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El cortisol está siendo banalizada en las redes sociales, muchos influencers o gurús están proponiendo limpiezas y complementos nutricionales para bajar los niveles de esta hormona fundamental. Los expertos advierten sobre los riesgos de malinterpretar conceptos y confundir picos de estrés con cuadros patológicos.
¿Cómo se muestran los niveles de cortisol?
No hay más que hacer una pequeña búsqueda con la palabra cortisol en Internet para que el algoritmo de cualquier red social empiece a mostrar contenido y publicidad más o menos disimulada sobre los riesgos de tener altos los niveles de esta hormona. «No eres fea, solo tienes cara de cortisol«, anima una influencer en Tiktok, mientras que, poco después, sugiere ejercicio físico y buen dormir para reducirlo, además de unos suplementos que uno puede conseguir por un precio bajo pinchando en un enlace.
En otro vídeo, una autora famosa con titulación médica advierte de una sociedad afectada por cortisol que podría mejorar, entre otras cosas, con hábitos saludables, pensamiento positivo y aprendiendo a perdonar. El fantasma del cortisol circula por las redes como posible causa de muchos problemas a sus niveles altos se les atribuyen la hinchazón abdominal o facial, las ojeras, la palidez, el cansancio, la tristeza y varios creadores de contenido proponen limpiezas y productos para controlar su presencia en el organismo.
Sin embargo, el funcionamiento de esta hormona es más complicado de lo que se piensa en un reel de Tiktok y los expertos consultados advierten que algunos mensajes en las redes malinterpretan y simplifican conceptos, al punto de menospreciar la función de esta hormona clave, confundir picos de estrés con problemas patológicos o trivializar enfermedades complejas. El cortisol, conocido comúnmente como la hormona del estrés, se produce en las glándulas suprarrenales y cumple un papel crucial para regular nuestra vida diaria. Es como un mensajero químico que viaja por la sangre y está especialmente diseñado para activar al organismo ante desafíos o amenazas, explica Marta Garaulet, profesora de Fisiología de la Universidad de Murcia, España.
El cortisol puede desequilibrarse y afectar la salud
No se puede vivir sin cortisol, anticipa Felicia Hanzu, coordinadora del Área de Neuroendocrinología de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición. Es una hormona que permite al cuerpo adaptarse. Es, junto a la adrenalina, la principal hormona del estrés que libera el cuerpo y el estrés no es necesariamente negativo, hacer ejercicio físico, por ejemplo, es un tipo de estrés para el cuerpo y se secreta adrenalina y cortisol, añade. Esta hormona también contribuye a regular el metabolismo, la presión arterial o procesos inflamatorios.
En algunos vídeos publicados en redes sociales, los influencers detallan, a su manera, los peligros de tener el cortisol elevado, las razones de ese fenómeno y los síntomas, antojos, irritabilidad, acumulación de grasa abdominal que supuestamente coincidirían con esa situación. Pero la realidad es más compleja, el cortisol puede desequilibrarse y afectar la salud, sí, pero ni todo el malestar es resultado de una secreción excesiva de cortisol ni tampoco es tan fácil alterar los niveles de esta hormona hasta límites patológicos, coinciden las voces consultadas.
El cortisol sigue ritmos circadianos y sus niveles en el cuerpo varían a lo largo del día, por la mañana, al despertar, están hasta tres veces más altos que por la noche. Se regula solo. Hay confusión sobre lo que significa el cortisol, no debería disminuir, sino que simplemente debería regularse normalmente con una vida sin estrés y un sueño adecuado, sostiene Hanzu. La endocrinóloga admite que un dolor crónico, el trabajo nocturno, la obesidad o llevar una vida muy estresada, por ejemplo, hacen que suba el cortisol en respuesta a esta exposición al estrés y puede ser difícil reducirlo. Pero no son las situaciones concretas de estrés las que causan daño en la salud porque el organismo sabe regularse y devolver la hormona a sus niveles adecuados.
Síndrome de Cushing, complicado y poco común
El síndrome de Cushing, los problemas graves reales surgen cuando la secreción de cortisol está alterada de forma crónica y, tras un tiempo, el mecanismo de ajuste de respuesta al cortisol no es correcto, aclara la especialista. Después de niveles anormalmente altos de cortisol, a menudo hay ciertas enfermedades, como tumores en las glándulas suprarrenales o en la hipófisis, que provocan una producción excesiva de esta hormona y causan el llamado síndrome de Cushing, que se caracteriza por presentar, junto a otras condiciones presión alta o diabetes, por ejemplo, una especie de cara de luna llena, con grasa acumulada en el rostro, cuello y abdomen.
Cuando los influencers mencionan la cara de cortisol, se refieren a una apariencia que coincide, en mayor o menor medida, con los signos del síndrome de Cushing. Pero los expertos subrayan que este grave cuadro es raro y las causas de esa supuesta cara de luna pueden ser muy variadas y completamente ajenas a algo patológico relacionado con el cortisol. Una cara más redondeada puede ser por la propia fisonomía, depende del peso, de la edad, del cuidado facial, dice Hanzu. Marina Díaz Marsá, presidenta de la Sociedad Española de Psiquiatría, recomienda no trivializar el síndrome de Cushing o el de Addison, que aparece cuando el organismo no produce suficiente cortisol.
