Un grupo internacional de expertos ha encontrado por vez primera una serie de ondas sísmicas en el planeta rojo, las cuales se encuentran viajando a través del núcleo de Marte.
Ondas sísmicas observadas en el planeta Marte
Estas observaciones sugieren que el núcleo del planeta rojo es más pequeño y más denso de lo estimado previamente (alrededor de 1780 a 1810 km de radio) y está compuesto de una aleación de hierro completamente líquida con una alta proporción de azufre y oxígeno.
Dos grandes terremotos en Marte. El descubrimiento, basado en las mediciones del módulo de aterrizaje Insight de la NASA, ayudará a comprender mejor cómo se formó la Tierra y en qué se diferencia geológicamente del resto de los planetas rocosos del Sistema Solar. Los resultados de estos hallazgos fueron publicados en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias.
El núcleo de la Tierra se exploró por primera vez en 1906 para averiguar cómo se ven afectadas las ondas sísmicas de los terremotos a medida que viajan a través del núcleo. Casi 100 años después, estamos empleando nuestro conocimiento en ondas sísmicas al planeta Marte, explica VedranLekic, maestro de geología en la Universidad de Maryland y uno de los autores de la investigación.
El equipo pudo seguir el desarrollo de dos eventos sísmicos (uno causado por un terremoto y el otro por el impacto de un asteroide) que ocurrieron en el hemisferio opuesto de Insight. Pese a que la misión Insight fue finalizada hace meses, en diciembre de 2022, los científicos siguen analizando los datos obtenidos por el módulo de aterrizaje.
El núcleo de Marte es menos denso que el núcleo de nuestro planeta
Al medir el tiempo que les lleva viajar a través del núcleo y compararlo con las ondas en el manto, y combinar esa información con otras mediciones sísmicas y geofísicas, los investigadores pudieron estimar la densidad y la compresibilidad del material a través del cual viajan las ondas.
Lo cual demuestra la probabilidad de que el núcleo es completamente líquido, en comparación del núcleo del planeta Tierra, que que tiene un zona externa líquida y un núcleo interno sólido.
Por otra parte, el núcleo del planeta rojo contiene una alta proporción de elementos livianos mezclados en su interior. Poco menos de un quinto de su peso, se encuentra formado por estos elementos, donde predomina el azufre, con menores cantidades de oxígeno, hidrógeno y carbono. Esto quiere decir que estamos ante un núcleo mucho menos denso que el de la Tierra, y esta diferencia señala condiciones diferentes en las formaciones de ambos planetas.
Ondas sísmicas en el campo magnético del planeta rojo
Las propiedades del núcleo, podrían servir como un resumen de cómo se formó el planeta y de qué manera evolucionó dinámicamente con el pasar del tiempo, explicó Nicholas Schmerr, quien es docente de geología en la Universidad de Maryland y otro de los autores de la investigación.
El resultado final de estos procesos de formación y evolución puede o no ser condiciones favorables para que la vida no se cree. Sin una protección magnética, Marte es un planeta completamente hostil.
La singularidad del núcleo de nuestro planeta es la que le permite generar un campo magnético que nos protege del viento solar y, por lo tanto, nos permite conservar agua, dijo Schmerr. Por otro lado, el núcleo de Marte no crea este escudo protector y las condiciones en la superficie del planeta no son favorables para la vida, dijo el experto.
Aunque este campo magnético no existe en Marte hoy, investigaciones previas sugieren que pudo haber existido en el pasado, pero perdió ciertos elementos y evolucionó de un planeta potencialmente habitable a uno hostil.
Identificar la cantidad de estos elementos en el núcleo de un planeta, es de suma importancia para el entedimiento de las condiciones en el Sistema Solar, cuando fueros formados los planetas y cómo estas condiciones afectaron la formación de planetas, explica Doyeon Kim de ETH Zurich y coautor del estudio. Explorar el interior de Marte, que ha sido un objetivo principal de la misión InSight, ayudará a los investigadores a comprender mejor cómo se forman todos los planetas rocosos, incluido el nuestro.