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Sabes cuáles son los riesgos para la salud presentes cuando se trabaja durante una ola de calor. Desde agricultores hasta guías turísticos, millones de personas tienen que trabajar al aire libre, incluso en momentos en que las temperaturas rompen récord.
¿Qué sucede en nuestro organismo y a qué peligros para la salud nos enfrentamos cuando trabajamos durante una ola de calor?
Una investigación que hizo el equipo de Clima Ahora en Grecia durante este mes de abril, donde conocieron a científicos que estudian los riesgos de las temperaturas extremas en el sitio de trabajo y las posibles consecuencias de las olas de calor en este ámbito.
En el momento en que el Servicio de Cambio Climático Copernicus (el cual se fundamenta en el estudio sobre el clima llevado a cabo en el marco del Programa Mundial de Investigaciones Climáticas, PMIC), acaba de publicar sus últimos datos, que señalan que el pasado mes de marzo fue el más cálido registrado a nivel mundial, con temperaturas de 0.7 °C por encima de la media registrada entre 1991 a 2020, y 2.2 grados centígrados por encima de la media en el continente europeo.
Los Países Bajos y Alemania tuvieron su mes de marzo más cálido desde que llevan registros de temperatura, y fue mucho más cálido que la media en el este de Canadá y EEUU. Al tiempo que en algunas zonas del estado de California hacía un inusual frío e incluso nevaba. Por otro lado, las temperaturas de la superficie del mar en todo el planeta continúan alcanzando niveles récord en las zonas no polares.
Copernicus publicó un gráfico que refleja las anomalías de la temperatura del aire desde la década de 1940, la imagen muestra cómo los 3 primeros meses de 2024 fueron más de 1.5 grados centígrados más cálidos que la media preindustrial. Con los datos de marzo de este año, el planeta lleva diez meses seguidos registrando temperaturas récord para la época del año.
El estrés térmico es un problema que no para de crecer
En la actualidad, una gran parte de la masa trabajadora de todo el mundo se está enfrentando al problema del estrés térmico en sus lugares de trabajo. En el pasada este problema siempre fue asociado a los obreros de la construcción y los trabajadores manuales. Sin embargo, hoy en día los estudios han demostrado que el estrés térmico está afectando a un amplio espectro de la población, desde inspectores de seguros y periodistas hasta la gente que trabaja en teatros de verano y guías turísticos.
Clima Ahora (de Euronews) entrevistó a Androniki Miliou, un trabajador que ofrece visitas guiadas por el geoparque Meteora, patrimonio de la humanidad, ubicado en el centro de Grecia, y contó que en los meses de verano las temperaturas en ese lugar pueden ser difíciles de soportar. Miliou explicó que muchas veces tienen 35 grados centígrados y hasta más, de tal modo que resulta muy difícil lidiar con el calor. Muchas veces, tienen que esperar un largo tiempo en las escaleras para poder subir a uno de los monasterios de las montañas, y eso no les ayuda, ni a ellos ni a otras personas, a sobrellevarlo, agregó el guía turístico.
Durante los días de mayor calor o en medio de una ola de calor, también Miliou pierde ingresos, debido a que cuando el calor se hace más insoportable a menudo se cierran los yacimientos arqueológicos del lugar, porque ni siquiera los nativos ni el resto de las personas pueden soportar esas altas temperaturas.
¿Qué sucede en nuestro cuerpo cuando sentimos demasiado calor?
En la Universidad de Tesalia, en la ciudad de Trikala (Grecia), un equipo de investigadores liderados por el profesor Andreas Flouris viene estudiando los efectos del calor en el organismo en el sitio de trabajo. El catedrático Flouris forma parte de un gran esfuerzo de concienciación en en país mediterráneo sobre el problema del estrés térmico, que incluso ha provocado que el servicio meteorológico griego haya publicado en la Web lo que se conoce como temperatura WBGT, que es un indicador del calor que hace en función de la radiación, la humedad y la temperatura.
La gente de Clima Ahora conoció al profesor Andreas Flouris cuando estaba estudiando al agricultor Athanasios Peristeris, a quien le estaba equipando con sensores para medir su consumo de energía y la temperatura interior y exterior de su cuerpo.
El profesor Flouris les dijo que por un lado, se necesita saber cómo se siente el cuerpo por fuera (a lo que llamó el caparazón), pero además el núcleo, que es verdaderamente importante para la temperatura cerebral, explicó.
El paso siguiente en la investigación del equipo de Flouris es realizar trabajos manuales pesados en una cámara especial, que se calienta hasta llegar a condiciones de calor extremo u ola de calor, equipada con luces para simular la luz solar. Mientras el agricultor está trabajando, el 85 por ciento de su energía se transforma en calor, calentando su cuerpo e incluso su cerebro.
La primera parte de nuestro organismo en verse afectada ante una ola de calor es el sistema nervioso central
Flouris explicó que mientras hace esta clase de trabajo, la temperatura central del cuerpo de Peristeris aumenta. Y si logra superar los 39-39.5 grados centígrados, su temperatura cerebral comenzará a afectar al funcionamiento de su sistema nervioso. En algún momento, el cerebro de cualquier persona sometida a estas condiciones puede llegar a colapsar, lo que pudiera provocar un estado que pudiera inclusive llevar a la muerte, que es lo que se denomina insolación, agregó Flouris.
Las investigaciones de estos científicos han demostrado que los nervios y el cerebro son las partes del cuerpo más sensibles al calor. Flouris aseguró que no son los riñones, ni son los pulmones, no es el corazón (aunque estos órganos también se ven afectados por el calor extremo), sino que es el sistema nervioso central el que primero se estropea.
Peristeris contó que cuando trabaja en verano, evita las horas de mayor calor del día. No obstante, dijo que el calor le puede sentar mal en algunas ocasiones. Y que la sensación que le produce el calor es un singular malestar, es un dolor en el pecho, algo así como que si tuviera un peso en el centro del pecho, además de sentir dificultad para respirar.
Con soluciones sencillas y prácticas se gana en salud y en productividad
Flouris explicó que estos síntomas que describe Peristeris son la primera señal de problema. Cuando el cuerpo y el cerebro se encuentran demasiado calientes, los trabajadores deben parar su labor, les recomienda que descansen, tomen agua y busquen la sombra. Si lo hacen estarán preservando su salud y además su productividad, aseguró el profesor.
Y agregó que un asunto muy importante que se debe entender es que el calor es una situación en la que todo el mundo pierde. Tanto los trabajadores pierden salud, como los patrones pierden una gran cantidad de beneficios económicos debido a las pérdidas de productividad. Y concluyó diciendo que, no obstante, se ha visto como con soluciones sencillas y prácticas no se pierde productividad. Por el contrario, se gana productividad en lugar de perderla.