El placebo puede generar una calma para el dolor o diferentes beneficios, inclusive al momento de comentarle a los pacientes que las pastillas que ingieren carecen de componentes que están inactivos de forma terapéutica.
Un ensayo clínico inusual
Hace dos meses, en el mes de junio, Betty Durkin subiendo a su terraza, al subir se resbaló por una tabla que estaba en el suelo, donde perdió el equilibrio y se cayó. De esta caída surgieron graves consecuencias, Betty se lesionó la columna cervical en la parte superior, se rompió las rodillas, las muñecas, se fracturó el cuello y se clavó astillas en el rostro. Un dolor insoportable e instantáneo.
Luego de muchos días estando hospitalizada, la administradora de seguridad, de origen estadounidense con 73 años; tuvo que ser trasladada de Massachusetts hasta un hospital de Boston en Spaulding Rehabilitation. Las dolencias continuaban intensamente, debido a esto, a la paciente le recetaron un régimen de opiáceos por todo el día, lo que resulta preocupante porque en ocasiones las personas pueden desarrollar adición a estos analgésicos.
Durante su hospitalización le realizaron un ensayo clínico excepcional con su consentimiento, los doctores encargados examinarían las mejoras ante el dolor con una píldora de placebo con aceite de soja, suplantando otro ingrediente medicinal.
Los resultados de la administración de un placebo honesto o de etiqueta abierta
En el transcurso de la última década, los expertos han publicado diversas investigaciones que confirman el concepto de placebo honesto o también reconocido como etiqueta abierta; donde se les anticipa a los pacientes que la cápsula o píldora que estarán ingiriendo no contendrá ingredientes activos terapéuticamente.
En el caso de la paciente Betty, además de informarle, el frasco de las píldoras indicaba notoriamente su nombre placebo de etiqueta abierta.
Basándose en que los expertos pensaban anteriormente sobre la importancia del consentimiento en cuanto a los placebos y su eficacia; dichas píldoras sinceras de placebo no deberían minimizar la fatiga, el dolor, las migrañas o diferentes síntomas, aunque en un significativo número de casos, pasa.
Como parte del ensayo, trascurridos los tres días, se le realizó una petición a Betty, que olfateara una especia de cardamomo y luego tomara la cápsula, antes que sus opioides. La finalidad de ello, era prepara al cerebro del paciente para que integrara el experimentar el placebo con la calma a su dolor por los opioides.
En el tercer día, los doctores le ofrecieron la cápsula con el aroma, aunque sin opiáceos. Se le participó que podía pedir cualquier analgésico de necesitarlo, la paciente nunca lo pidió. Durkin estaba consciente de la píldora falsa, sin activos; sin embargo, su cerebro no detectó diferencia alguna.
Se están demostrando los efectos positivos del placebo de etiqueta abierta
Gran parte de los análisis hechos hasta ahora con placebos, con etiqueta abierta han sido mínimos, no obstante, los resultados comienzan a sumarse.
Una sistemática revisión publicada en “Scientific Reports” en el año 2021; dio lugar a 13 investigaciones en evaluación, con casi ochocientos voluntarios, donde se determinó que los placebos de etiqueta abierta demuestran efectos significativamente positivos.
En las primeras fases del estudio en cualquier ámbito, hay más posibilidades de que sean publicadas investigaciones positivas a diferencia de las que no están a favor de la técnica. Sin embargo, la consecuencia inesperada tiene en espera a múltiples científicos médicos.
El director del programa de estudios de placebo, encuentro terapéutico del Centro Médico Beth Israel Deaconess de Boston; y principal autor de la investigación Ted Kaptchuk, comentó que éste estudio es paradójico. En primera instancia no parece tener sentido, aunque puede que se deba a que los expertos no entienden totalmente como funciona y actúa el placebo.
Los doctores y demás curadores tienen miles de años implementando tratamientos inactivos. El médico británico William Cullen, en el año 1700; escribió que le recetó a un paciente un tratamiento del que no se fiaba, aunque se lo dio porque necesitaba darle una medicina.
