En busca de un entorno seguro para practicar, el equipo nacional ucraniano de gimnasia rítmica, que llegó a Japón el 5 de mayo tras huir de la guerra, celebró el 20 de mayo una sesión de prácticas en la ciudad de Takasaki (Gunma), donde se encuentra actualmente.
También participó el equipo japonés de gimnasia rítmica Fairy Japan POLA, que a partir de hoy realizará una concentración de dos días en la ciudad, practicando juntos por primera vez.
Cuando llegaron a la ciudad, la entrenadora de los atletas, Irina, dijo que «aquí no había sirenas [de ataques aéreos] ni sonido de bombas». La delegación de 29 miembros, incluidos 17 atletas, salió de Kiev el 2 de junio. Viajaron por Bulgaria y Austria antes de llegar a Japón. Los atletas se alojarán en un hotel de la ciudad y abandonarán Japón el 22 de enero.
La génesis del evento se remonta a abril, cuando Rusia lanzó una invasión militar de Ucrania en febrero. Dos meses después, la Federación Internacional de Gimnasia (FIG) pidió a la Asociación de Gimnasia de Japón que proporcionara una base de entrenamiento para el equipo ucraniano. La JSA se dirigió entonces a la ciudad de Takasaki en busca de ayuda.
Antes de los Juegos Olímpicos de Tokio, el uso de las instalaciones deportivas de Tokio estuvo restringido durante un largo periodo de tiempo debido a las renovaciones. En este contexto, el Takasaki Arena de la ciudad funcionó como sede de gimnasia, incluidas las rondas preliminares. Como ciudad anfitriona, la ciudad también había acogido a atletas de Polonia y Uzbekistán, lo que la convertía en un lugar ideal para los campos de entrenamiento.
Originalmente estaba previsto que fueran a Japón en julio. Sin embargo, debido a la situación de guerra y a los trámites para ir a Japón, se prorrogó y se realizó en octubre. Katsufumi Uehara, subdirector general de la Fundación Takasaki, contratada por la ciudad para gestionar y operar las instalaciones deportivas y culturales, afirma que la mayor «hospitalidad» es «dejarles practicar en condiciones dignas y seguras».
Cuando llegaron por primera vez a Japón, el director adjunto Uehara sintió que «sus expresiones eran un poco rígidas, quizás debido a la fatiga del largo viaje». Sin embargo, el día 16, durante su día libre, se relacionó con el público vistiendo un yukata. Muchos ciudadanos también visitaron el consultorio abierto ese día, y «ahora hay más sonrisas en sus rostros» (Subdirector Uehara), y sus corazones parecen haberse relajado un poco.
Ese día, los representantes japoneses practicaron juntos por primera vez. Ayuka Suzuki, la capitana del equipo, se mostró impresionada por la fuerza de espíritu de las jugadoras ucranianas: «Cuando vemos a las jugadoras ucranianas practicando con una sonrisa en la cara, también nos da ánimos». Por último, la delegación japonesa presentó un regalo sorpresa. Como símbolo de armonía, les entregaron «galletas de arroz».