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Ya con cerca de un cuarto de siglo de existencia, la Estación Espacial Internacional (EEI) tiene fecha de caducidad aproximada, y es que probablemente no llegue al próximo decenio.
Destinos Comerciales en Órbita Baja, la NASA no planea sustituir a la EEI
Cuando llegue el momento de terminar con la Estación Espacial Internacional (EEI), la agencia no planea sustituirla. La NASA acaba de anunciar públicamente su intención de ceder futuros desarrollos a empresas privadas y reservarse el rol de mero usuario de lo que en su jerga se le conoce como CLD o Destinos Comerciales en Órbita Baja.
Al parecer, con el tiempo se busca que sea la iniciativa privada la que vaya estableciendo pequeños y medianos laboratorios orbitales. Que irían desde instalaciones industriales para la fabricación y el procesamiento de materiales hasta los tantas veces añorados hoteles espaciales.
Y es que ya existen precedentes en este asunto. La empresa del multimillonario Elon Musk, Space X lleva años ofreciendo sus servicios de lanzamiento, tanto a la agencia estadounidense como a compañías particulares. Esta empresa hasta ha llegado a poner en órbita cargas militares sujetas a serias restricciones de confidencialidad.
Por su parte, la compañía de Jeff Bezos, Blue Origin recientemente firmó un acuerdo con la NASA para el lanzamiento de una sonda hacia Marte el año que viene, usando su nuevo supercohete “New Glenn”, que todavía no ha volado la primera vez.
Laboratorios orbitales y hoteles espaciales en la nueva EEI
La agencia tiene la intención de que sea la empresa privada la que establezca pequeños laboratorios orbitales. Podrían ser instalaciones industriales o hasta los tan esperados hoteles espaciales.
En el año 2016, otra empresa, la Bigelow Aerospace, llevó hasta la EEI un módulo inflable, una especie de esfera de 3 metros de diámetro acople a la sección “Harmony” de la Estación Espacial Internacional, la que siempre mira hacia nuestro planeta. Y allí sigue estando.
Bigelow dejó dejó sus operaciones en la EEI en marzo de 2020, como consecuencia de la pandemia por covid-19, y la propiedad del módulo pasó a la agencia, que sigue financiando las tareas de mantenimiento.
Al parecer las estructuras inflables no resultan ser tan frágiles. La esfera está construida con un tejido parecido al Kevlar de los chalecos antibalas y sus múltiples capas brindan una buena protección contra las radiaciones.
Existen varios proyectos para emplear este tipo de estructuras inflables. Por ejemplo, en la construcción de pequeños hoteles para turistas espaciales. Aunque de momento, estarían acoplados a la EEI, pero en el futuro, una vez que estas estructuras estén dotadas de sistemas de energía, podrían separarse y volar de manera independiente.
Futuras estaciones espaciales con servicios completos
En la actualidad la propuesta que presenta la NASA consiste en que los dueños de las futuras estaciones espaciales brinden servicios completos. Desde el entrenamiento de astronautas hasta su transporte a órbita, la estancia en el espacio y el retorno a tierra.
Y además, puedan gestionar los que eufemísticamente llaman “percances”, tales como responder a fallos imprevistos que ocurran en el lanzamiento u operaciones en el espacio, hasta la participación de personal de la agencia en las actividades de rescate.
Desde su rol de cliente, la agencia estadounidense considera que podría requerir entre 3.000 y 4.000 horas-hombre al año, para llevar a cabo, como máximo, alrededor de 230 experimentos. Lo que implicaría llevar a órbita cerca de cinco toneladas de equipo con un volumen equivalente a una furgoneta pequeña y devolver a tierra los materiales procesados.
Como cualquier cliente, la NASA se encargaría de cubrir todos los costes, aunque la responsabilidad de las operaciones sería del dueño de la estación con supervisión de expertos de la agencia espacial.
¿Cómo sería el pliego de condiciones?
En el pliego de requerimientos se especifica que el hábitat deberá contar con un ambiente tranquilo para facilitar el sueño y la relajación, permitir la estancia en mangas de camisa, la eliminación de olores, de contar con una cocina adecuada para la preparación de comidas calientes y deberá tener aparatos para hacer ejercicio (imprescindible en situaciones de microgravedad).
Además de cumplir con otros detalles, como, por ejemplo, que los astronautas deberán disponer de sistemas de recogida de restos fisiológicos (como recortes de uñas o cabellos), también disponer de cepillo y pasta de dientes. Además tener acceso a internet, correo electrónico, libros digitales, películas y juegos. También deberán tener a su disposición un compartimento privado donde puedan almacenar artículos personales como, fotografías, joyas (que después serán más valiosas, al haber estado en el espacio) y, si se tercia, un saxo o una guitarra.
La Tiangong de China
Es bastante curioso que en la lista de peticiones de la NASA no aparezca una exclusa de aire para salir al exterior. No obstante la agencia reconoce que sería de gran utilidad en el casa de que se tenga que realizar reparaciones fuera de la nave. Y sí se necesita algún sistema para exponer experimentos al vacío y luego recuperarlos.
Lo que está detrás de este detallado pliego de condiciones, es que la agencia estadounidense está muy consciente de los retos que vendrán en el futuro y a no muy largo plazo. La EEI no es la única estación espacial, recordemos que China tiene su Tiangong, que ya está completamente terminada y operativa. Claro, la Tiangong es de menor tamaño, es más parecida a las antiguas Mir y Salyut de Rusia, pero más moderna y todavía susceptible de futuras ampliaciones.
Todavía China no ha llevado a Tiangong astronautas de otros países, aunque por medio de la agencia de la ONU para asuntos espaciales sí que la ha ofrecido en varias oportunidades para acoger experimentos científicos a cualquiera que esté interesado. Algunas empresas de Occidente ya han aceptado la oferta china, en detrimento de las capacidades que ofrece la EEI.