¿Qué dice la ciencia sobre la dieta antiinflamatoria?

A continuación, le contamos toda la verdad acerca de la dieta antiinflamatoria, se trata solo de una moda y hay ciencia detrás de este régimen. La inflamación es un sistema de defensa de nuestro organismo que sirve para reconocer los virus, a crear barreras físicas para evitar agentes dañinos y a regenerar los tejidos afectados.

Por qué la dieta antiinflamatoria está de moda

Es suficiente con pasearse un poco por las redes sociales para enterarnos de cuál es la dieta que está de última moda. Actualmente, la inflamación se ha convertido en el enemigo a combatir, como antes lo fue la grasa, luego los azúcares y vaya usted a saber qué vendrá después.

Como es normal, la ciencia sigue avanzando y cada vez la gente sabe más sobre su alimentación. El tema clave sería qué enfoque le dan las personas, cuánta es la evidencia, y cuánto es el negocio y las intenciones de vender determinados estilos de vida, modelos de alimentación y determinadas dietas. Nos encontramos en un punto muy distópico en el que se patologizan procesos que son totalmente normales, como es el caso de la subida de la glucemia en sangre después de las comidas y la inflamación. Todo es extraordinariamente patológico, y lo que señala la ciencia realmente es que todo es completamente normal.

Por qué la comida es mucho más que alimentación y la cultura de la dieta antiinflamatoria

En la actualidad está muy de moda la dieta antiinflamatoria, y es vendida como un recurso para terminar con la inflamación. Sin embargo, cabe preguntarse, ¿es acaso la inflamación un problema?

La ciencia nos dice que, en realidad, la inflamación es necesaria, debido a que se trata de un sistema de defensa que tiene nuestro organismo. Ya que, si no hubiera inflamación, nuestro cuerpo se quedaría indefenso ante las múltiples agresiones, por ende, es algo deseable que suceda y que funcione bien. Dentro de las funciones de la inflamación se encuentran las siguientes:

  • Reparación de tejidos: En este sentido, la inflamación elimina las células dañadas. Esta se encarga de limpiar el área de células muertas y tejidos dañados para permitir la reparación. Por otro lado, la inflamación permite la regeneración de los tejidos. Ya que promueve la curación y la regeneración del tejido afectado.
  • Defensa contra las infecciones: Este sistema de defensa permite el reconocimiento y la eliminación de patógenos. La inflamación ayuda a la identificación y la eliminación de virus, bacterias y hongos, además de otros agentes infecciosos.
  • Barreras físicas: La inflamación ayuda en la contención de la infección. Debido a que forma barreras físicas que evitan que los agentes dañinos se diseminan a otras partes de nuestro cuerpo.

Daños que puede causar la inflamación crónica

Ahora, en el caso de que la inflamación sea crónica, es otra cosa. En estos casos la inflamación provocará un impacto negativo como, por ejemplo: una inflamación prolongada puede llegar a ocasionar daños en los tejidos y órganos, además de enfermedades crónicas (diabetes tipo II, artritis, enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer). También pudiera provocar una desregulación del sistema inmune, que puede dar paso a respuestas inmunitarias inadecuadas o autoinmunidad.

De repente sea mi posición parcial de nutricionista no pesocentrista, pero además pienso que se está usando la inflamación como un eufemismo para “gordo” o “gorda”. Está de moda decir, por ejemplo, no estás gorda, sino que estás inflamada. Y no dejan de aparecer publicaciones de dudoso rigor científico que le ofrecen a la gente un protocolo antiinflamatorio, una dieta y unos cuantos suplementos, para bajar dicha inflamación.

Oigamos qué dice la ciencia sobre este tema

Mediante una revisión sistemática se llevaron a cabo búsquedas en bases de datos como EMCare, PubMed, Medline, Cochrane y CINAHL para identificar ensayos controlados aleatorios, RCTs. Dos científicos se encargaron de revisar de manera independiente 1537 RCTs que medían cambios en los marcadores de inflamación luego de prescribir una dieta de intervención. La revisión señala que las dietas antiinflamatorias, en especial la dieta mediterránea, pueden reducir varios marcadores de inflamación y mejorar los resultados de enfermedades crónicas asociadas con la inflamación.

Realmente, los investigadores resaltan las propiedades antioxidantes de la dieta mediterránea. No existe una dieta antiinflamatoria descrita específicamente por la ciencia.

Es posible que con la vida de prisas que lleva la gente en la actualidad, de poca cocina y comida a domicilio, que se haya olvidado en qué consistía una alimentación saludable, y en concreto la dieta mediterránea, dieta que hace énfasis la revisión sistemática.  

En qué consiste la dieta mediterránea

La dieta mediterránea se caracteriza por estar compuesta por frutas y verduras. Estos alimentos están llenos de antioxidantes y fitonutrientes, que sirven para reducir la inflamación. Además, están presentes las grasas saludables, como el aceite de oliva extra virgen, que contiene antioxidantes y ácido oleico con propiedades antiinflamatorias.

Por otro lado, la dieta mediterránea contempla los mariscos y pescados, alimentos que son ricos en ácidos grasos omega-3, estos tienen efectos antiinflamatorios. Por esta razón en las dietas señaladas como antiinflamatorias siempre van con suplementos de omega-3. También es rica en semillas y frutos secos, que contienen grasas saludables, fibra y antioxidantes. Las legumbres y los cereales integrales están presente en este modelo de alimentación. Estos alimentos son una buena fuente de proteínas vegetales, fibra y nutrientes esenciales, que pueden contribuir en la reducción de la inflamación y a la salud intestinal.

Revisar nuestra alimentación de base es sumamente importante

Los mecanismos antiinflamatorios que se producen en la dieta mediterránea, son los prolifenoles y antioxidantes. Los cuales están presentes en verduras, frutas y el aceite de oliva, estos ayudan en la reducción del estrés oxidativo y la inflamación. Por otro lado, están los ácidos Grasos Omega-3, presentes en pescados como las sardinas y el salmón. Estos reducen la producción de moléculas antiinflamatorias.

También tenemos la fibra dietética, que mejora la salud intestinal. Esto puede tener un efecto antiinflamatorio indirecto, ya que mejora la flora intestinal. En la dieta mediterránea se minimiza la ingesta de alimentos procesados de mala calidad y de comida ultraprocesada, con la finalidad de reducir la inflamación crónica.

Quizás antes de que te dejes de llevar por modas, o que pensemos qué dieta es mejor para que dejemos de ser mortales y alejarnos de la inflamación, el antienvejecimiento o demás circunstancias que van junto con la propia vida, tendríamos que revisar como es nuestra alimentación de base. Si es preciso hace cambios, entonces bienvenidos sean, pero hacer por hacer, no siempre es una buena idea.

Siempre recuerda revisar la formación y el modo de trabajar de los agentes que te ofrecen dietas en las redes sociales, investigar si hay ciencia detrás o solo se trata de un amifuncionismo de base.

Artículo sacado de la sección NUTRIR CON CIENCIA. “Comer es mucho más que un placer y una necesidad”.

Compartir noticia: