Por segunda ocasión en las últimas tres ediciones, el campeón del Mundial de Clubes de la FIFA se tuvo que conocer en tiempo extra. En una nueva definición entre el ganador de la UEFA Champions League y el de Copa Libertadores, el representante europeo obtuvo, por noveno año seguido, el cetro que lo reconoce como el mejor equipo del mundo. En esta oportunidad, fue el Chelsea inglés quien se llevó los honores en una vibrante final que lo vio consagrarse ante un combativo conjunto del Palmeiras brasileño, actual bicampeón del balompié sudamericano.
El Estadio Mohammed bin Zayed de Abu Dabi, fue el escenario encargado de albergar el partido decisivo entre los campeones continentales. Por pizarra de 2-1, los de la Premier League consiguieron su primer título de campeones universales; siendo además, el tercer equipo inglés que levanta el trofeo, junto con Manchester United (2008) y Liverpool (2019).
Precisamente, en la última definición que tuvo que decidirse en el alargue, el conjunto ‘Red’ fue protagonista; venciendo en la versión del 2019, al también elenco brasileño del Flamengo (1-0), con gol de Roberto Firmino.
Chelsea es dueño de 6 Premier League
En lo que fueron las acciones del juego, al cuadro europeo le tocó adoptar una postura a la cual no está acostumbrado; la de tener la pelota y ser el dueño del partido a través de la posesión, ya que Palmeiras, como se esperaba, se replegó atrás de muy buena manera, cerrando espacios y haciendo que sus rivales tuviesen largos ratos de posesión estéril.
El primer tanto, vino a caer en el segundo tiempo. A los 55’, Kovacic armó una buena jugada que le permitió a Hudson-Odoi proyectarse por la izquierda y llegar a línea final con tiempo y espacio para enviar un centro al corazón del área; donde en las alturas, ante los centrales sudamericanos, ganó Romelu Lukaku, que con un testarazo potente, venció a Weverton para estampar el 1-0.
Pero la reacción del ‘Verdao’ no tardaría en llegar. Un largo saque de banda de Marcos Rocha, llegó hasta el área ‘Blue’, y en su intento por despejar el peligro, el balón le dio en la mano a Thiago Silva. Esta acción sería revisada a instancias del VAR por el juez principal, Christopher Beath, que terminaría concediendo la pena máxima para los del Brasileirao.
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La responsabilidad de transformar el penal en gol, recayó en Raphael Veiga, que no falló y engañó a Mendy con un zurdazo cruzado, al 64’. De esta manera, el partido se fue a la prórroga; donde de nueva cuenta, una mano revisada en el videoarbitraje, le daría, ahora al Chelsea, la posibilidad de volver a mandar en la pizarra.
En un entrevero en el área amazónica, Azpilicueta soltó un disparo que dio en la mano de Luan, que deparó en un nuevo penal. En esta ocasión, la presión de ejecutar desde los 12 pasos, fue para Kai Havertz; que con gran maestría, convirtió el 2-1 definitivo cuando parecía inminente la definición desde el manchón penal, a los 117’.
Cabe subrayar, que el joven jugador ‘teutón’ de 22 años, también fue el encargado de convertir el gol que le permitió al Chelsea conquistar Europa; en la final de Champions frente al Manchester City. Y ahora, vuelve a ser el héroe para que los de Stamford Bridge se hagan con el preciado galardón.