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El Cementerio de Recoleta en Buenos Aires está considerado uno de los cementerios más bellos del mundo, junto al Père Lachaise de París. Recoleta fue fundado en 1821 como el primer cementerio público de Buenos Aires, en el lugar donde funcionaba el huerto de los monjes recoletos. Hoy está rodeado por una plaza y ubicado en uno de los barrios más chic y elegantes de Buenos Aires: Recoleta. Barrio de palacios, avenidas importantes y tiendas lujosas.
El Cementerio de Recoleta guarda un patrimonio artístico y arquitectónico único: podrás ver las bóvedas más lujosas, construidas con los materiales más caros y por los arquitectos más renombrados. En él se encuentran los restos de las personalidades más importantes de Argentina: próceres, políticos, mujeres importantes, premios nobel, poetas y hacendados. Recorrer sus pasillos es recorrer la historia del país y maravillarse con las obras de arte que lo convierten en un museo al aire libre.
Te contamos las tumbas más importantes que no te puedes perder:
Bóveda de Eva perón
La famosísima Eva Duarte de Perón está enterrada aquí. Su bóveda es una de las más simples pero es la más visitada. Tiene muchas placas y siempre está adornada con flores. Amada y odiada por igual, Eva Duarte fue una mujer polémica pero muy influyente mientras fue primera dama durante la presidencia de Juan Domingo Perón. Falleció de cáncer de útero a los 33 años y su cuerpo fue parafinado y luego secuestrado. Fue enterrado con nombre falso en Milán hasta que en los años 70 fue repatriado por orden de la última esposa de Perón, María Estela Martínez. Hoy descansa aquí en la bóveda de la hermana de Evita y muy lejos de Perón, quien descansa en su mausoleo en la localidad de San Vicente.
Mausoleo de los Alvear
Este mausoleo guarda los restos de una familia muy importante para la historia argentina. Aquí se ubican las tumbas de los tres Alvear más famosos: Carlos María Alvear, amigo y general del Libertador San Martín, Torcuato de Alvear, primer intendente de la ciudad y de Marcelo T. de Alvear, presidente de la Nación. También yacen los restos de Regina Pacini, la famosa cantante de ópera y gran amor de Marcelo T. de Alvear.
Bóveda de la familia Leloir
Es la bóveda más lujosa del Cementerio de Recoleta. Y sin dudas, la que más llama la atención. La bóveda de la familia Leloir es de 1901 y tiene forma de templete con columnas y una cúpula decorada con teselas de oro de 18 quilates. Aquí yacen los restos de Federico Leloir, premio Nóbel de química en 1970.
La bóveda es obra de un arquitecto italiano, Leonardo Bistolfi quien la construye con los materiales más caros: granito, bronce y rodocrosita argentina. Tiene un subsuelo con capacidad para 18 féretros.
Bóveda de la familia Ocampo
Aquí yacen los restos de las dos famosas hermanas escritoras: Silvina y Victoria Ocampo.
Silvina fue una cuentista y poeta, una mujer que siempre se vio opacada por la figura de su hermana, Victoria y por la figura de su esposo, Adolfo Bioy Casares, el renombrado escritor. Tuvo muchos amigos poetas, por ejemplo, Jorge Luis Borges. En realidad se reconoció más su obra luego de su muerte, como suele pasar a veces con estas personalidades.
Por otro lado, su hermana Victoria, fue poeta, traductora, ensayista, filántropa, mecenas y mucho más. Fue una de las primeras feministas, la primera que se animó a fumar, la primera que tuvo registro de conducir y la única mujer en Latinoamérica en asistir a los juicios de Nurenberg. Fue una mujer increíble, fundó la revista Sur y siempre intentó promover y ayudar a los escritores que empezaban. También ayudó a Borges a convertirse en director de la Biblioteca Nacional, contado por él mismo.
Bóveda del matrimonio de Salvador María del Carril
Esta es la bóveda de una familia de terratenientes, los el Carril. Salvador María del Carril fue un hacendado, terrateniente y el Primer Vicepresidente de la Confederación Argentina junto con Urquiza. Poseía 12 mil hectáreas en Lobos, provincia de Buenos Aires.
Se casó con Tiburcia Domínguez. Él tenía 33 años él, ella 17. Tuvieron 6 hijos. Ella gastaba mucho en ropa, carteras y zapatos. En 1862, cuando llevaban 31 años de matrimonio, Salvador mandó una carta al diario Caras y Caretas, donde escribió que no se iba a hacer más cargo de las deudas de su esposa.
Para ella fue una humillación y le respondió a través del diario. Le escribió: «A partir de este momento, son mis últimas palabras hacia usted» y nunca más le dirigió la palabra. Vivían juntos pero no se hablaron nunca más. Por eso Tiburcia puso en su testamento que en su tumba quería que colocaran su busto de espaldas al busto de él. El deseo le fue concedido y hasta el día de hoy, se puede ver a los esposos enfrentados.
Bóveda de Sarmiento
Esta bóveda es Monumento Histórico Nacional y alberga los restos de Domingo Faustino Sarmiento, una de las personalidades más importantes de la historia argentina. Nació en la provincia de San juan, por eso se ve un cóndor representando a la cordillera de los Andes. Fue gobernador de San Juan, periodista, escritor, director de escuela y en 1868 Presidente de la Nación.
Una de sus primeras medidas fue hacer un censo, del que se extrae el dato de que el 75 % de la población no sabía ni leer ni escribir. Impulsó la educación, trajo maestras de Estados Unidos y marcó el inicio de un plan de educación que terminó con la ley 1420 de Educación Pública.
Construyó 1074 escuelas, jardines de infantes y bibliotecas populares. Sarmiento dejó la presidencia en 1874. Años después se fue a Paraguay, donde falleció un 11 septiembre de 1888, con 78 años. Ese día, en su homenaje, se celebra el día del maestro.