El cineasta James Cameron explica cómo lo océanos de nuestro planeta sirvieron de inspiración para crear “Avatar: el sentido del agua”. Y cómo el creador espera que su película motive a los espectadores a proteger la Tierra.
Qué nos muestra James Cameron en “Avatar: El sentido del agua”
James Cameron se sumerge al fondo, en esta oportunidad lo hace en los océanos de un mundo alienígena. En la última creación de ciencia ficción del cineasta y explorador de océanos: “Avatar: El sentido del agua”.
El film promete transportar a los espectadores a sorprendentes ecosistemas acuáticos de un mundo ubicado a veinticinco billones de kilómetros de nuestro planeta, con el nivel de detalle de un documental.
Esta nueva creación de Cameron amplía la historia del exitoso “Avatar”, donde se contaba la historia de Pandora, una luna alienígena habitable. Los Na´vi, humanoides de piel azul que habitan ese lugar, y el conflicto que aparece cuando los humanos del espacio pretenden colonizar y explotar ese mundo. Sin considerar los estragos sobre el medioambiente que provocan.
En el primer film, los Na´vi, habitantes de las selvas tropicales de Pandora, luchan por proteger su hogar. Y lo hacen con la ayuda de soldados y científicos humanos que están de acuerdo con su causa.
En esta oportunidad, James Cameron explora las aguas de Pandora, para traernos toda una vida de experiencia. El creador de Abyss y Titanic, es además “Explorer at Large de National Geographic”. En el año 2012, el famoso cineasta completó la primera inmersión en solitario hasta las profundidades de la Fosa de las Marianas en la expedición “Deepsea Challenger”.
Cameron y su equipo idearon una colección de animales alienígenas y a la vez familiares, para narrar la vida submarina de Pandora. Combinaciones pandorianas de peces león y peces globos que flotan alrededor de arrecifes reconocibles.
Animales extintos de la Tierra sirvieron de inspiración para James Cameron
En la pantalla se ven formas de vida que encajarían perfectamente con las criaturas de los antiguos océanos de nuestro planeta. También aparecen corceles de cuello largo denominados “ilu” (semejantes a unos reptiles marinos extintos, llamados “plesiosaurios”). Además de los “Skimwings”: gigantescos cruces de gar y peces voladores, que monturas de guerra de los Na´vi. Y los “tulkun”, análogos titánicos y muy inteligentes de las ballenas de la Tierra.
¿Por qué desarrollar la película en el agua? Cameron confesó que, como explorador de los océanos que es ahora, como ávido submarinista que es desde hace mucho tiempo y como un aficionado a la exploración de los océanos desde que era niño; ha tenido un romance con el océano toda su vida.
Al cineasta le encanta el océano y pensó ¿por qué no juntar 2 cosas que le encantan? Cameron deseaba que este film tratara acerca del camino del agua: cómo el sitio donde nació la vida en nuestro planeta evolucionó con el tiempo, y todas las maravillas que se pueden ver allí incluso en la actualidad, incluso en su estado dañado, por culpa de los seres humanos.
James Cameron dijo que, vivimos en una línea de base cambiante, donde el océano, tal y como se ve actualmente, ya no es lo que era. El film además era una oportunidad para enseñarnos cómo podrían haber sido los océanos de la Tierra hace 300, 400, 500 años. El tiempo en que aún la humanidad no se había puesto realmente manos a la obra hacia una civilización industrial.
Si ven esta película, y además del drama de la familia “Sully” y las relaciones y todos los grandes conflictos, si solo les encanta la experiencia submarina, entonces quizá les reconecte con lo que se está perdiendo hoy aquí en nuestra Tierra, explicó Cameron.
Qué le sirvió de inspiración al cineasta para desarrollar este ecosistema acuático
En “Avatar: El sentido del agua”, hay un pueblo llamado los “Metkayina”, es un clan que se extiende por una gran cantidad de aldeas. Este pueblo es una especie de cultura indígena regional, se separaron de los Na´vi terrestres hace posiblemente decenas de miles de años y se fueron adaptando físicamente al océano.
Los Metkayina usan la cola para propulsarse, como lo hacen las nutrias y las focas. Pueden respirar aire, por lo que se adaptaron para poder aguantar la respiración por largos periodos de tiempo. Poseen unas membranas nictitantes, parecidas a las que tienen los búhos y los cocodrilos, que les sirven para proteger sus ojos cuando se sumergen en el agua a gran velocidad mientras cabalgan los “ilu”.
