Algunos hombres padecen el “Síndrome de Couvade”, el cual provoca en ellos los mismos síntomas que sufren sus parejas cuando están embarazadas.
¿Cuáles son los síntomas del Síndrome de Couvade?
Parece extraño, pero el embarazo y el parto pueden causan cambios psicológicos y físicos en los hombres. En diversas investigaciones los científicos han logrado demostrar que el cerebro del futuro papá cambia.
Los niveles de testosterona del padre bajan durante la gestación y, en especial, luego de llevarse a cabo el parto. La alteración hormonal en el hombre se mantiene mientras el papá siga cuidado a su bebé y esa implicación revertirá en un mejor desarrollo emocional y cognitivo del pequeño.
Hasta hace poco tiempo, los hombres tenían casi nada que hacer durante el embarazo y el parto de sus parejas. Siempre los cuidados y las investigaciones científicas iban dirigidos a la maternidad. No obstante, cada vez más papás desean dejar de ser simples espectadores de la gestación, el nacimiento y la crianza de sus niños. Por esta razón apuestan por una nueva clase de vivir y sentir la paternidad.
Cuidando cada paso de su desarrollo
Mattias, se considera uno de estos papás; es padre de tres hijos él se atrevió a cambiar su trabajo por la casa, lugar donde ejerce el rol de padre con su hija Astrid de 3 meses de nacida, al menos, hasta que la pequeña cumpla su primer año. El abnegado hombre explicó que tiene la suerte de poder estar allí cuando su bebé comience a gatear, cuando aprenda a caminar, cuando diga sus primeras palabras y, ¡eso es increíble!, exclamó Mattias quien se identificó con el síndrome de Couvade.
Anna Machin, antropóloga evolutiva de la Universidad de Oxford (Reino Unido), lleva muchos años estudiando la paternidad. Desde siempre la ha entendido de una manera bastante particular. Desde la perspectiva evolutiva esta investigadora afirmó que el ser humano es el único simio que la desarrolla y uno de ese cinco por ciento de los mamíferos que desempeña ese papel.
Machin aseguró con mucha contundencia que, la paternidad comienza en el embarazo. Sus investigaciones sobre la relación entre los padres y sus hijos lo han demostrado.A pesar de que, evidentemente, no sienten la cercanía física de la mujer embarazada, los padres comienzan a establecer un vínculo con sus hijos antes de que nazcan, explicó Machin.
Síndrome de Couvade, aumentan los cuidados y baja la testosterona
La psicología, la psiquiatría y la neurobiología también han estudiado sobre el síndrome de Couvade y cómo la paternidad cambia psíquica, física y neurológicamente el cuerpo del hombre. Y los hallazgos son realmente sorprendentes. Hasta los momentos, se sabía de los enormes cambios hormonales que el embarazo y el parto provocan en la madre. En la actualidad también se ha demostrado que, en el caso de los hombres, ocurren más cosas de las que se pensaban.
Aunque no en la medida de la mujer, los padres también padecen dichos cambios en sus hormonas masculinas. Bühling afirmó que, los niveles de testosterona bajan de manera importante en los hombres durante el embarazo de sus parejas y, aún más, luego del parto. Puede reducirse hasta un treinta y tres por ciento menos de testosterona, revelan los estudios y, de manera general, nunca vuelven a subir hasta los registros preparto, siempre que el papá siga implicado en el cuidado de su bebé, agregó Bühling.
Por su parte, la antropóloga Machin subrayó que, “el cerebro cambia cuando te vuelves papá”.
Los hombres están preparados para la crianza
La neurobióloga Ruth Feldman de la Universidad Reichman de Tel Aviv (Israel); demostró por medio de un experimento que, en los hombres comprometidos con la crianza de sus hijos, 6 meses después del nacimiento, los niveles de la hormona del apego (la oxitocina) eran bastante parecidos a los de las mujeres.
La experta también señaló que, que en el estudio observaron que toda la red de apego se activaba en el cerebro ante la presencia de los estímulos relacionados con el bebé. Y sostuvo que llegaron a descubrir que una región del cerebro denominada surco temporal superior se activaba más en los padres que en las madres. Precisamente esta es la sección que permite al padre entender las señales no verbales de los pequeños.
Por esta razón, Feldman advirtió que los hombres también están genéticamente programados para preocuparse por sus bebés. Eso sí, incide en que únicamente ocurre si el hombre se involucra en la crianza. Si, por el contrario, el individuo no asume este rol y deja escapar el tren de la paternidad, los cambios cerebrales y hormonales no se producirán.
¿Cómo interfiere el juego en la relación padre-hijo?
Las investigaciones sobre la relación entre los papás y los hijos han llegado también hasta el ámbito del juego. Paul Ramchandani, psiquiatra de la Universidad de Cambridge, llevó a cabo un seguimiento sobre el tiempo que pasaban los padres jugando con sus hijos.
Las conclusiones a las que llegó Ramchandani y su equipo fueron determinantes. Los hombres que jugaron más con sus pequeños durante los 3 primeros meses de vida, recibieron un mejor desarrollo emocional y cognitivo cuando el bebé tenía 2 años.
Por otro lado, el diferente tipo de juego del papá con respecto a la madre origina que los pequeños tengan que aprender a regular sus emociones y a controlarse en el momento en que estén usando la fuerza, explicó Ramchandani. Y terminó con la siguiente sentencia: en verdad, lo que necesitan los hijos es que los padres se mantengan ahí y se impliquen todo lo posible.