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La característica resistencia a los medicamentos que han presentado las bacterias en los últimos años es un hecho importante en la ciencia; aun cuando estos antibióticos sean altamente calificados no pueden cumplir con su función; por lo que es una gran fuente de estudio en la rama de la microbiología.
Mundialmente, la salud de las personas se ha visto perturbada por las bacterias que presentan esta resistencia y al día de hoy, científicos lograron descubrir un poco sobre la historia de la resistencia a los antibióticos por medio de los dientes que poseían los osos poblados en algunos territorios que forman parte de Suecia.
Los osos pardos que habitan en Suecia, sufrieron un gran descenso de su población, estando a un paso de la extinción por estar expuestos a personas dedicadas a la caza y a los cultivos de tierras. Sin embargo, se ha logrado mantener la protección de estos animales y han podido seguir perteneciendo a la vida desarrollada en los bosques.
Además, su existencia pudo constatar para el equipo de científicos, una mejor manera de comprender la mutación genética capaz de poder tener una resistencia a los antibióticos. Esta investigación fue dirigida por Jaelle Brealey, microbióloga procedente del Departamento de Historia Natural de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología.
Los antibióticos y su relación con los dientes de osos en Suecia
Las investigaciones develaron que, el ADN de los dientes de oso contiene información sobre cómo, luego de la incorporación de los antibióticos alrededor de los años transcurridos en la década de 1950; estos medicamentos pudieron internarse en lo más profundo de los bosques de Suecia.
Por ende, el uso del ADN representa un modelo de cómo obtener conocimiento de hechos pasados para enfrentar las situaciones problemáticas de la vida real; indicó el arqueogenetista James Fellows Yates, comentando el estudio de acuerdo a sus conocimientos y no como participante del mismo.
La líder del equipo, tomó los cráneos de osos recopilados pertenecientes al Museo Nacional de Suecia, que se sitúan desde el año 184; durante varias horas sometiéndolos a diversas observaciones que le permitieran indagar en la dentadura de este animal.
La búsqueda apuntaba a encontrar algún resquicio de placa dental, por lo que Brealey en conjunto con los coautores del estudio procedieron a raspar la superficie de los dientes de 82 osos; analizando el microbiota oral.
Durante la examinación hallaron genes de resistencia a los antibióticos, este se produce en algunas bacterias que lograrán emitir un desarrollo en contra de los antibióticos que lo rodean.
La fase analítica de la investigación se presentó con la secuencia cronológica de las muestras presentes; por lo que satisfactoriamente se pudo constatar que esta resistencia abarcó la extensión de territorio sueco y en la parte bucal de los osos en el año 1951; luego de la incorporación de los aclamados antibióticos.
El uso desmedido de los medicamentos
En el mundo, todos los habitantes se vieron inmersos en la exaltación promovida por la llegada de los antibióticos y sus beneficios a la sociedad; implementándose tanto en las personas como en los animales; incluyendo el ganado para combatir sus devastadoras enfermedades y permitirles un buen desarrollo.
Suecia no fue la excepción, por lo que según estiman hace aproximadamente cinco décadas atrás se generaban al año una cantidad de 40.000 kilos de antibióticos y el incremento en el uso de estos; generó paralelamente una mayor resistencia por parte de las bacterias. Reveló el estudio dental de los osos.
Entre los años trascurridos desde 1951 hasta 1970, estos organismos obtenidos de la placa dental de los osos doblaban el número de genes de resistencia que las encontradas en la época anterior sin la presencia de los antibióticos. Cuando el ser humano usa antibióticos también se implementa en el medioambiente; aseguró Katerina Guschanski, coautora de la investigación.
La publicación del estudio fue presentada mediante un informe por Current Biology, en donde los científicos determinaron que la distancia de los osos con respecto a la comunidad no represento ningún problema para el desarrollo de estas bacterias y la genética resistente a los antibióticos; sin importar si estos animales habitaban en lo más cerca o lo más profundo del bosque.
Algunas hipótesis presentadas por los investigadores
Tanto Brealey como Guschanski, suponen algunas ideas de como ocurrió este hecho, pudiendo ser el escurrimiento de las aguas de las granjas una situación que alteró las corrientes naturales de la misma sustancia. También que los osos con ansias de alimentarse hayan consumido presas con antibióticos circulando en su sistema.
La regulación de estos medicamentos se presentó en 1995, para los seres humanos y los animales; desde ese momento se redujo el uso de los antibióticos de manera sustancial. Las mismas observaciones del estudio atestiguaron este hecho; pues la inclinación presentada por la placa dental de los osos que vivieron alrededor de los años 2000, era menos pronunciada en cuanto a la resistencia de los antibióticos.