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No te has preguntado en algún momento ¿por qué nuestro cielo es de color azul? La ciencia tiene la respuesta; y es que este color viaja en olas más cortas y por eso puede esparcirse más en el espacio que el resto de los colores de la luz del Sol.
El color azul puede esparcirse más rápido
El cielo lo vemos desde la Tierra de color azul, porque la luz del Sol llega a la atmósfera de nuestro planeta y se dispersa en todas las direcciones debido a los gases y a las partículas que están en el aire.
La luz azul se esparce más en el espacio que el resto de los colores del arcoíris, debido a que esta viaja en ondas más cortas; es decir, en olas más pequeñas. Esta es la razón por la cual siempre se ve el cielo de color azul
De manera inmediata notamos que el cielo es generalmente azul. Sin embargo, si queremos saber el porqué de este fenómeno nos debemos tomar el tiempo para averiguarlo.
La luz de nuestro astro rey se ve blanca, aunque en verdad está compuesta por todos los colores del arcoíris.
¿Qué ocurre con la luz del Sol al pasar por un prisma?
En el momento en que la luz blanca del Sol pasa a través de un prisma, queda separada en todos sus colores. Y un prisma se trata de un cristal con una forma específica.
Los científicos de la NASA explican que se ha determinado que la luz que se ve es solo una parte muy pequeña de todas las clases de energía lumínica que existen en el universo y alrededor de todos nosotros. De la misma manera que ocurre con la energía que circula en las ondas oceánicas, la luz también viaja en ondas.
Una parte de la luz se desplaza en ondas breves y cortas, y otra parte viaja en ondas largas y de larga duración. En el caso de las ondas de color azul, estas son más cortas que las ondas de color rojo.
Absolutamente toda la luz se desplaza en línea recta, a menos que consiga un objeto en su trayectoria y experimente algunos de los cambios siguientes:
- Reflejarse, como lo que ocurre con los espejos.
- Doblarse, que es el efecto que provocan los prismas sobre la luz.
- Dispersarse, es justo lo que pasa con la luz del Sol ante las moléculas de los gases de la atmósfera.
Al llegar la luz del Sol a la atmósfera de la Tierra se dispersa
La luz solar cuando llega a la atmósfera de nuestro planeta se dispersa en todas las direcciones, en el momento en que se encuentra con los gases y con las partículas que están en el aire.
La luz azul se dispersa en todas las direcciones, debido a que se encuentra con las pequeñísimas moléculas que están presentes en la atmósfera de la Tierra. Por otro lado, la luz azul puede dispersarse más fácilmente que el resto de los colores, ya que está compuesta por olas cortas y más pequeñas. Esta es la razón por la que se ve el cielo azul casi todo el tiempo.
Allá más cerca del horizonte, el cielo se va tornando de un color azul pálido o casi blanco. La luz solar que llega desde la parte más baja del cielo ya ha pasado por más aire que la luz que llega por la parte de arriba. En el momento en que la luz del Sol atraviesa tanto aire, las moléculas del aire dispersan y redispersan la luz azul muchas veces y en todas las direcciones.
Por otro lado, la superficie de nuestro planeta ha reflejado y ha dispersado la luz. Todo esto mezcla los colores una vez más, y por esa razón vemos más blanco y menos azul en el cielo.
Seguramente también has preguntado alguna vez qué hace que la puesta del Sol sea de color rojo.
Al tiempo que el Sol va bajando en el espacio, su luz va pasando por más sitios de la atmósfera hasta alcanzarnos. De esta manera, una mayor parte de la luz azul queda dispersada, lo que provoca que la luz roja y amarilla pase de manera directa y se pueda captar con nuestros ojos.
Sería bueno saber si en otros planetas el cielo también es de color azul
Los científicos de la agencia explican que todo depende de lo que se encuentre en la atmósfera del planeta. Por ejemplo, en el planeta rojo, Marte, su atmósfera es muy delgada; está constituida principalmente por dióxido de carbono y está llena de partículas finas de polvo. Dichas partículas son muy delgadas y dispersan la luz de forma distinta a los gases y partículas en la atmósfera de nuestro planeta.
Las imágenes captadas por los rovers y aterrizadores de la NASA en el planeta rojo, han podido demostrar que, al atardecer en Marte; realmente es lo contrario de lo que se experimenta en la Tierra. En el día de Marte, el cielo adquiere un color anaranjado o rojizo. Sin embargo, a medida que el Sol se va poniendo, el cielo entorno al astro rey empieza a tomar un tono azul grisáceo.