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En la provincia de Buenos Aires, Argentina, los campos de Lezama se vieron partícipes de un enigmático caso hace seis años atrás; la aparición de un manto blanco como una especie de sábana cubría algunas zonas de la región. Lo mismo ocurrió en un pueblo de Uruguay llamado Vergara, las criaturas arácnidas fueron las protagonistas y su acto, el vuelo arácnido.
Este inusual fenómeno generado en el año 2015, se dio a conocer como babas del diablo y surgió en las zonas inundadas en aquel momento. Luego de varios años, un equipo de investigadores de Argentina y Uruguay logró dar luz sobre qué fue lo que ocurrió; publicando un estudio llamado Agrupaciones masivas de telarañas en pastizales sudamericanos después de las inundaciones.
De la División Aracnología del Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia, Luis Piacentini y del Departamento de Ecología y Biología Evolutiva del Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable (IIBCE), la bióloga Anita Aisenberg, fueron los encargaron junto a otros colegas de la gran oportunidad de investigación arácnida.
La sorprendente especie de manto hecha por telas de araña encontrada en las regiones mencionadas, fue producida por arañas que habitaban en zonas próximas a los ríos y que debido a las inundaciones tuvieron que emprender un viaje de huida; dejando a su paso unas grandes cantidades de este producto de hilos de seda.
Un evento sorprendente del vuelo arácnido
El escape emprendido por las arañas fue mediante el uso de una técnica denominada ballooning, un vuelo arácnido constituido por un procedimiento compuesto de hilos de seda de araña; favoreciendo la supervivencia de la especie a través de su aplicación; lo hicieron en masa para poder desplazarse lejos del alcance de las inundaciones.
Esta técnica es utilizada para poder movilizarse, se basa en que las arañas buscan un lugar alto cuando hay viento, se movilizan hasta ese sitio y desde ese ahí parándose en la punta de sus extremidades; elevan lo suficiente la parte posterior del abdomen para, en un momento dado, hasta con la más suave brisa o alguna corriente ascendente, producir la seda.
Esta formará un hilo lo suficientemente sostenible para proceder a desplazarse alzándose por los aires, un fenómeno fascinante de ver, las arañas no tienen alas; pero eso no les impide emprender un vuelo eficaz y necesario de acuerdo a su situación.
Las comparaciones realizadas en este proceso, suponen que las arañas buscan huir como si estuvieran siendo arrastradas por un artefacto volador fabricado por sí mismas. Dando como resultado, que estos animales puedan lograr desplazarse algunos cientos de kilómetros y ascender hasta más de mil metros.
En realidad, el hallazgo del misterio no fue que utilizaran el ballooning o vuelo arácnido; sino que hicieran un uso masivo de este a causa de las inundaciones, que en consecuencia activo su necesidad de escape. Sus intentos de huida fallidos dejaron atrás rastros de telarañas y más adelante, la aparición del manto.
El desplazamiento de diversas especies de arañas
Tanto Piacentini como Aisenberg, presenciaron algo que no habían visto con anterioridad, el vuelo de varios metros de altura de grandes arañas lobo por encima de cables de luz; una ocurrencia fuera de lo común en estos grupos. Una cantidad diversa de arácnidos reunidos con la agresividad bastante reducida y no solo de la misma especie, algo sumamente extraño.
Las masas de telas de araña estaban colmadas de arañas y se encontraban habitando en clara paz; asimismo muchas piezas alrededor como ramas de árboles o carteles de tránsito se encontraban cubiertas por arácnidos y algunos otros insectos, sin mostrar signos de agresividad.
Muchísimas arañas intentaban encaramarse a los sitios más altos para poder dispersarse por medio del vuelo arácnido; una gran cantidad de animales habían muerto en su intento de escape provocado por las inundaciones. Cuando la intención de despegue no resultaba exitosa, las arañas liberaban más seda a la masa blanca.
Dos especies significativas en el fenómeno de telarañas
Los muestreos realizados por los investigadores arrojaron resultados asombrosos, en el metro cuadrado objeto de análisis debajo de las masivas telarañas en la ciudad de Lezama se encontraron 1.007 especímenes de 30 especies; mientras iban alejándose el número de individuos hallados disminuía.
En cambio, en Vergara, las telas de arañas eran menos densas y el número de especímenes vistas fue menor; aunque no por ello menos significativo. Un total de 99 especímenes de 16 especies fue el resultado; en ambas zonas, Argentina y Uruguay las especies dominantes del acontecimiento fueron las mimas.
La mayor actividad de ballooning la protagonizaron dos especies de arañas lobo, Diapontia uruguayensis y Alopecosa moesta; principalmente la primera en Argentina y la segunda en Uruguay.
Los resultados mostraron que estas eran las especies que más abundaban la zona y casi todos los ejemplares eran jóvenes; explicando que esta táctica de dispersión suele ser muy utilizada en esa etapa.