Al gusano de la cera también se conoce como el gusano de la miel. Es un insecto que podría desempeñar un papel significativo en la investigación contra la contaminación por plástico en el planeta.
Uno de los elementos más contaminantes a nivel mundial
En las últimas siete décadas, el plástico ha logrado inundar a todo el planeta hasta el punto que no se puede medir el alcance de sus consecuencias. Una expansión que no se detiene y que continúa contaminando incluso hasta los lugares más remotos de la Tierra. Sin embargo, los científicos no paran en su búsqueda de soluciones para revertir la contaminación provocada por el plástico.
En estos momentos, un equipo de investigadores pertenecientes al Consejo Superior de Investigaciones Científicas, CSC; ha encontrado que la saliva del gusano de la cera (“Galleria mellonella”) contiene unas enzimas que son capaces de degradar el polietileno; que es uno de los plásticos más usados, y además uno de los más resistentes.
De acuerdo con los datos manejados por el CSIC, con el polipropileno y el poliestireno, son los 3 tipos de plásticos más abundantes que existen; entre todos suman el 70 % de la producción total de plástico.
Este descubrimiento, que fue publicado en preprint en “BioRxiv”, podría iniciar un camino hacia la solución a un problema medioambiental muy grave; si la revisión llega a confirmar los datos.
La científica del Centro de Investigaciones Biológicas, CIB-CSIC, el cual ha dirigido la investigación, Federica Bertocchini; dijo que, en condiciones ambientales normales, este tipo de plástico puede demorar meses o años en degradarse.
El plástico ha generado una crisis medioambiental que tiene un alcance cuyas consecuencias no pueden ser pronosticadas por la comunidad científica; que, sin embargo, coincide en la inquietud que provoca el no saber hasta dónde llegan y llegarán sus efectos negativos en años, sobre la salud y sobre el medio ambiente.
El gusano de la cera, un arma contra la contaminacion del plástico que aparece por casualidad
Bertocchini explicó que, para poder degradar el plástico se necesita que el oxígeno penetre dentro del polímero (la molécula de plástico).
Este primer paso de oxidación (normalmente es el resultado de la exposición a las altas temperaturas o a la luz del Sol); representa un cuello de botella que ralentiza el proceso de degradación de los plásticos como el polietileno, que es uno de los tipos más resistentes.
Y agregó la investigadora que, en estos momentos se ha descubierto que las enzimas de la saliva del gusano de la cera pueden ejecutar este crucial paso, ya que oxidan el plástico. De esa manera, permiten superar el cuello de botella presente en la degradación del plástico y logran acelerar su descomposición.
La experta lleva desde 2017 investigando estos procesos de degradación química, momento en que descubrió el posible rol que podía desempeñar el gusano de la cera. El aquel entonces, Bertocchini descubrió esta cualidad de esta especie de gusanos por casualidad cuando observaba un panal de abejas que estaba lleno de gusanos de la cera.
Fue cuando la investigadora decidió quitar los gusanos y dejarlos dentro de una bolsa de plástico mientras se puso a limpiar los panales de abejas. Luego de terminar con la limpieza, Bertocchini volvió a la habitación donde se encontraban los gusanos y vio que estaban regados por todas partes; y observó que los insectos se habían escapado de la bolsa a pesar de permanecer cerrada.
Solo podía haber una explicación, que los gusanos habían hecho unos huecos y habían logrado escapar por los agujeros. Desde ese momento comenzó este proyecto, recordó Bertocchini.
¿El gusano de la cera se alimenta del plástico?
La científica también explicó que, desde aquel momento han llevado a cabo varios experimentos para comprobar la eficacia de esos insectos biodegradando el polietileno. Cien gusanos de la cera pueden biodegradar 92 miligramos de polietileno en doce horas, lo que es verdaderamente muy rápido.
La degradación es un proceso natural vinculado a microorganismos como hongos y bacterías, que, en esta línea, destaca entre las áreas de estudio más prometedoras de los últimos tiempos; es decir, que están como protagonistas los medios biológicos.
Este nuevo campo de estudio fue abierto hace poco tiempo, cuando comenzó a observarse que ciertos insectos del género de los coleópteros y los lepidópteros eran capaces de degradar poliestireno y polietileno.
Federica Bertocchini explicó además que, en el laboratorio pudieron notar que el insecto que parece ser el más rápido de todos para hacer el trabajo, es el gusano de la cera; es decir, las larvas del lepidóptero “Galleria mellonella”.
Y añadió que este tipo de larvas son capaces de oxidar y descomponer los polímeros del plástico en cuestión de minutos, en solo una hora de exposición. Sin embargo, hasta este momento, solo unos pocos microorganismos son capaces de romper los resistentes polímeros plásticos del polietileno, de acuerdo con lo que asegura CSIC.
Y también, en la mayoría de los casos se requiere un pretratamiento agresivo que garantice la oxidación y provoque que los microorganismos puedan tener algún efecto sobre el plástico.
Federica Bertocchini señaló que, en los últimos años, se ha intentado hallar la explicación sobre cómo estas larvas logran hacer algo así.
La clave está en la saliva
Por otro lado, Federica Bertocchini explicó que muchas investigaciones se han fundamentado en los microorganismos que existen en el sistema digestivo de este tipo de gusanos; partiendo de la idea de que estos insectos pueden utilizar el plástico como una clase de alimento. Y que la degradación vendría siendo el resultado del proceso digestivo y de su actividad metabólica.
Aunque esta idea es bastante cuestionable, por lo que su estudio se ha fundamentado desde el comienzo en la cavidad bucal de los gusanos, afirmó la científica.
También se observó con mucho cuidado el comportamiento de este insecto en particular cuando está frente al polietileno y notaron que las enzimas que se encuentran en su saliva; es decir, en el líquido recogido de la boca del gusano de la cera, son capaces de degradar el polietileno, sostuvo Bertocchini.
Y detalló que el polímero que hace contacto con la saliva se oxida y se despolimeriza en unas horas. Los científicos pudieron identificar residuos degradados que se formaron ante la saliva del gusano de la cera.
Este grupo de investigadores analizó la saliva con microscopía electrónica y pudo observar un alto contenido de proteínas. Federica Bertocchini dijo que, en la saliva del insecto aislaros dos enzimas capaces de reproducir la oxidación provocada por el conjunto de la saliva.
Este par de proteínas, llamadas Demetra y Ceres, son de la familia de las enzimas fenol-oxidasas. Y descubrieron los investigadores que la enzima Demetra presentaba un efecto importante en el polietileno, dejando marcas visibles a simple vista encima del plástico.