El cuerpo humano posee diferentes mecanismos que ayudan a mantener el buen funcionamiento del organismo y puede brindar protección a través de respuestas externas como la segregación glandular de sudor. La sudoración es una de las acciones imprescindibles de una persona; sin embargo, superar los rangos normales o estar por debajo de él, representa un desequilibrio.
Para empezar, se debe saber que el sudor es un líquido que secretan las glándulas sudoríparas con el fin de mantener una refrigeración corporal, que se conoce como transpiración. Entre otras causas, el sudor puede ser generado como respuesta física a estímulos; así como a sensaciones derivadas del miedo.
Estos estímulos logran incrementar los niveles de excitación ejercidos por el sistema nervioso simpático sobre las llamadas glándulas sudoríparas. En las zonas del cuerpo afectadas por la transpiración, se pueden identificar la sudoración palmar, la sudoración axilar y la sudoración facial.
El rubor facial es un fenómeno que se asocia con la sudoración facial; este rubor consiste en la manifestación de enrojecimiento en el rostro como respuesta del organismo a distintas sensaciones, como cuando una persona se siente avergonzada.
Principalmente, la sudoración cumple como un medio regulador de la temperatura corporal. Factores como las altas temperaturas, la práctica intensa de ejercicio físico, el exceso de peso en el cuerpo e incluso el consumo de alimentos picantes; pueden influir directamente en el aumento de la sudoración que presenta un individuo.
Niveles de sudoración normales en el organismo
El sudor se encuentra compuesto principalmente por agua con cantidades mínimas de algunos minerales como sodio, potasio, calcio y magnesio; además del ácido láctico y la urea. Una persona al nacer tiene una cantidad comprendida de 2 a 4 millones de glándulas sudoríparas y durante el desarrollo de la pubertad, estas comienzan a pasar a un estado de actividad completa.
En los hombres, las glándulas suelen poseer una mayor actividad que las portadas por el organismo femenino. La sudoración excesiva puede estar relacionada con múltiples causas, que van desde una regulación de la temperatura corporal a deberse a un trastorno originado en el sistema nervioso, como lo es la hiperhidrosis.
En la hiperhidrosis, la persona suda en exceso y de una manera inesperada; aun cuando la temperatura ambiental se encuentra fresca o cuando la persona está en un estado de reposo. Esto se debe a que las glándulas sudoríparas están hiperactivas. Esta situación incontrolable conlleva molestias a quien la padece tanto en el ámbito físico como emocional de la persona.
Cabe destacar que, la falta de sudor en respuesta a las altas temperaturas puede resultar dañina para la persona, por lo que se considera una situación anormal. El sudor expulsado por el cuerpo le permite al individuo liberar el calor al que está siendo sometido; el término usado para este tipo de condición se le denomina anhidrosis.
La ausencia de sudoración en su totalidad es considerada como un grave caso en el organismo, ya que, si el cuerpo se recalienta y no puede regular la temperatura del mismo, podría resultar mortal. No obstante, si la ausencia de sudor solo ocupa alguna área pequeña, usualmente no termina siendo un gran peligro en la persona como en el caso de que fuera completa.
El sudor relacionado con otros síntomas
La abundante sudoración en conjunto con los llamados sudores fríos puede representar síntomas normalmente, junto a otros como la fiebre, las enfermedades víricas como la gripe, alguna enfermedad infecciosa o hasta patologías de una mayor gravedad como la leucemia linfática crónica.
Las personas que presentan ciertas condiciones médicas o que están siendo medicadas pueden padecer de molestas sudoraciones, sofocos y sudores nocturnos; como efecto de aquello que los aquejan. Los niveles de líquido liberados en la piel pueden variar, algunos pueden ser leves y en otras ocasiones puede ser excesiva.
No siempre la sudoración natural es la adecuada, sobre todo si no existen razones aparentes para que esta situación suceda. Es importante atender a las señales que muestra el cuerpo, puesto que estas indican que tan bien está funcionando el organismo.
¿Qué hacer cuando el cuerpo presenta una sudoración anormal?
Aunque sudar es en la mayoría de los casos una acción normal del organismo, se debe prestar atención a algunas manifestaciones irregulares del cuerpo. Para ello, se pueden mencionar signos como la inusual sensación de calor en una o más regiones del cuerpo.
También, una piel constantemente húmeda o mojada en cualquier instante del día o incluso en las horas de sueño; así como despertar con las sábanas mojadas por la sudoración, son aspectos a tomar en cuenta para consultar con un especialista. Conocer a que se deben estas situaciones y visualizar las posibles soluciones a llevar a cabo, es primordial para el paciente.
La fiebre seguida de una sudoración excesiva a medida que la temperatura del cuerpo disminuye es otro factor al que se debe prestar atención. Adicionalmente, los escalofríos o temblores forman parte de este grupo.
Por último, se puede acotar que, la sudoración abundante sin presentar fiebre o si el entorno no está caluroso, por el contrario, se encuentra fresco requiere de atención; pues refleja que se debe realizar un chequeo médico inmediato a favor de mejorar su calidad de vida.