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Ya el ácido hialurónico es muy famoso por los efectos que causa en los tratamientos faciales. Pero además; este compuesto está siendo estudiado para que pueda ser utilizado en tratamientos de enfermedades que van desde la artrosis hasta el cáncer.
¿Cómo actúa el ácido hialurónico en las articulaciones?
El ácido hialurónico puede llegar a comportarse como un lubricante. Este compuesto tiene una gran afinidad por el agua. Es decir, que posee la propiedad de hidrofilia, capaz de absorber el agua y dejarla retenida dentro de la célula.
En el cuerpo humano el ácido hialurónico se encuentra de manera natural, especialmente en las articulaciones. Allí el compuesto cumple con dos funciones que son de suma importancia.
Cuando la articulación tiene que hacer movimientos suaves, el ácido hialurónico se comporta como si fuera un lubricante. Por ejemplo, al flexionar el codo, su trabajo es evitar que los huesos del brazo lleguen a rozarse y provocar dolor. Que es precisamente lo que ocurre cuando hay artrosis o artritis.
La otra función que cumple este ácido en las articulaciones, es la absorción del impacto cuando se ejecutan movimientos intensos. Por ejemplo, evitar el dolor en las rodillas cuando se aterriza en el suelo luego de saltar, dolencia muy común en pacientes con artrosis.
Por estas razones, se prescribe desde hace mucho tiempo, en forma de inyección intraarticular en el tratamiento para aliviar los síntomas de la artrosis y de la artritis.
Además, por ser el ácido hialurónico un compuesto natural de nuestro organismo, este es producido y eliminado continuamente. En consecuencia, el cuerpo no lo detecta como extraño.
Por esta razón, es utilizado en el recubrimiento de implantes o catéteres para evitar que sean rechazados por el organismo. En los lentes de contacto se utiliza el ácido hialurónico, para evitar la inflamación de los ojos, al permitir conservar mejor la humedad por su eficaz absorción del agua.
Su uso en el tratamiento contra el cáncer
En los últimos años el ácido hialurónico se ha venido estudiando para tratar diversas enfermedades. No solamente en el uso cosmético o estético, sus beneficios también se están aprovechando para combatir afecciones tan graves como el cáncer.
En el grupo de Biomateriales pertenecientes al Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España. Se lleva a cabo una investigación, sobre el uso del ácido hialurónico en fármacos anticancerígenos o quimioterapia, especialmente para combatir los tumores que se generan a consecuencia del cáncer.
En dicho estudio, se hace uso de las diferencias que presenta el tumor con relación al resto del organismo (partes sanas). En algunos tipos de cáncer, se trata de una pequeña porción del tumor la que presenta malignidad, ésta es la responsable de su multiplicación incontrolada o la metástasis.
Esta población tumoral, se caracteriza por tener una mayor adhesión al ácido hialurónico, en comparación con el resto de las células. Por esta razón, en el ensayo clínico las nanopartículas con quimioterapéuticos son recubiertas de ácido hialurónico; y así llegan a ser más eficaces en el tratamiento.
De esta forma, el compuesto serviría como un GPS que va a guiar el vehículo con el fármaco en su interior, justo hacia el tumor.
El ácido hialurónico y las células madres
Utilizar células madres en la regeneración de tejidos dañados, es un campo incipiente. Actualmente, se han llevado a cabo ensayos clínicos en varias enfermedades; pero en muchos casos se ha podido comprobar que las células son eliminadas con mucha rapidez; perdiendo también sus efectos.
Para evitar que esto ocurra, en el grupo de Biomateriales del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, se están llevando prácticas donde se preparan formulaciones de quitosano y ácido hialurónico.
Al ponerse en contacto estos dos compuestos, gelifican, logrando atrapar las células madres en su interior y prolongando sus efectos en el organismo.