Estudio revela que el cerebro humano se hizo más pequeño hace aproximadamente 3 mil años. En la investigación se observaron a colonias de hormigas con el fin de ilustrar de qué forma los cerebros pueden crecer o hacerse más chicos.
La reducción del cerebro humano se relaciona con el crecimiento de la inteligencia colectiva
Al estudiar a los grupos de hormigas y tenerlos como modelo para demostrar el cambio en las dimensiones del cerebro humano; los científicos plantearon la idea de que la disminución del tamaño del cerebro es proporcional a la expansión de la inteligencia del grupo social donde se desarrolla el individuo en los grupos humanos.
El estudio se encuentra publicado en el facsímil “Frontiers in Ecology and Evolution”.
Por su parte, los investigadores aseguraron que estudiar y entender las razones y las consecuencias de la evolución del cerebro va a ayudar a comprender la naturaleza de los seres humanos. Ya se sabe que el cerebro humano en la historia evolutiva de la especie ha aumentado de tamaño.
Sin embargo, hay que tener presente que los cerebros humanos han sufrido una disminución en sus dimensiones desde el Pleistoceno. Y no se ha determinado con exactitud cuándo se llevaron a cabo dichos cambios ni las causas que los provocaron.
El cerebro humano es más pequeño desde el Pleistoceno
En este sentido, el coautor del estudio, el doctor Jeremy DeSilva, perteneciente al Dartmouth College de Estados Unidos. Explica que es una realidad que los humanos actuales poseen un cerebro más pequeño en comparación con el cerebro humano de antes del Pleistoceno.
Y para llegar a descifrar la razón de este cambio, un equipo de científicos de distintos campos académicos se reunió para estudiar los patrones evolutivos del cerebro humano. Haciendo una comparación con lo que se evidencia en las colonias de hormigas para dar amplias perspectivas.
Qué tienen en común las sociedades humanas y las sociedades de hormigas
El doctor James Traniello, científico de la Universidad de Boston y coautor del estudio. Explicó que un ecologista del comportamiento y especialista en neurobiología evolutiva, junto a un antropólogo biológico; comenzaron a intercambiar ideas acerca del cerebro y hallaron que enlazar investigaciones sobre los humanos y las hormigas podría ayudar a reconocer lo que puede ocurrir en la naturaleza.
Los científicos aplicaron la técnica de análisis de punto de cambio a un grupo de datos correspondiente a 985 cráneos de humanos tanto fósiles como modernos. Hallaron que los cerebros de los humanos aumentaron de tamaño hace unos 2,1 millones de años, en el transcurso del Pleistoceno. Sin embargo, sufrieron una disminución de tamaño hace aproximadamente 3 mil años, en el Holoceno, lo que representa menos tiempo que las estimaciones anteriores.
Los humanos tienen cerebros muy grandes
Por otro lado, Traniello señaló que la mayoría están conscientes de que nuestra especie tiene cerebros muy grandes, significativamente más grande de lo que pudiera pensarse a juzgar por el tamaño de nuestros cuerpos. A lo largo de la historia evolutiva humana, el cerebro aumentó drásticamente; por eso, la reducción de su tamaño hace 3 mil años resultó algo inesperado.
El instante del aumento de las dimensiones del cerebro humano coincide con lo que se conoce hasta los momentos acerca de la evolución temprana del Homo; y sobre los avances técnicos que llevaron, a una mejor alimentación y al aumento de los grupos sociales.
En relación a la disminución del tamaño de este órgano en los humanos; el equipo de estudio planteó una hipótesis nueva, al hallar pistas en las comunidades de hormigas. Se propuso que las hormigas proporcionan diferentes modelos para poder comprender por qué los cerebros pueden modificar su tamaño debido a la interacción social. Comprender la razón del cambio de tamaño de los cerebros resulta muy difícil solo con el estudio de fósiles, afirmó Traniello.
Con el estudio de modelos computacionales y de patrones de uso de la energía, estructura y tamaño del cerebro de las hormigas obreras en cierta variedad de hormigas; como la cortadora de hojas, la tejedora o la hormiga común de jardín. Se demostró que la división del trabajo y la cognición colectiva, pueden seleccionar una variante adaptativa de la dimensión del cerebro. Es decir, que dentro de una sociedad donde los miembros son especialistas en determinadas tareas o se comparten conocimientos; los cerebros son capaces de adaptarse para mejorar su eficiencia.