En los años ’60, el legendario equipo del Santos de Pelé recorrió el mundo entero decenas de veces jugando amistosos y torneos en todos los rincones del planeta. El motivo, obviamente, era verlo a O Rei y a sus geniales compañeros como Pepe, Coutinho, Toninho, Carlos Alberto… Todos próceres del fútbol.
En ese entonces el deporte, y la vida misma, no estaban mediatizados ni una ínfima parte de lo que está en la actualidad ni tampoco había transmisiones satelitales de TV. Por lo que para apreciar el talento inigualable de Pelé había que verlo in situ, con los propios ojos.
En una de esas incontables giras por Europa, más precisamente en Milán, Italia, el Santos conquistó un título intercontinental oficial. Que inexplicablemente quedó perdido en la memoria del balompié sudamericano. Se trataba de la Supercopa de Campeones Intercontinentales, torneo que enfrentó a los ganadores de la Copa Intercontinental (Europea/Sudamericana) del viejo continente y de nuestra América del Sur de ese entonces.
El 24 de mayo de 1969 el Santos FC derrotó en un colmado estadio San Siro (hoy Giuseppe Meazza) al Internazionale por 1-0. Debido a que estaba estipulada una revancha (que también iba a sostenerse en Italia, en septiembre en Nápoles), que nunca se concretó. Fue declarado campeón tiempo después, por eso al terminar el referido encuentro no hubo vuelta olímpica ni entrega de trofeo. Quizá este detalle contribuyó a que esta conquista tan relevante no haya sido objeto de la consideración que mereció.