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Los pacientes oncológicos Doug Olson, Emily Whitehead o Joan Gel encarnan lo mejor de la vanguardia de la investigación contra el cáncer. Todas estas personas padecían tumores de la sangre que deberían haberlos vencidos hace muchos años, pero siguen vivos gracias a las terapias experimentales con CAR-T.
¿Qué son las terapias experimentales con CAR-T usadas contra el cáncer?
El tratamiento basado en terapias experimentales con CAR-T. Que consiste en un autotrasplante de células inmunes, que hace diez años parecía haber salido de una película de ciencia ficción. Sin embargo en la actualidad este tratamiento se emplea en la clínica y se están consiguiendo remisiones completas en un elevado número de pacientes.
Ya la ciencia está preparando la siguiente fase de este tipo de tratamiento, que son conocidos como terapias celulares. Hasta los momentos los CAR-T solo han alcanzado a una pequeña cantidad de enfermos, en parte debido a que usar células extraídas de cada paciente. Luego tener que modificarlas genéticamente para que aprendan a aniquilar su tumor y reinfundírselas a esa misma persona y no a ninguna otra. Ya que el rechazo podría causar la muerte del paciente.
La nueva meta que se han planteado los investigadores oncológicos es lograr tratamientos parecidos que puedan ser aplicados a cualquier paciente sin temor a efectos secundarios.
Se intensifica la lucha contra el cáncer
Recientemente la vanguardia de la investigación oncológica y pioneros de esta clase de terapias experimentales contra el cáncer, se reunieron en un simposio para compartir sus últimos avances. El evento fue organizado por la Fundación Ramón Areces en Madrid (España).
En la actividad se presentaron algunas de las aproximaciones que parecen incluso más fascinante e irreales que los CAR-T. La principal conclusión a la que se llegó en el simposio, es que generalizar estas terapias experimentales es posible. Varios de estos tratamientos contra tumores de muy mal pronóstico, en unos pocos años podrían estar disponibles.
Evelyb Ullriche, oncóloga alemana del Hospital Universitario de Fráncfort, viene desarrollando una nueva generación de CAR-T. Denominadas así debido a las siglas en inglés de linfocito T con receptores quiméricos para antígeno.
Los linfocitos T son células que pertenecen al sistema inmune, son altamente especializadas en la detección y eliminación de infecciones. La modificación genética de CAR les facilita también a estas células la identificación de las moléculas que caracterizan a un tumor, denominadas antígenos, para después eliminarlo.
Sin embargo, en muchos casos los tumores apagan todas las señales moleculares que podrían servir de alerta a los linfocitos. Y debido a esta acción el cáncer puede seguir avanzando sin ser visto.
La científica alemana trabaja con otra clase de células del sistema inmune, a las que se les conoce como asesinas naturales, NK (por sus siglas en inglés). Dichas células conforman la primera línea de defensa del sistema inmune y son las primeras en llegar al sitio donde se produce la emergencia.
Ullriche y su equipo han creado líneas de NK modificadas genéticamente no solo para que sean capaces de detectar las moléculas que identifican al tumor (antígenos), sino también con otros receptores que elevan su efectividad.
Tratamientos más baratos y universales contra el cáncer
La oncóloga explicó que, dichas células pueden ser trasplantadas de manera alogénica. Lo que significa que se pueden trasplantar de un donante a un receptor distinto, sin problemas de rechazo. Lo que disminuye los costes, simplifica y universaliza la utilización de células inmunes contra el cáncer. Ullriche también dijo que, estos tratamientos con CAR-NK ya se están probando en ensayos clínicos con enfermos que padecen cánceres hematológicos. Y que posiblemente en unos tres años sean una terapia aprobada, señaló.
Por otro lado, las nuevas aplicaciones contra el cáncer que desarrolla el bioingeniero de la Universidad de Rice (EEUU), Omid Veiseh; también parecen extraídas de un film de ciencia ficción. Veiseh recordó que muchos medicamentos actuales son “biológicos”. Es decir moléculas naturales como enzimas, proteínas o anticuerpos que son fabricados en células cultivadas en laboratorio dentro de enorme biorreactores.
Veiseh resumió que, el proceso exige muchísimo control para poder evitar que el producto final se contamine. Después se debe inyectar el producto de forma directa en el torrente sanguíneo del paciente. En su total, es una manufactura cara y engorrosa.
La idea de Veiseh es inyectar al enfermo birreactores microscópicos capaces de fabricar el fármaco dentro del cuerpo directamente. El científico se está enfocando en mujeres con cáncer de ovario de muy mal pronóstico. Lo que se busca es crear células sintéticas cuy genoma se ha modificado para poder fabricar citocinas (una molécula inflamatoria que sirve para alertar al sistema inmune y lo conduce adonde se le necesita).
