Desmentimos 5 mitos sobre la Gran Muralla China

La Gran Muralla China forma parte de las 7 maravillas del mundo moderno. Ubicada al norte de China, se trata de una antigua serie de murallas y fortificaciones construidas hace más de 500 años.

Desde su construcción se volvió tan famosa y comentada por millones de personas de distintas civilizaciones, que hoy en día existen muchos rumores y datos errados sobre ella. Una muestra de ello era la incógnita que giraba en torno a su longitud verdadera. Pues había quienes decían que media entre los 2.400 Km y los 8.000 km de largo. Sin embargo, la interrogante fue finalmente resuelta en 2012, gracias a un estudio arqueológico llevado a cabo por la Administración Estatal de Patrimonio Cultural de China. Este reveló que la longitud exacta de la muralla es de 21.196 km, una cifra mucho más alta que la que se estimaba.

Así como ese dato, hay mucha información inexacta que circula sobre la Gran Muralla China. Por lo que en este apartado desmentiremos 5 de los mitos más populares de este impresionante monumento.

1. No es una muralla continua

Pese a que su nombre oficial es la “Gran Muralla China”, lo que podría confundir a muchos, al pensar que se trata de una única construcción continua y sin ningún tipo de división, lo cierto es que la estructura del famoso monumento está compuesta por diversos segmentos. De hecho, muy pocos de ellos se parecen a la majestuosa creación por la que los turistas transitan cuando van a visitarla y tomarse fotos.

Cada año millones de turistas visitan la Gran Muralla China (Imagen referencial de Pexels).

Las secciones más cuidadas de la muralla dan paso a otras en peores condiciones. Muchas de ellas en ruinas, cubiertas de maleza y en general, prohibidas para los caminantes. Estas se desvanecen en los huecos abiertos por carreteras.

En algunos lugares, la estructura se duplica o triplica y a su vez estas secciones se superponen. Como dato adicional, las partes que se ven alrededor de Pekín, tienen precedentes antiguos, algunos de los cuales se ubican justo debajo de la muralla.

Las secciones divididas no se comparan con otros muros de tierra, lo cuales corren hacia el oeste en segmentos dispersos.

2. La Gran Muralla China NO contiene cadáveres en su interior

Algunas historias sugieren que muchos trabajadores fueron enterrados dentro de la muralla. Estos rumores probablemente surgieron del historiador de la dinastía Han. Nos referimos a Sima Qian, quien no tuvo problemas en criticar a su propio emperador, menospreciando a su predecesor Qin.  

No obstante, a pesar de haber creado tales acusaciones, nunca se han encontrado restos de huesos, ni ninguna evidencia arqueológica en la muralla que respalde esta vil calumnia.

3. La Gran Muralla China NO puede ser vista desde la Luna

El principal impulsor de este mito fue el ilustrador estadounidense Robert Ripley, quien con su obra de dibujos animados «¡Créalo o no!», llamó a la Gran Muralla China “La obra más poderosa del hombre, la única que podría ser visible para el ojo humano desde la Luna”.

Tal afirmación no fue respaldada por ningún tipo de evidencia, pues fue hecha 30 años antes de que el primer hombre pisara la Luna. No obstante, la frase quedó sancionada simplemente por su uso. De hecho, el autor de “Ciencia y civilización en China”, Joseph Needham afirmó que la Muralla China era considerada la única obra hecha por el hombre que podría ser detectada por astrónomos marcianos.  

Sin embargo, y para la decepción de muchos, esta afirmación posteriormente fue desacreditada por los propios astronautas. En 2003, durante el primer vuelo espacial chino, el astronauta Yang Liwei, dio fin a los múltiples rumores en torno al tema, cuando señaló que no podía ver nada desde la órbita.

4. No fue construida como fortaleza para protegerse de los mongoles

Fortaleza China (Imagen referencial de Pexels).

Otro de los mitos más populares que existe sobre la muralla es que su construcción fue hecha para defenderse de los ataques de los mongoles. Si bien, la fortaleza sí fue creada con el objetivo de establecer una barrera contra el enemigo y contrarrestar los ataques, la amenaza no venía por parte de los mongoles.

La construcción de la muralla fue encargada por el Primer Emperador, quien murió en el año 210 a. C.. Es decir, mucho tiempo antes de la aparición de los mongoles (alrededor del año 800 d. C.). La principal amenaza en ese entonces provenía de los Xiongnu, quienes posiblemente se convirtieron en los antepasados de los hunos.

En cuanto a los mongoles, el enfrentamiento se llevó a cabo a partir de finales del siglo XIV, cuando la dinastía Ming expulsó a los mongoles de China.

5. Marco Polo sí pudo ver la Gran Muralla China

Aunque el famoso mercader y viajero italiano, Marco Polo no llegó a mencionar que vio la muralla, lo que dio cabida a que fuese utilizado como argumento para afirmar que nunca viajó a China, realmente no había necesidad de expresarlo a los cuatro vientos para que fuese considerado como verdad absoluta.

A finales del siglo XIII, China estaba siendo gobernada por los mongoles. Por lo que el tema de la muralla habría resultado redundante desde que los invasores acabaron con el norte de China bajo el mando del conquistador Genghis Khan, más de 50 años antes.

En este sentido, los mongoles, quienes habían estado ignorando la muralla durante la guerra, no tenían la necesidad de mencionarla en tiempos de paz. Por lo que Marco Polo pudo haberla cruzado varias veces durante sus viajes desde Pekín al palacio de Kublai Khan en Xanadú, pero al no tener motivos para prestarle atención simplemente lo omitió.

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