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En compañía de una familia tradicional china en la ciudad “boca de dragón” y dando la bienvenida al Año Nuevo Lunar. Una larga lista de rituales para ahuyentar la mala suerte, cigarras fritas y fuegos artificiales por todas partes, así se vive la Nochevieja china.
Dando la bienvenida al Año Nuevo Lunar chino
Recibir el Año Nuevo Lunar con una familia china bastante convencional: el abuelo parece tener más de 84 años y tiene una seria adicción a Douyin (la versión china de TikTok). En toda la noche apenas apartó la vista de su celular para alcanzar los palillos con los que cogió un poco de carne de tortuga, un trozo de gelatina de sangre de cerdo y unas cuantas cigarras fritas con soja para su cena.
Por su parte, la abuela se queja todo el tiempo de que el viejo, quien tiene las manos muy castigadas por toda una existencia llena de trabajo duro en una mina de carbón, desde hace un tiempo la despierta todas las madrugadas porque se pone a ver a todo volumen en la cama videos de mujeres cantando, tutoriales para preparar recetas de cocina o algún monólogo.
El hijo mayor, quien tiene un cargo de contable en una fábrica de cartón, le excusa al anciano recordando que el viejo está sordo y que, al no poder participar en las charlas de la familia, se entretiene con su teléfono celular.
Mientras que el hijo menor, es empleado de una planta procesadora de pescado, se prefiere darle la razón a la madre, aunque su hermano le recrimina que fue precisamente él quien le dio el smartphone al padre y fue quien le enseñó cómo utilizar las apps.
Comienza la gala del Año Nuevo Lunar, el año del dragón
También están las nueras (una de ellas es empleada en una inmobiliaria y la otra se dedica a tareas de la casa), se aprovechan de la situación para meter baza en contra de la suegra, diciéndole que ella también se la pasa entretenida con el móvil viendo una plataforma de comercio electrónico.
Pero las nietas se ponen del lado de la abuela. La nieta mayor está empleada en una multinacional que se encarga de importar vinos italianos. Y la más chica está estudiando una FP.
En la escena se puede observar una televisión que ya transmite la colorida gala de Año Nuevo Lunar chino, que demorará más de 5 horas. Mientras que en la calle se pueden oír las explosiones de los petardos y fuegos artificiales. Aunque el viejo abuelo sigue ajeno a todo el ruido de la noche, está sumergido en sus videos.
Experimentar la llegada del Año Nuevo Lunar junto a una familia china, es una vivencia única para absorber desde dentro las tradiciones de una de las culturas milenarias más ricas del mundo durante su fiesta más importante, la entrada del Año Nuevo del dragón (el signo más auspiciado del zodiaco chino). En esta ciudad, Longkou, muy alejada de la burbuja de las grandes urbes modernas, se viven las tradiciones de forma más auténtica.
Longkou es un pueblo donde todos se conocen
La nieta mayor, Yuan, dice que Longkou es un pueblo donde todo el mundo se conoce. Ella no le otorga el grado de ciudad a esta localidad donde habitan aproximadamente unas seiscientas mil personas. Y es que en la República Popular China (el gigante asiático) las dimensiones son otra cosa. Y aun más para una jovencita de veinte años que en las dos últimas ciudades donde ha vivido han sido Shanghai (con 26 millones de habitantes) y Pekin (con 21 millones de personas).
El pueblo de Longkou, que quiere decir “boca de dragón”, se encuentra ubicado frente al golfo de Bohai, en la costa noreste del país. El padre de Yuan recordó que hace veinte años este sitio era una pobre aldea de pescadores que ni siquiera contaba con carreteras. Él junto a su esposa, cuando su hija acababa de cumplir los 3 años, se mudaron a la provincia de Henan, unos 900 kilómetros al interior para buscar una nueva vida, allí abrieron una tienda de DVDs.
En ese entonces la pequeña Yuan se quedó con sus abuelos, que son los que de verdad la han criado ya que sus padres no volvieron hasta que era una adolescente y en ese momento la mandaron a una residencia de estudiantes de secundaria. Esto es lo que más se acostumbra en la China más profunda, los jóvenes suelen independizarse apenas cumplen los quince años. En el momento en que se mudan a vivir al mismo campus donde tienen la escuela, en su mismo lugar donde nacieron, aunque estén a solo diez minutos de casa de los padres. Después, la jovencita Yuan ha sido la única de toda su familia que ha logrado ir a la universidad.
Se fortalece la clase media en China
La economía de este pueblo, Longkou esta rico en recursos naturales como el carbón, el oro y petróleo, también cuenta con un gran puerto; se ha desarrollado mucho en los últimos años. Sobran puestos de trabajo, los salarios han aumentado y la vida es bastante barata. Lo que le ha permitido a familiar humildes como la de Yuan, prosperar hasta ubicarse en la holgada clase media, estatus cada vez más fuerte en el país asiático.
La cena preparada para la celebración del Año Nuevo Lunar ha comenzado a media tarde con un gran banquete de delicias tradicionales chinas. Se pueden contar hasta 23 platos gigantes y distintos para 9 personas: cabeza y sangre de cerdo, gambas, codillo, arroz gelatinoso, ensalada de berenjena, noodles de patata con champiñones y pollo, albóndigas enormes, salchicha dulce, costillas, pescado, tortuga, repollo con soja, crujientes cigarras fritas que saben a bacon.
La anciana no deja de observar al invitado extranjero en toda la cena. Se trata de la primera cara no asiática que ve en persona en toda su vida. Realmente, nadie en esa mesa, excepto la nieta que vende vinos italianos, había visto tan de cerca jamás a un rostro occidental.
Previo a la gran cena, la familia limpió completamente toda la casa y el auto, una tradición para tirar la mala suerte del año pasado. Además, quemaron en la calle varios papelillos con la dirección de su casa escrita con la intención de que los espíritus de los ancestros les visiten en las fiestas. Y para que los espíritus no se pierdan, todas las calles son iluminadas con pequeños faroles rojos, el color auspicioso. Y para que ahuyentar los malos espíritu, lanzan petardos y fuegos artificiales.
Un popular programa para ver la llegada del Año Nuevo Lunar en China
Una vez terminada la cena, la familia se acomoda en el sofá de la sala para hacerle seguimiento a la gala de Año Nuevo. La cadena pública CCTV lleva transmitiendo en directo este evento desde el año 1983. Se trata del programa más visto en todo el mundo, con un público promedio que se ubica por encima de los 1.200 millones de espectadores.
En el “live show” se puede apreciar una combinación de una versión más lograda de Noche de Fiesta de José Luis Moreno y un mitin del Partido de Gobierno interpretado por los artistas más populares de China. Se puede ver más 30 espectáculos, como Kung fu, ópera, danza, monólogos, trapecistas, bailes étnicos, desfile de militares, un repaso de los últimos avances tecnológicos del país y hasta astronautas desde la estación espacial china.
Al llegar las doce de la medianoche se termina la gala y es el momento de la tradicional recena de “jiaozi”, unas pequeñas empanadas al vapor que generalmente están rellenas de gambas, carne, puerro y tofu. Lo que pudiera equipararse con nuestras 12 uvas de Nochevieja. Los ancianos dejan 3 cuencos con “jiaozi” en la ventana para los espíritus. Luego de esta recena, el patriarca reparte a los hijos y a sus nietas los “hongbao” (sobres rojos que contienen dinero).