La psiquiatra también califica de simplistas los mensajes en redes sobre el funcionamiento del cortisol y reflexiona sobre el rol de la imagen en estos contextos. En redes sociales se otorga especial importancia a la imagen corporal y eso no es bueno. Hay cuerpos distintos, y que algo sea diferente no significa que sea patológico. Aunque el algoritmo en las redes pueda aumentar la magnitud del fenómeno, es poco probable que haya una oleada de personas sufriendo una especie de intoxicación de cortisol.
El cortisol juega un papel, pero no es la causa final
Juan Nácher, coordinador de la Red Española de Investigación en Estrés y jefe de grupo en el área de Salud Mental del Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBERSAM), afirma que la mayor parte de la población suele tener los niveles de cortisol dentro de la normalidad. No es cierto que estemos en una epidemia de cortisol elevado. Lo que sucede es que los niveles de estrés de la población son relativamente altos y se puede suponer que los niveles de cortisol también lo sean. Puede haber variaciones en los niveles de cortisol como respuesta al estrés, pero no constituyen niveles patológicos, agrega.
Alteraciones en los ritmos circadianos. Algunos influencers atribuyen a ese estrés constante y al estilo de vida actual vidas más rápidas y peores hábitos de alimentación y sueño esos niveles altos de cortisol. Pero Garaulet añade que, más que hipercortisolismo, lo que causan los estilos de vida actuales son cambios en los ritmos circadianos que controlan la producción de cortisol. Por la mañana esos niveles no son tan altos y por la noche no son tan bajos. Esa curva se aplana e invierte tu vida, te levantas más cansado, te acuestas acelerado y también se ha relacionado con más comidas nocturnas.
La investigadora, que también es profesora visitante en Harvard, descarta una intoxicación generalizada por cortisol, pero reconoce que el estrés crónico es dañino y, si persiste en el tiempo, puede llevar al burn out y aumenta el riesgo de desarrollar otros problemas de salud, como depresión o ansiedad. Díaz Marsá, por su parte, también aclara la interpretación que se hace desde las redes sobre cómo el estrés y el cortisol elevado afectan a la salud mental.
Complejos vitamínicos a base de plantas
El estrés crónico es un factor de riesgo para desarrollar enfermedades físicas y mentales, pero no lo explica todo. Una dieta sana, la meditación y un buen sueño son útiles para afrontar algunas situaciones, pero no son suficientes para tratar un trastorno mental como la depresión o la ansiedad. La solución no es únicamente minimizar el cortisol. En la misma línea, Garaulet está de acuerdo en que no es fácil regular y marcar el ritmo del cortisol.
En todos esos biorritmos internos interviene un complejo circuito neuroendocrino el eje hipotalámico pituitario adrenal que no es sencillo de alterar ni reparar. La complejidad de las moléculas, mecanismos y factores que regulan el sistema endocrino es tan amplia, que esas frases cortas en redes, ya sean afirmativas o negativas, no se ajustan a la realidad clínica, afirma Díaz Marsá.
El cortisol se altera con tanta facilidad ni se regula de nuevo con recetas mágicas como se propone en las redes. Los expertos confirman que si hay algo de verdad en los mensajes que lanzan muchos influencers sobre el cortisol es que los hábitos de vida saludables, como hacer ejercicio o descansar y comer saludablemente, siempre ayudarán a mejorar la salud en general. Pero no existe ningún suplemento ni brebaje milagroso que ayude a equilibrar esta hormona.
Consecuencias hepáticas
Si hubiera algún producto que afectara a las glándulas suprarrenales, ya lo estaríamos utilizando, concluye Hanzu. En redes se sugieren complejos vitamínicos o suplementos a base de plantas, como la ashwagandha, para bajar los niveles de cortisol, pero la evidencia científica sobre estos productos es escasa y su uso puede tener riesgos. En este contexto, sobre la ashwagandha, el Instituto Federal Alemán de Evaluación de Riesgos emitió un aviso el pasado septiembre en el que aconsejaba no tomar suplementos con este componente.
Principalmente en niños, embarazadas y personas con problemas hepáticos, debido a la falta de información sobre sus efectos. De hecho, el aviso señalaba que ya se han reportado problemas digestivos y casos de daño hepático relacionados con su uso.
Para enfrentar el ruido de desinformación que surge en las redes bajo el hashtag #cortisolface, Shannon L. Tosounian, gastroenteróloga en el Hospital Jefferson Einstein de Filadelfia EE UU, intentó hace unos meses organizar un poco la información y la ciencia con un vídeo en el que desmentía cualquier rumor. No quiero sonar grosera, pero no tienes cara de cortisol. No tienes un problema con la secreción inadecuada de cortisol, a menos que un médico te haya diagnosticado síndrome de Cushing. Esta tendencia de influencers y empresas que venden suplementos para un diagnóstico ficticio de cara de cortisol es insultante y, sinceramente, poco ética, advirtió la experta.