La OMS ha empezado a considerar la adicción a los videojuegos como una enfermedad mental que afecta a jóvenes y adultos. A día de hoy, la industria de los videojuegos desconoce tal afirmación y mantiene la idea de que los videojuegos son un sano entretenimiento.
Nuestra sociedad ha cambiado bastante en comparación a lo que fue hace 30 años. Este es un hecho que no pasa desapercibido en la comunidad miedica; por ello desde la Organización Mundial de la Salud han decidido verificar y actualizar la Clasificación Internacional de Enfermedades, vigente desde el año 1990. Para la nueva clasificación, la adicción a los videojuegos se considera una enfermedad.
El nuevo listado actualizado de enfermedades de la OMS fue aprobado desde el año pasado y entró en vigencia este viernes 11 de febrero. Oficialmente para la nueva clasificación, se toma la adicción a los videojuegos como una enfermedad mental.
La OMS ha definido oficialmente la adicción a videojuegos como una enfermedad mental
La OMS utilizó un reciente estudio estadístico para determinar el impacto de esta adicción en la sociedad. Sin embargo, no se tiene un porcentaje especifico de la presencia de esta nueva enfermedad; pero se estima que al menos el 1 % de la población mundial lo padece.
Hay que destacar el caso de Asia; ya que a nivel regional el continente oriental registró el porcentaje más elevado de habitantes afectados, según lo indica el estudio. Pero los datos recopilados no arrojan un resultado concreto.
Ante este panorama, la OMS opto por incorporar esta adicción a la clasificación de enfermedades, con la intención de conseguir mayor información en el proceso, y poder analizar esta condición adecuadamente.
Estamos en la era digital, donde las nuevas generaciones se han sumado a lo que nos depara el futuro y los videojuegos forman parte de la normalidad digital. Los videojuegos ya forman y seguirán formando parte de la rutina de millones de niños, adolescentes y adultos en todo el mundo.
La pandemia de coronavirus le dio un impulso al uso de este medio de entretenimiento; esto se debe a que se puede jugar videojuegos y al mismo tiempo respetar el aislamiento con total normalidad.
La razón de que este padecimiento ahora se considere como una enfermedad recae en una penosa realidad: actualmente existen múltiples casos de personas adictas a los videojuegos y esta adicción los priva de otras actividades sociales, educativas y deportivas. Una persona afectada por este padecimiento solo tiene tiempo y animo para mantenerse entretenido mientras juega frente a una pantalla.
En verdad los videojuegos pueden tornarse en una adicción seria
Como tal, los videojuegos no poseen los mecanismos internos que generen la adicción ni la dependencia, pero el trastorno se presenta directamente en el usuario. La enfermedad aparece cuando el jugador empieza a demostrar una incapacidad por resistirse a los diversos estímulos que le genera determinada actividad; en este caso serían los videojuegos.
La undécima Revisión de la Clasificación Internacional de Enfermedades de la OMS (ICD-11), busca considerar este padecimiento; por lo que ya lo ha incluido en la sección de desórdenes mentales. Para completar este documento la OMS ha considerado 1.6 millones de casos clínicos, que han hecho posible un nuevo listado.
Según explicó el doctor Robert Jakob, jefe del equipo de la OMS; para identificar el comienzo de la adicción a los videojuegos, solo hay que fijarse en ciertos comportamientos.
El primero es la necesidad de jugar constantemente en internet o en consolas. El segundo es la falta de atención a las personas cercanas y al trabajo o los estudios como consecuencia del juego constante. Normalmente se daría un diagnóstico luego de 12 meses presentando estos síntomas, a excepción de que estos comportamientos se tornen muy intensos en pocas semanas o días.
Esta adición por parte de la Organización Mundial de la Salud, no paso desapercibida. En la industria de los videojuegos ya dado alegatos en contra de esta nueva proclamación. Las empresas de videojuegos argumentan que aun no hay datos concretos para incluir esta adicción a las enfermedades mentales.
Igualmente, la OMS ya reconoce este problema como enfermedad mental; puesto que los síntomas son una cuestión de peso que afectan negativamente tanto a los adictos como a quienes los que los rodean. Esta condición queda como un padecimiento que debe ser manejado con el mismo grado de atención y discreción que otras enfermedades mentales.