Esta especie posee una cultura simbiótica con otra especie inteligente de respiradores oceánicos, son grandes animales a los que seguramente echaríamos un vistazo y diríamos que parecen ballenas; se trata de la versión Pandora de las ballenas, los “tulkun”. La cual es en realidad una sociedad bastante avanzada, pero sus avances son únicamente mentales.
Los “tulkun” no tienen tecnología porque no poseen manos como las de los humanos. Ellos dependen de los Na´vi para cualquier cosa que necesite esta clase de manipulación física. Sin embargo, son muy avanzados mentalmente, poseen un lenguaje complejo, tienen música, matemáticas.
Culturas humanas que sirvieron de inspiración para crear los “Metkayina”
El genial director y su equipo investigó mucho acerca de las culturas indígenas reales que se encuentran estrechamente vinculadas con el océano. Por ejemplo, estudiaron la cultura polinesia, que es una cultura de comercio en canoa. El viaje en esta película no es la la cultura del viaje (polinesia) que usa las grandes canoas o “waka”, como les dicen en Nueva Zelanda.
Se preguntaban cómo podían tomar la cultura indígena de la Tierra y ponerla bajo el prisma de Pandora. Existen los Sama-Bajau, algunos pobladores en Indonesia que viven en casas encima de pilote y en balsas. Se fijaron en cosas así, dijo el cineasta.
La exploración del océano, la tecnología y la forma de hacer películas de Cameron
Existen muchas interconexiones entre la exploración submarina que ha experimentado Cameron y la realización de sus films, los dos implican a reducidos equipos de personas que buscan hacer cosas muy difíciles de manera coordinada y que necesitan mucha planificación.
Eso le pareció muy similar al cineasta, sobre todo cuando se crea una nueva tecnología, como por ejemplo, llevar un auto robótico al interior del “Titanic”.
Al crear estos films de “Avatar”, están muy, bastante a la última de lo que es posible en términos de efectos visuales (VFX) y captura de la actuación, por lo que significa un reto muy emocionante. No deseo que la gente piense en esto como un tipo de demostración tecnológica; busco que las personas crean que fuimos a Pandora y lo grabaron todo como en un documental, dijo Cameron.
Entonces, creativamente, la responsabilidad recae en el director y su equipo, en tratar de que sea fluido, que todo lo que hagan todos en la película se fundamenta en la física del mundo real. La física del agua en otro planeta sería igula que la física de la Tierra. “El agua es agua”, aseguró Cameron.
Agregó que, se centraron en esa idea, de que llevarían a los actores al agua. Les enseñaron a bucear en apnea como parte de su preparación. Además se construyeron maquetas de las criaturas capaces de hacer lo que hacían las criaturas de la película: salir del agua, correr bajo el agua a gran velocidad, volar sobre la superficie del agua, gritar bajo el agua.
Se usó la tecnología de propulsión a chorro para hacer un jet Harrier que tenía un piloto dentro, y una persona podía montarse encima y podía volar sobre la superficia del agua, sumergirse, gritar y luego salir de nuevo del agua.
“El sentido del agua”, los océanos dañados de la Tierra y el cambio climático
James Cameron explicó que, el motivo por el que decidió hacer una serie de films en el mismo universo, es que pensó que lo que necesitaba expresar artísticamente podía hacerlo dentro de ese marco. Lógicamente, al pasar de la selva tropical al océano, existe, entre líneas, un llamamiento de conservación, protección y celebración de nuestros océanos.
Espera que la humanidad pueda desviarse de un camino que está poniendo a los océanos bajo presión, señaló el cineasta.
Los arrecifes de coral se convertirán en algo que únicamente exista en películas dentro de cincuenta o setenta años, en la mayoría de los lugares del mundo. Y eso no está bien. Cuando estaba pequeño, aspiraba a llegar a ser un buceador, para poder ir a observar esta belleza y esta maravilla por él mismo. Y después pasó décadas explorando y disfrutando de ese mundo. Pero sus hijos y sus nietos no podrán hacerlo. Hay que proteger lo que estamos perdiendo, reflexionó Cameron.