El emplear placebos en los ensayos clínicos llegó a tope en los años 1960, luego de la aprobación del Congreso sobre la enmienda que le otorgaba la autorización a la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos; el cumplimiento de la exigencia a las compañías farmacéuticas para demostrar la seguridad y eficacia de los nuevos medicamentos.
Ensayos clínicos que realizaban comparaciones con placebo inofensivo resultaron ser la manera aceptada para hacerlo; resaltaron los expertos en el aniversario número 50 de New England Journal of Medicine por las enmiendas.
Un efecto con resultados
En ensayos clínicos comunes, jamás se les participa a los voluntarios si están recibiendo o no el fármaco o el placebo. Además, tampoco se les hace saber a los científicos quienes están evaluando la datación del ensayo, lo que supone resultados directamente comparables y que resultan con menores posibilidades de introducción de sesgos.
Con el pasar del tiempo, los individuos de la investigación que ingirieron placebo, sin imaginarlo obtuvieron mejoras en múltiples casos; lo que ha conllevado la descripción del efecto placebo por parte de los médicos.
Conforme a una revisión publicado a través de la revista Neuroimmuno modulation, un paciente con información limitada sobre el fármaco activo; su cerebro podría generar sustancias químicas, como las endorfinas reconocidas por minimizar el dolor y tener una mejora en el estado de ánimo, de esta manera comienza la curación.
Varios críticos no creen que el efecto sea cien por ciento real, atribuyendo cualquier otra mejora a la fluctuación de los síntomas, la errática naturaleza de las enfermedades e inclusive a los criterios que lleven los sujetos y su deseo complaciente.
De todas formas, los placebos por mucho tiempo han sido considerados una parte importante de los ensayos clínicos. Aunque, tener a los pacientes excluidos de información le disgustó a Kaptchuk, en los principios de la investigadora, al realizar sus ensayos clínicos. Quién en el año 2010 por vez primera intentó probar un placebo de etiqueta abierta.
El ensayo clínico de Kaptchuk
Kaptchuk, y sus compañeros, involucraron a 80 individuos que padecían del síndrome del intestino irritable en un ensayo clínico totalmente aleatorio; de estas 80 personas, 40 ingirieron dos cápsulas de placebo, dos dosis diarias por día. Los otros 40 no recibieron tratamiento.
Los investigadores limitaron la información ante el grupo del placebo, omitiendo que las cápsulas ingeridas no contaban con ningún medicamento. Además, en los ensayos clínicos participaron que dichos placebos podrían inducir diferentes procesos de auto curación.
Después de haber transcurrido tres semanas, los expertos examinaron que tan grave eran los síntomas. Kaptchuk, y su equipo publicaron un informe, donde se demostraba que el otro grupo del placebo sí obtuvo mejoras significativas. En la investigación clínica abierta, informarles a los pacientes los posibles beneficios al ingerir un placebo era muy importante.
En el año 2018, las investigaciones con imagen, demostraron que los placebos tradicionales, comúnmente activan los neurotransmisores que están implicados con la curación y el dolor. Que sea prescrito por un médico es fundamental. Sin embargo, los placebos etiquetados podrían funcionar de manera distinta a sus primos más comunes (tradicionales).
Los científicos comienzan a entender con más claridad que, sobre todo en los casos de pacientes con dolores; el cerebro tiene la habilidad de exacerbar el dolor y extender las sensaciones corporales, que siendo de otra forma debería ignorar. En ciertos individuos, saber que tragará una cápsula sin efectos fisiológicos puede intervenir de alguna forma la señal de dolor con el cerebro. Al parecer, la incertidumbre juega un rol importante para minimizar en lo posible las extensiones del dolor en el cerebro.
Kaptchuk dijo que el tratamiento con placebo no se basa en creer que tendrá una mejora, sino que el cuerpo sabe algo de lo que el cerebro no es consciente, de eso se trata.