Según estudio reciente, los tampones contienen metales como zinc, arsénico y plomo

Un reciente estudio detectó concentraciones de 16 metales en los tampones de diferentes tipos, pero los investigadores señalan que el estudio es sólo un primer paso ya que no saben si estos metales están afectando a la salud.

Los tampones contienen concentraciones de varios metales

Estos productos usados para la higiene menstrual contienen concentraciones de varios metales, entre ellos arsénico, zinc y plomo, de acuerdo con un nuevo estudio, aunque es necesario investigar más a profundidad para determinar si podrían afectar a la salud.

El equipo de investigadores evaluó 16 metales en los tampones de 14 marcas diferentes y encontraron «concentraciones mensurables» de todos los metales investigados. Entre los que se hallaron metales tóxicos como el cadmio, el plomo y el arsénico, además de niveles elevados de zinc y calcio en comparación con los demás metales.

Los tampones suelen ser de algodón o rayón y se usan para absorber el flujo menstrual dentro de la vagina. Los investigadores señalaron que los tampones son especialmente preocupante por su posible exposición a sustancias químicas, debido a que la vagina es «altamente absorbente» y las personas que menstrúan los usan con frecuencia durante años.

La investigadora postdoctoral de la Universidad de California en Berkeley y autora principal del estudio, Jenni Shearston explicó que este estudio es un primer paso dado que, a pesar de que han hallado metales en los tampones, no saben si pueden filtrarse y ser absorbidos por el organismo. No saben si los metales de los tampones afectan a la salud.

Shearston también dijo que por eso es realmente importante que se continúe estudiando a los tampones, sobre todo porque una gran cantidad de personas (entre el 52 % y el 86 % de las que menstrúan) utilizan este producto, y lo usan durante décadas.

Los investigadores hallaron diferencias entre los tampones, por ejemplo, las concentraciones de arsénico eran mayores en los tampones orgánicos, mientras que las concentraciones de plomo eran mayores en los tampones no orgánicos,  

¿Se deben preocupar las personas menstruantes por los resultados de este estudio sobre los tampones?

Kabrena Rodda, jefa de grupo y asesora principal en química analítica e instrumentación del Laboratorio Nacional del Noroeste del Pacífico (EEUU), explicó que los estudios que miden la cantidad de sustancias químicas y metales presentes en los productos menstruales «son importantes, pero por sí solos no son suficientes para saber si las personas que menstrúan deben preocuparse«.

Rodda, que no participó en el estudio, señaló que podría ser importante llevar a cabo más investigaciones para medir la cantidad de estos materiales en el torrente sanguíneo, aunque esto sería complicado debido a que «los materiales absorbentes utilizados en los productos menstruales también se usan en las toallas, la ropa, la ropa de cama, y otros artículos domésticos comunes«, agregó.

Dijo además que incluso si la absorción de los materiales estudiados se produce en un alto grado, se tendría que explorar también hasta qué punto la exposición a través de otros medios, como la utilización de ropa hecha del mismo material, aumenta todavía más los niveles en la sangre.

Sustancias químicas para siempre

El profesor de física Graham Peaslee, de la Universidad de Notre Dame (Estados Unidos) que ya ha analizado productos de higiene femenina en busca de sustancias químicas, dijo que su mayor preocupación es que parece que el zinc es agregado de manera intencional a muchos tampones, que es exactamente lo que se ha hallado en otros productos textiles, como los tejidos usados en las bragas menstruales.

Peaslee señaló que el zinc y el cobre se agregan a menudo a tejidos como el algodón con el fin de reducir el olor, ya que son antimicrobianos, pero algunos estudios han sugerido que podrían no ser tan eficaces en la ropa usada sobre el cuerpo humano como lo son en el laboratorio.

Aunque Peaslee también dijo que ni las concentraciones de arsénico ni las de plomo parecían muy elevadas, «por lo que la gente no tiene que preocuparse por la mayoría de los metales observados en esta investigación«.

Por su lado, Shearston, dijo que los fabricantes deberían comprobar la presencia de metales en sus productos, y los autores del trabajo pidieron que se hagan más investigaciones para comprobar el impacto de sus hallazgos en la salud.

Los productos de limpieza de hoy en día son cada vez más objeto de escrutinio, sobre todo por contener sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS), también llamadas «sustancias químicas para siempre«, estas tienen efectos peligrosos para nuestra salud y para el medio ambiente.

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