El láser es uno de los descubrimientos más importantes que el hombre haya realizado. A más de sesenta años de su invención aún continúa deslumbrando por sus múltiples aplicaciones. Recientemente investigadores han publicado el uso de láser para mejorar uno de los procesos mentales, la memoria visual.
Sesenta años de una invención revolucionaria: el láser
Es uno de los descubrimientos más revolucionarios de la humanidad, el láser. Después de sesenta años de su invención sigue deslumbrándonos por sus múltiples aplicaciones y usos, que parecieran ser inagotables, en las telecomunicaciones, en la industria y telemetría. Hasta en la primera demostración con éxito de fusión nuclear que se llevó a cabo hace escasas semanas, se utilizó el láser.
Y en la medicina y la biología también se han aprovechado los beneficios de esta tecnología, en este campo se ha aplicado de muchas maneras el láser. Un grupo de investigadores chinos, de Reino Unido y de los Estados Unidos, recientemente hicieron una publicación sobre el uso de láseres para mejorar la memoria visual.
El uso del láser para mejorar procesos mentales como la memoria visual
En este particular experimento, el grupo de científicos sometió a una cierta cantidad de voluntarios a una serie de pruebas para medir su memoria a corto plazo. Dichas pruebas consistían en recordar bien la orientación de unas líneas o también el color de unos recuadros, las pruebas se realizaron en dos sesiones, con un tiempo de separación de una semana.
Los investigadores hicieron una diferenciación en las pruebas, en una de las sesiones expusieron a las personas a un láser infrarrojo de baja intensidad, de 1.064 nanómetros (la luz visible se ubica entre 400 y 700 nanómetros), en la región derecha de la frente del participante. De esta manera, la luz láser podía llegar de forma indirecta a la región del córtex prefrontal.
¿Cuáles fueron los resultados de las pruebas?
Los investigadores notaron que las personas que fueron expuestas al láser mejoraban en la actividad de memoria. Lo cual sucedía tanto cuando se comparaban consigo mismas como cuando la comparación se realizaba con relación al conjunto de todos los participantes.
Ciertamente, la mejora hallada por el efecto de la luz del láser fue muy significativa, tanto para la actividad de recordar la orientación de las líneas como para la tarea de acordarse del recuerdo del color de los recuadros.
Sin embargo, para reforzar los resultados los científicos decidieron hacer más experimentos. Entre los cuales llevaron a cabo mediciones del nivel de activación de diferentes zonas del cerebro. En el momento en que registraron los encefalogramas de las personas durante las pruebas, los investigadores pudieron notar que se producía más activación de ciertas zonas vinculadas con la memoria cuando el sujeto había sido expuesto a la luz del láser. En el caso contrario, no hallaron ningún efecto en la memoria al iluminar el lado izquierdo de la corteza prefrontal.
¿Cuáles son los mecanismos de acción que activa el láser?
Para poder explicar este efecto tan beneficioso de la luz láser, los investigadores se pasean por varios posibles mecanismos. Por un lado, se sabe que la luz puede ser absorbida por algunos compuestos dentro de las células, lo que podría estimular procesos químicos intercelulares capaces de mejorar su actividad. Sin más, puede darse un incremento por poco tiempo de las especies reactivas de oxígeno, que pueden llegar a estimular la actividad de las células a bajas concentraciones.
No obstante, la luz infrarroja utilizada en las pruebas no debería de activar este tipo de compuestos debido a la baja energía de los fotones empleados.
Por otro lado, está la posibilidad de que el láser sea capaz de estimular la liberación de oxígeno nítirco (NO), el cual es un potente dilatador de la vasculatura. La luz utilizada se encargaría de promover las vibraciones de las moléculas y dichas vibraciones pueden facilitar la generación de óxido nítrico por parte de las células vasculares.
Mecanismo de la generación de calor
Sin embargo, los científicos apostaron más por el mecanismo de la generación de calor por parte de la luz láser. Debido a que en el momento en que la luz de 1.064 nm es absorbida por el agua contenida en los tejidos incrementa la temperatura (por su puesto, sin provocarle ningún daño a los participantes).
Cuando se repitieron las pruebas con un láser de 852 nanómetros y la misma dosis de luz, no se notó ninguna clase de mejora en la memoria a corto plazo de los sujetos.
De primera, los investigadores piensan que el aumento de temperatura debería ser completamente igual con los 2 láseres, debido a que las cantidades de luz resultaron iguales. No obstante, la luz de 1.064 nanómetros se absorbe en un volumen más pequeño de tejido. Y a igual cantidad de energía, un volumen más chico se calienta más. Este calor puede conllevar a una vasodilatación local más significativa, lo que provoca un incremento del riego sanguíneo en la región del cerebro iluminada, mejorando así la memoria.
Aunque los científicos descartan el calor como mecanismo, este es un tema que causó polémica en el estudio. Po lo que exige más experimentos en este sentido.
El láser puede mejorar el rendimiento intelectual
Ya son muchas las investigaciones que demuestran los efectos beneficiosos de la luz láser en procesos del cerebro. Se cree que se deben a una mejora en el riego cerebral luego de la acción del láser sobre el órgano, que al mismo tiempo conlleva a una mejor oxigenación cerebral.
Además, el láser mejora el rendimiento de las neuronas, que reciben mayor cantidad de nutrientes y eliminan mejor los desechos. Se trata de un mecanismo bastante prometedor para entender mejor cómo la luz láser puede llegar a mejorar algunas de nuestras capacidades mentales.
También se han observado beneficios en personas enfermas. En el año 2012 se halló un incremento de la actividad cerebral y del nivel de consciencia de una persona que se encontraba en estado vegetativo. El paciente fue sometido a iluminación de su cabeza por luz láser infrarroja.
Parece que es totalmente posible el modular la actividad del cerebro de forma no invasiva, con el empleo de un láser infrarrojo. Estos son procedimientos bastantes sencillos, relativamente económicos e indoloros. Por lo tanto, se puede decir que el láser ya forma parte del arsenal de terapias cognitivas que existe.