterra; y con el respaldo de Rolls Royce, al ser superadas sus diferencias con el secretario del Tesoro Rishi Sunak por la cuenta extra de cerca de 120.000 millones de euros que pueden significar para el patrimonio público.
Ciertamente, el anuncio del Gobierno fue recibido gratamente por la Asociación de la Industria Nuclear. Tom Greatex, quien es su director, dijo que los planes del primer ministro suponen un paso trascendental para que Gran Bretaña pueda alcanzar sus objetivos climáticos.
La industria asegura que cada mini reactor se podría construir en el plazo de 18 meses, a pesar de las dudas manifestadas por los expertos ante la capacidad de una tecnología todavía no probada.