Usando la retina del ojo
Veiseh explicó que, el “chasis” de estas pequeñas fábricas de citocinas son células extraídas de la retina del ojo de un único paciente anónimo. Se refiere a una línea celular bastante utilizada en investigaciones y aplicaciones biomédicas.
La ventaja está en que es posible usarlas de manera generalizada sin que haya el temor al rechazo inmunológico, aseguró el experto. Dichas células van recubiertas de un hidrogel que facilita la entrada de oxígeno y nutrientes, además permiten que salgan las citocinas justo en el lugar donde se encuentra el tumor, por lo que la toxicidad del tratamiento se minimiza, explicó Veiseh.
El bioingeniero explicó además que, desean ver si este principio funciona en este grupo de mujeres con cáncer de ovario que no respondieron a los tratamientos convencionales. Y que tienen una esperanza de vida que no supera el año. De ser positivos los resultados, los investigadores pasarán a otros tumores de mal pronóstico como el de páncreas, el colorrectar y el mesotelioma, agregó Veiseh.
El investigador aseguró que, esta misma aproximación les puede servir para la fabricación de muchos otros “biológicos”, hasta anticuerpos de inmunoterapia. Y que en estos momentos, el coste de estas moléculas se encuentra rondando los 100.000 euros. Sin embargo, empleando células sintéticas se podría bajar su coste a cerca de 1.000 euros apenas. Lo que resultaría bastante interesante para países en desarrollo donde la inmunoterapia todavía es una medicina inalcanzable, reflexionó.
Otra manera de combatir contra el cáncer
Durante el 2018 se supo del caso de Judy Perkins, una mujer de los Estados Unidos a la que sus médicos le habían dados solo 2 meses de vida. Ya que padecía un tumor de mama con metástasis en el hígado y otros órganos. Esta mujer fue sometida a un tratamiento experimental, que consistía en un trasplante con sus propios linfocitos seleccionados de acuerdo con la capacidad que estos tenían de identificar antígenos del tumor de la paciente.
En la actualidad, la directora de la Universidad de Investigación de Terapia Molecular del Cáncer del Hospital Vall d´Hebrón de Barcelona (España), la oncóloga Elena Garralda. Desarrolla este tipo de terapias. Al menos otros 2 hospitales, el infantil Niño Jesús de Madrid y el Clínico de Barcelona, se encuentran realizando tratamientos parecidos.
La técnica consiste en extraer una pequeña biopsia del tumor, recolectar los linfocitos que estén dentro, hacer que estos crezcan y se fortalezcan en cultivo hecho en laboratorio y luego reinfundirlos en el enfermo.
El equipo secuencia el tumor para hallar sus neoantígenos específicos y después selecciona los linfocitos que reaccionan contra ellos para luego ser administrados al paciente. Y que si consiguen mejorar la capacidad de los linfocitos de identificar dichas moléculas y hasta poder adherirles citocinas que les sirvan de apoyo, entonces podrán mejorar la efectividad, explicó Garralda.
La oncóloga señaló que, probar estos tratamiento es un reto, ya que con frecuencia son administrados a pacientes muy debilitados que no responden bien a otra clase de terapias. El proceso demora meses, con lo que en ocasiones hay que dar tratamientos puente para que puedan resistir. Por los momentos se han visto efectos positivos contra melanoma, cáncer de cérvix y de pulmón, además de algún caso especial como el de Perkins.
¿Qué es la terapia génica?
El biólogo molecular del University College, Luca Biasco, se encuentra trabajando en la terapia génica, otro de los frentes más complejos y prometedores. Este tipo de tratamiento está diseñado para corregir un defecto genético específico, y han pasado muchos años bajo sospecha por la muerte de algún paciente en ensayos clínicos.
Biasco recordó que algunos de los primeros enfermos con inmunodeficiencias de origen genético que fueron tratados con esta aproximación en el momento en que tenían un año de edad. Ahora son veinteañeros sanos, un completo éxito, exclamó.
Biasco razonó que, uno de los mayores retos que enfrenta la terapia génica son sus costes. El medicamento más caro del mundo es una terapia génica que combate la hemofilia, que llega a costar $ 3.000.000 por paciente. Este tratamiento es muy costoso porque requiere procesos de fabricación muy complejos. Se deben extraer las células, modificarlas, multiplicarlas, en todo momento el espacio debe estar en total esterilidad, y luego reinfundirlas en el enfermo, explicó el biólogo.
Lo que se está explorando ahora mismo, es si se puede dar la terapia génica con un vector viral directamente al enfermo, inyectándola en el torrente sanguíneo. Lo que abaratará mucho la manufactura. De este modo, se eliminaría el componente celular de la terapia celular, argumentó Biasco.