Los medios de comunicación mostraron el año pasado los dramáticos acontecimientos relacionados con la actividad volcánica del Monte Semeru en la Isla de Java; y con la erupción del volcán Cumbre Vieja en La Palma.
La actividad volcánica en el planeta no se detiene
Las imágenes sobre la actividad volcánica que mostraban ríos de lava que amenazaban con llegar a la costa, arrasando todo lo que se encontraba en su camino, fueron realmente dramáticas. Sin embargo, las erupciones de este tipo son muy comunes; suceden en un promedio de 16 a 20 eventos volcánicos alrededor del planeta cada día.
Por esta razón la NASA se encuentra desplegando esfuerzos importantes para el monitoreo de este tipo de fenómenos naturales; y se encuentra ofreciendo herramientas para ayudar a garantizar la seguridad de las poblaciones y aumentar el conocimiento que la gente tiene sobre esta dinámica del planeta.
La actividad volcánica está ligada con la actividad tectónica
La formación de volcanes se encuentra relacionada con la actividad tectónica o con la presencia de un punto caliente localizado en el manto que recorre la corteza terrestre. En el momento en que el magma se acumula, el incremento en la presión interna hace que los gases; principalmente compuestos de SO2 (dióxido de azufre), CO2 (dióxido de carbono) y H2O (vapor de agua), lleguen a separarse de la lava. Después de cierto tiempo, dichos gases se dirigen hacia la superficie y en el momento en que la presión rebasa el punto crítico, la corteza se fractura originando las erupciones.
Es así, que, por medio de la liberación de estos gases hacia la atmósfera, en forma de partículas del SO2, que las erupciones de los volcanes influyen en la calidad del clima y especialmente del aire. Por medio de la actividad volcánica son expulsadas grandes cantidades de gases y cenizas que intervienen en la atmósfera, logrando afectar sus propiedades y composición. Dicha interacción recibe un gran interés científico, ya que se considera un motor natural de mucha importancia en las variaciones climáticas. También porque logra afectar la calidad del aire, representa un riesgo significativo para los habitantes de las poblaciones más vulnerables.
En este sentido, la gerente asociada del Programa sanitario y de calidad de aire de la División de Ciencias de la Tierra de la agencia en Washington DC, Helena Chapman; destacó que las mediciones satelitales sobre la calidad de aire, son realmente críticas para poder garantizar la salud de la población.
También explicó la científica que, los datos suministran información en tiempo real acerca de las emisiones de gases volcánicos que, con otros parámetros; le permiten comprender mejor a los científicos la dinámica de la actividad volcánica.
Una herramienta que identifica y rastrea las nubes de ceniza volcánica
Los expertos del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la agencia en su sede de Greenbelt, Maryland, junto al personal del Laboratorio de Propulsión a Chorro en Pasadena, California; desarrollaron una herramienta capaz de identificar y rastrear las nubes de ceniza volcánica que se encuentran alrededor de todo el planeta. A través de la combinación de mediciones del espectro infrarrojo térmico y el espectro ultravioleta.
Por su parte, el científico atmosférico del centro Goddard, Nickolay Krotkov; dijo que estos datos suministran información valiosa al Centro de aviso de ceniza volcánica, o VAAC, acerca de la ubicación y de la extensión de la ceniza volcánica. Además, proveen información sobre la concentración de SO2 presente en la atmósfera. El VAAC utiliza toda esta información para la emisión de alertas y para ayudar a agudizar los pronósticos futuros.
En el tema relacionado con la erupción de La Soufrière, que sucedió en el pasado mes de abril en San Vicente y Las Granadinas; la nube volcánica llegó a extenderse hasta Cabo Verde en el transcurso de unos pocos días. En este sentido, Krotov aseguró que el hecho se debió a los patrones de circulación atmosférica, ya que la nube de ceniza alcanzó alturas por encima de los 18 kilómetros rápidamente. Y que fue transportada al este por los fuertes vientos que provenían del oeste de la troposfera tropical superior.
El papel que juegan las emisiones volcánicas como motor natural para afectar las variaciones en el clima
Cuando son emitidos gases volcánicos a la atmósfera del planeta, particularmente el SO2, se presenta un impacto directo e indirecto en nuestro clima. Por otro lado, el azufre atmosférico en la estratósfera se oxida para generar aerosoles que sirven como reflectantes de la radiación que viene del Sol. De esa manera se reducen las temperaturas de la superficie terrestre y se calienta la estratósfera inferior. Lo que llega a afectar los patrones de circulación y por ende al sistema climático del planeta.
Sobre este tema, el coordinador del programa de Composición Atmosférica de la agencia, Barry Lefer; explicó que se espera que cada año sean liberados a la atmósfera un promedio entre 0.1 a 0.2 teregramos; es decir, de 100 a 200 millones de kilogramos de gases provenientes de la actividad volcánica normal del planeta. Y que resulta difícil determinar con exactitud el impacto ambiental que conlleva una erupción volcánica usando solamente mediciones tomadas en la superficie terrestre.
Por esa razón las mediciones desde satélites son determinantes para lograr entender el impacto de las erupciones sobre la calidad del aire y el daño que pudieran ocasionar en el clima a largo plazo, dijo Lefer.